Cuarenta y ocho horas después de la caída del sistema Cometa, María Martín Romero seguía en la cama. Estaba enferma. No tenía intención de salir de casa. A media mañana recibió la llamada de un periodista de Granada que la conoce. Le dijo que la ministra de Igualdad, Ana Redondo, estaba en la ciudad y que iba a hacer declaraciones a los medios en la calle. María decidió levantarse. Se pintó las pestañas, se puso su poncho de pelo y pidió un taxi. Aunque se encontraba mal, consideró que debía acudir. “Tenía que ir”, asegura.
Cuando llegó a la Facultad de Derecho, donde la ministra había participado en unas jornadas, la escena ya estaba formada: cámaras, grabadoras, periodistas y asesores rodeaban a Redondo mientras atendía a los medios en plena calle. María avanzó lentamente con su andador hasta situarse a muy poca distancia del grupo y se dirigió directamente a la ministra.

“Escuche a las víctimas”
“Mis compañeras estaban llamando en situación de pánico porque usted sabe que quienes llevan las pulseras tienen un riesgo extremo. Y sabe usted que los mismos policías dijeron que no se había cumplido el protocolo”, le dijo.
Redondo contestó: “¿Estuvo usted allí? Porque yo estuve allí. Yo estuve allí”. María replicó elevando el tono: “¡Escuche a las víctimas! ¡Lo que dijo usted ayer es falso! ¡Las mujeres estaban llamando aterradas! Es usted cómplice de los maltratadores”.
El malestar de María no era nuevo. El 13 de junio de 2024 participó en una reunión técnica convocada para analizar los fallos del sistema Cometa. En ella estuvieron presentes juristas, técnicas del sistema, responsables institucionales y representantes de asociaciones. Según su versión, expuso allí los problemas que llevaban tiempo denunciando: fallos de señal, avisos que no se disparan, datos que no aparecen. “Nos daban la razón en todo”, sostiene.
El informe de Cometa
De esa reunión debía salir un informe pagado por el Ministerio de Igualdad, que estaba previsto para octubre de 2024. María afirma que ese informe no se ha hecho público. “Ese informe está guardado. No ha salido. No sabemos por qué”, denuncia.

La caída del sistema dos días antes fue, para ella, la confirmación de que el problema seguía sin resolverse y que las víctimas seguían desinformadas y desprotegidas.
Durante la comparecencia, otra representante institucional se mencionó que en Andalucía había ocho mujeres asesinadas sin pulsera. María entendió ese comentario como una forma de relativizar el problema que acababa de denunciar. “Parecía un concurso de quién tiene más víctimas”, afirma. Considera que ese tipo de comparaciones descontextualiza la situación real de las mujeres que viven bajo protección telemática y que habían pasado dos días de incertidumbre tras la caída del sistema.
Los fallos del sistema
María sostiene que lo ocurrido con el Cometa no es un fallo puntual, sino un síntoma de problemas acumulados durante años. Recuerda que en la reunión técnica del 13 de junio de 2024, convocada para analizar los fallos del dispositivo, las técnicas del sistema y las juristas presentes coincidieron con el diagnóstico que llevaron desde su asociación. Para ella, la falta de publicación del informe previsto meses después es una prueba más de la ausencia de transparencia. “Ese informe está guardado”, insiste.
Igualdad le propuso una reunión con Redondo y se negó
Según explica, muchas mujeres que portan pulseras o siguen procesos judiciales dependen de la fiabilidad del Cometa y se alarmaron cuando el sistema se cayó. Para María, la respuesta institucional no estuvo a la altura de ese miedo. Afirma que, en situaciones así, las víctimas necesitan explicaciones claras y rápidas, no declaraciones que —a su juicio— minimicen el problema.
Tras el cruce con la ministra, fuentes del Ministerio de Igualdad aseguran que se ofreció a María mantener una reunión con Redondo para tratar la situación con más tranquilidad. Según esas mismas fuentes, ella rechazó esa posibilidad.
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