Crecimiento económico

El ‘cohete’ del PIB español aún tiene combustible, pero el FMI advierte de su desaceleración

El Fondo Monetario Internacional revisa al alza el crecimiento de España, estima un avance del 2,9 % en 2025 y del 2,0 % en 2026, y sitúa al país como la economía avanzada más dinámica por segundo año consecutivo

La Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.
EFE/EPA/WILL OLIVER

El viento sopla a favor de España. En medio de la incertidumbre global, los organismos internacionales parecen dar siempre alegrías al Gobierno de Sánchez. A las revisiones al alza del pasado mes de septiembre que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dio sobre el crecimiento del PIB español, se suman ahora las proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI). La entidad presidida por Kristalina Georgieva estima para España un avance de su economía del 2,9% en 2025, cuatro décimas por encima del pronóstico anterior presentado en julio. Y del 2,0% en 2026, mejorando en dos décimas su estudio previo.

La economía desarrollada que más crece

Aunque estos ritmos implican una desaceleración frente al crecimiento del 3,5 % del año anterior, el dato de 2025 sitúa al país como la economía desarrollada que más crece por segundo año consecutivo. El pronóstico del FMI ubica a España muy por encima de países vecinos como Francia (0,7%); Alemania (0,2%) o Italia (0,5%). Además, la nueva estimación aventaja al mismo tiempo a otras potencias de primer orden como Estados Unidos (2%), Reino Unido (1,3%) o Japón (1,1%).

Estimaciones de crecimiento del PIB de España por parte del FMI (Líneas)

A pesar de que en 2026 España continuará figurando entre las economías avanzadas más dinámicas, el FMI prevé una notable ralentización. La institución pronostica que la actividad decrecerá en casi un punto respecto al presente ejercicio. Parte de ese retroceso, que no contracción, se debe al fin de los fondos europeos vinculados a la pandemia. Las ayudas comunitarias han servido de impulso para la economía española durante los últimos cuatro años.

Todavía no hay detalles de los motivos de esta revisión al alza por parte de la organización. La espera se extenderá hasta el próximo miércoles, cuando el FMI comparta su informe Monitor Fiscal. Sin embargo, los principales motores del crecimiento son evidentes. Un mercado laboral activo que integra los flujos migratorios, la inyección de los fondos europeos, un sector turístico en expansión que sigue batiendo récords – y que espera que alcance los 100 millones de turistas en 2025-. El desarrollo de las renovables, que permite mantener precios de la energía competitivos. Y unos costes laborales controlados tras el episodio inflacionario de 2022 y 2023.

Paro e inflación a la baja

Este ajuste al alza del crecimiento también ha llevado a la organización a corregir sus datos sobre el empleo en España. El fondo considera ahora que la tasa de paro prevista para 2025 bajará al 10,8% y para 2026 al 10,7%. Aunque seguirá muy por encima del promedio europeo, donde se sitúa casi cinco puntos por debajo, en torno al 6%.

FMI
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, durante la 50.º cumbre del G7 celebrada en Borgo Egnazia, Apulia, Italia
EFE

Pese a que el buen hacer de la economía haría presagiar un alza de los precios generalizada -a mayor capacidad financiera, mayor gasto- el organismo anticipa una inflación aún más contenida. El FMI calcula una subida del coste de vida del 2,4% en 2025 y del 2% en 2026, cifra que modera levemente respecto a las estimaciones de julio. Aunque, una vez más, la ratio se mantiene cinco décimas por encima de la media de la eurozona, proyectada en 1,9 %.

Crecimiento global, aunque con matices

A nivel mundial, el órganismo presidido por Georgieva apunta a una ligera mejora en la expansión económica para 2025. Según el informe, el PIB global crecerá un 3,2 %, dos décimas más de lo estimado en julio, mientras que se mantendrá en el 3,1 % la previsión para 2026. Aunque de manera muy tímida, el desarrollo mundial pierde fuerza. Entre las causas, la más que temida incertidumbre de los aranceles de Trump. La amenaza recurrente del presidente de los Estados Unidos volvió al tablero geoestratégico el viernes de la semana pasada, cuando Washington anunció una imposición extra del 100% a China, con entrada en vigor el 1 de noviembre, por la política de Pekín sobre las tierras raras.

La división de Occidente por el reciente conflicto arancelario de Trump con la UE, aunque previsiblemente ya solventado. El reciente periodo inflacionario. O el endurecimiento de las políticas migratorias, que dificulta el reemplazo generacional en el mercado laboral en los países desarrollados, entre otros de los motivos de la desaceleración. Sin embargo, es la perpetuidad de la incertidumbre lo que hace prever al FMI en su último informe de Perspectivas Económicas Mundiales unas estimaciones de crecimiento “frágiles” y “desalentadoras”.

Comparativa del crecimiento del PIB: España, EEUU, la Eurozona y Global (Líneas)

En este sentido, el Fondo subraya que “el mundo se está adaptando” a las tensiones comerciales. Aunque valora un “impacto limitado” de las medidas proteccionistas adoptadas hasta ahora, tanto en la actividad como en los precios. Esta resiliencia temporal se debe a varios factores. Ante el miedo de una escalada en la guerra comercial, hogares y empresas adelantaron consumo e inversión. Al mismo tiempo, los retrasos en la implementación de tarifas permitieron posponer subidas de precios y la depreciación del dólar favoreció el comercio mundial. Lo que creo condiciones financieras más favorables.

(De)crecimiento sostenido

Sin embargo, el organismo advierte que los problemas estructurales, como el envejecimiento de la población y la baja productividad, dificultan un crecimiento sostenido. De hecho, a cinco años vista, el FMI estima que el PIB mundial aumentará un 3,2 % anual promedio entre 2027 y 2030, por debajo del 3,7 % histórico registrado antes de la pandemia.

Si bien la afirmación de Pedro Sánchez de que “la economía española no va como una moto, va como un cohete” parecía exagerada, el FMI parece darle la razón. Aunque hasta cierto punto. Según las proyecciones, el cohete no cuenta con el combustible suficiente como para mantener la velocidad y se espera que el crecimiento se modere en los próximos años. España enfrenta desafíos estructurales que echan el freno a su desarrollo. Golpes en la producción de las potencias vecinas por la incertidumbre global pueden hacer tambalear el principal motor económico nacional: el turismo.

A pesar de las alertas, la solidez del consumo interno y la diversificación de sectores estratégicos, como la energía renovable y la tecnología, ofrecen cierto colchón frente a los riesgos externos. El reto del Ejecutivo estará en combinar este impulso con políticas que garanticen estabilidad, inversión y empleo de calidad. Solo así, España podrá mantener su posición destacada en el mapa económico mundial y convertir un estallido pasajero en un crecimiento sostenido en el tiempo.

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