Cada mañana, en fábricas, oficinas y talleres, se producen tropiezos, golpes y resbalones que, por suerte, rara vez llegan a mayores. En España, estos accidentes no mortales, pero con severas afecciones personales, se cuentan por miles. En 2023, la tasa estandarizada de accidentes laborales no mortales en el país alcanzó los 2.708 casos por cada 100.000 trabajadores, según datos de Eurostat. La cifra sitúa al Estado como el segundo miembro de la Unión Europea (UE) con mayor ratio de incidentes laborales no fatales registra, solo por detrás de Portugal.
Las españolas tampoco escapan a esta realidad. Las trabajadoras registraron 90.170 bajas por accidente laboral de más de 4 días. El dato ubica a España como el tercer país con mayor número de percances entre empleadas, solo por detrás de Alemania y Francia, con 123.977 y 107.094, respectivamente.
Al estandarizar los datos de accidentes laborales en mujeres por cada 100.000 habitantes, España revela una posición más crítica de la que sugieren los números absolutos. Con 187,5 casos por cada 100.000 habitantes, supera a Francia (156,2) y Alemania (148,6). Estas cifras posicionan al país como el Estado de la UE con mayor ratio de accidentes laborales no mortales en mujeres. El ajuste evidencia que, proporcionalmente, las trabajadoras españolas sufren un mayor número de bajas por incidencias en el trabajo que en otros países europeos con cifras absolutas más altas.
El indicador permite comparar de forma justa la frecuencia de un fenómeno -en este caso, accidentes laborales no mortales en mujeres– entre distintos países o regiones, teniendo en cuenta las diferencias en la estructura de la población o la fuerza laboral.
Sistemas de seguros
En Europa, la forma en que se registran y compensan los accidentes laborales varía según el país. Cada Estado establece uno de los dos sistemas generales, lo que, según reconoce la Comisión Europea, “distorsiona las cifras recogidas”. Los modelos basados en seguros funcionan mediante compañías aseguradoras que cubren los riesgos laborales. En estos países, cuando un trabajador sufre un accidente, recibe una compensación económica directa y significativa. Esta cobertura incentiva la notificación de los accidentes en el empleo, incluso cuando se trata de percances leves. Es el caso de España. En este sentido, bajo este sistema las tasas estandarizadas de accidentes no mortales tienden a ser más altas.
Por el contrario, los sistemas de obligación legal, comunes en países del Este y bálticos como Estonia o Eslovenia, cubren a las víctimas mediante el sistema general de seguridad social. Aquí, la compensación no depende de un seguro específico y el registro de accidentes no siempre conlleva un beneficio económico inmediato. Como resultado, estos países suelen mostrar tasas más bajas de accidentes reportados. Por ello, la Comisión alerta de que “se debe tener en cuenta que estos datos podrían estar relativamente infravalorados”.
16.480 millones de euros
En paralelo, a las prestaciones por accidente laboral, los empresarios alegan un aumento del absentismo. El propio presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, acusó a los algunos empleados de “aprovecharse de las bajas” y animó a los compañeros a “denunciar a los absentistas profesionales“. El coste de las incapacidades temporales (IT) en España ha alcanzado cifras históricas. Según datos del informe anual del Banco de España (BdE), presentado el pasado mes de mayo, desde 2019 el gasto derivado de prestaciones por IT por enfermedades comunes se ha disparado un 78,5%. Y se sitúa en más de 15.000 millones de euros, cerca del 1% del PIB. Si se incluyen las contingencias profesionales, el cómputo asciende a 16.480 millones.

El Banco de España alerta de “crecientes señales de tensionamiento” en el mercado laboral. Entre otros motivos, debido tanto la falta de mano de obra como el aumento del absentismo laboral, que ha pasado de menos del 2,5% antes de la pandemia a cerca del 4,5% actualmente. Este fenómeno, que también se observa en otros países europeos, tiene en España una intensidad particularmente alta.
Mortalidad laboral
Si bien la patronal reclama un mayor compromiso del trabajador, los sindicatos, a partes iguales, exigen medidas que garanticen la seguridad en el empleo. La siniestralidad laboral en España durante los primeros ocho meses del año presenta un panorama desigual. Según el avance de estadísticas del Ministerio de Trabajo y Economía Social, el número total de accidentes con baja ha descendido en 9.000 casos, un -2,2% respecto al mismo periodo del año anterior, y el índice de incidencia cae un -4,6%, impulsado por el aumento de la población ocupada, especialmente en sectores de mayor cualificación y menor riesgo.
Sin embargo, la construcción y la industria rompen esta tendencia a la baja en mortalidad laboral. Mientras que sectores como hostelería (-8,3%), industrias extractivas (-7,4%) y agricultura (-7,3%) muestran reducciones significativas en accidentes con baja, la construcción registra un repunte del 18,3% en accidentes mortales y la industria, un aumento del 5,9%. En total, las muertes laborales han descendido solo ligeramente (-1,8%), con nueve fallecimientos menos que en 2024 durante el mismo periodo de tiempo. Pese a la mejora, ciertos sectores continúan siendo muy peligrosos para los trabajadores.
Responsabilidades
Para los sindicatos, la responsabilidad de reducir los accidentes laborales recae principalmente en la patronal. Tanto Comisiones Obreras (CCOO) como la Unión General de Trabajadores (UGT) se manifestaron ayer frente a la sede de la CEOE en Madrid. En el acto, Pepe Álvarez, presidente de UGT, criticó “el cinismo que practica la patronal cuando se escandaliza del absentismo y no hacen absolutamente nada en relación con los accidentes de trabajo”.
El líder sindical recalcó la necesidad de adaptar la normativa: “Necesitamos actualizar la Ley de Prevención de Riesgos Laborales” y urgió al Ministerio de Trabajo a que “de manera inmediata saque el anteproyecto de ley”. Además, Álvarez advirtió que la patronal tiene que “sentir la presión”. “No pueden bloquear una ley como esta. O la CEOE es consciente que tiene que atender las necesidades de prevención en las empresas o esta será una lucha que no parará hasta que consigamos que realmente se reduzcan drásticamente los accidentes de trabajo en nuestro país”, zanjó el secretario general de UGT.