Así castiga Trump a las pymes españolas que venden por internet: “Nos tiene en vilo”

Gravámenes desorbitados, bloqueos postales e incertidumbre logística: el fin de los minimis en EEUU golpea al ‘e-commerce’ español

Un ciudadano estadounidense alucina con el precio que ha encontrado en una tienda de vinos en línea de Barcelona intentando hacerse con una botella de moscato rosé de Freixenet: 135 euros, “gastos de envío incluidos”. El precio de venta del artículo no supera los siete euros, pero los ‘de minimis’, las exenciones que permitían que paquetes con un contenido valorado en menos de 800 dólares no pagasen aranceles en aduana, ya no existen en EE.UU. “Esto es una salvajada”, comenta el norteamericano. “¿Alguien sabe dónde puedo comprarla? Porque 135 euros no voy a pagar”.

Otro caso: “Acabo de recibir una factura de DHL de 1.000 dólares en aranceles por una compra de 600 dólares en España”. Había comprado 53 colgantes en una joyería en línea también de Barcelona. A pesar de que pagara 600 dólares por las cadenas, la mera sospecha de que el albarán esté minusvalorando el contenido puede llevar a un funcionario del servicio aduanero estadounidense a proponer una nueva valoración: en este caso, de 2.400 dólares. No escapa a las obligaciones arancelarias que ahora la paquetera le exige al comprador. “No está claro cómo han llegado a esa cifra. Hemos presentado una reclamación y veremos qué pasa”.

No son los únicos ejemplos. Desde que a finales de agosto entrara en aplicación la orden ejecutiva de la Administración Trump que pone fin al agujero de estas exenciones ‘de minimis’, los usuarios estadounidenses habituados a comprar libremente en tiendas en línea de todo el mundo se están encontrando sustos similares, da igual el sector: bolsos, vinos, bisutería e incluso artesanías… y muchos de esos sobresaltos acompañan a paquetes enviados por pymes españolas.

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Howard Lutnick, secretario de Comercio de Estados Unidos, sostiene un cartel durante un anuncio de aranceles en el jardín de rosas de la Casa Blanca
Efe

Un golpe bajo a las pymes

Las consecuencias del fin del régimen ‘de minimis’ no afecta únicamente a los compradores estadounidenses. Desde que Washington anunciara que pondría fin a estas exenciones aduaneras, todas las miradas se posaron sobre grandes plataformas chinas como Shein o Temu, que han basado su negocio en hacer venta minorista con envíos desde sus almacenes en China. A pesar de que el golpe era sonado, Temu se ha repuesto y continúa en el mercado estadounidense con una sorprendente campaña de rebajas. Donde el golpe está resultando más devastador es en las pymes europeas, y España ya tiene un buen puñado de ejemplos.

No en balde, el ICEX, la entidad pública dependiente del Ministerio de Industria, advertía la pasada primavera que en 2023 el número de transacciones del comercio electrónico español con clientes estadounidense había superado la cifra de 4,6 millones, lo que representa “que una parte significativa del comercio electrónico transfronterizo español se acoge al régimen de minimis”. Según datos de la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC), en 2023 el volumen de negocio del e-commerce español con clientes de EEUU alcanzó los 864 millones de euros. En 2024 superó los 1.022 millones.

El pasado agosto ya daba cuenta del desafío que conlleva el fin de los minimis la organización patronal del calzado español, FICE: en un comunicado reconocía que la supresión de estas excepciones supondría “un desafío para las marcas españolas que venden mediante comercio electrónico directamente al consumidor final en EEUU”.

Cómo ayudaban los minimis

No hay un único perfil de negocio afectado. Los hay de todos los tipos y tamaños. Desde la recién nacida tienda de artesanías de crochet de una joven residente en Lanzarote que vende sus artículos a través de una plataforma llamada Etsy, a grandes e-commerces que facturan hasta siete dígitos y que se están viendo obligados a optar por operadores 3PL (logística de terceros) que les almacenen y gestionen inventario en suelo estadounidense.

Es el caso de un comercio electrónico que está en el sector del bienestar femenino. Su fundadora, que prefiere preservar el anonimato, reconoce que con el fin de las exenciones aduaneras sus productos “ahora tienen que pasar por controles aduaneros mucho más exhaustivos, con una cantidad de tareas regulatorias adicionales que hemos tenido que resolver de manera muy repentina”. “La Administración Trump nos ha mantenido en vilo con estos cambios”, explica a Artículo14. Para minimizar el impacto, la plataforma ha reaccionado organizando un almacén y asociándose con un operador 3PL en EE.UU. “para poder seguir cumpliendo los plazos de entrega”. “Aun así, queda la incertidumbre de si los envíos lograrán superar las aduanas sin problemas”.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump habla brevemente con los medios de comunicación después de una aparición sorpresa el 23 de abril de 2025.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
EFE/EPA/JIM LO SCALZO

El régimen ‘de minimis’ permitió durante años que muchas pymes probaran a ser ‘multinacionales’, “ampliando las exportaciones a través de canales digitales sin un riesgo prohibitivo”, recordaba en un reciente análisis el jefe de Investigación de la Cámara de Comercio británica, David Brahier. El régimen de minimis “no solo redujo costes, creó espacio para que las pymes innovaran”. Ahora, el fin de estas exenciones es un golpe bajo para el pequeño y mediano comercio de todo el planeta y manda un mensaje claro: en el retail internacional solo pueden jugar los mayores.

Bloqueo postal, un freno temporal

Pero la disrupción no la ha provocado solo la decisión de Trump. El golpe, aun anunciado, pilló a pie cambiado a la mayoría de operadores postales de toda Europa. A mediados de agosto el goteo de anuncios ya era constante: las principales paqueteras europeas fueron advirtiendo de que los envíos postales a Estados Unidos serían temporalmente suspendidos. Los servicios postales de países nórdicos, bálticos, de Bélgica, Austria y Francia lanzaron sus propios comunicados. Luego llegó el del gigante alemán DHL. El escrito del operador español, Correos, fue uno de los últimos en conocerse.

Correos - Sociedad
Fotografía de una oficina de Correos.
EFE

“Como consecuencia de la orden ejecutiva dictada el 30 de julio por el presidente de EEUU, desde el 3 de septiembre de 2025, Correos solo admite aquellos envíos a EE.UU. que contengan exclusivamente documentos sin valor comercial y los paquetes con mercancías cuyo valor supere los 800 dólares”, advertía la empresa pública. “Esta situación se mantendrá durante el tiempo estrictamente imprescindible para adoptar las medidas operativas necesarias que permitan atender las nuevas obligaciones”. El grupo empresarial recomienda desde entonces hacer los envíos de mercancías superiores a los 800 dólares a través de Correos Express.

Impacto mundial

Días atrás, la Unión Postal Universal, el organismo de Naciones Unidas encargado de velar por los estándares dentro del tráfico postal de todo el planeta, anunció que más de 88 operadores de todo el mundo habían suspendido total o parcialmente sus servicios hacia EEUU. En otras palabras: el tráfico postal que entraba en EE.UU. se había desplomado un 80%. El director general de la UPU, Masahiko Metoki, aseguró en un comunicado que ya está trabajándose en “el rápido desarrollo de una solución técnica que ayudará a reactivar el correo hacia EEUU”. Pero lo cierto es que, con exenciones o no, con aranceles o no, las pymes europeas y españolas ya están sufriendo las consecuencias de no poder despachar sus artículos al enorme mercado americano.

Naciones Unidas - Internacional
Bandera con el logotipo de las Naciones Unidas
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La nueva realidad

El ejemplo de Natalie lo resume con precisión. “Como Correos ha paralizado temporalmente los envíos a EE.UU. estaba intentando encontrar una paquetera. FedEx me pide 168,65 euros para enviar un paquete de 200 gramos desde Lanzarote a Nueva York y ni siquiera dice nada de aranceles, así que asumo que se los cargará al cliente cuando llegue. Espero que Correos retome sus envíos a EEUU pronto, y ojalá lo hagan con servicios de aranceles prepagados”. En estos momentos, el sector espera con urgencia soluciones DDP (siglas en inglés de ‘entregado con derechos pagados’) por parte de las paqueteras.

Shopify, una herramienta que permite a usuarios crear y gestionar sus propias tiendas en línea, ya está implementando de forma “limitada” soluciones DDP, a expensas de que los operadores postales afiancen esta solución logística en sus envíos. Pero esto no va a cambiar que una botella de moscato rosé ahora pase a costar 135 euros para un ciudadano estadounidense, por eso algunos empleados de esta plataforma tecnológica están aconsejando a las pymes que adopten un “enfoque híbrido”: contratar logística de terceros con almacenes en EE.UU. para los productos que más se vendan y enviar los artículos menos vendidos desde Europa con soluciones DDP.

Puertas cerradas

Sin embargo, no todos los negocios podrán asumir los costes de la nueva realidad arancelaria en EEUU. Brahier, el analista de la Cámara de Comercio británica, lo explicaba así: “Los minimis beneficiaban muchísimo a las pymes por reducir costes y eliminar barreras administrativas. Cuantas más empresas participan en el comercio, más son los beneficios indirectos en crecimiento e innovación. Los minimis han sido una palanca oculta del libre mercado que le abrió las puertas a las pymes a mercados globales”, escribía Brahier, analista de la Cámara de Comercio británica.

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