Laboral

Sanidad, educación y comercio: el refugio (y la trampa) del empleo femenino en España

La distribución sectorial del empleo de las mujeres sigue reproduciendo los roles tradicionales de género en el mercado laboral español. La brecha persiste: ellas lideran el paro, con Andalucía a la cabeza, y los hombres acaparan la mayoría de los contratos indefinidos

El Gobierno presentó ayer de la mano del Secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez, y del Secretario de Estado de Seguridad Social, Borja Suárez, los datos de paro y ocupación del pasado mes de agosto. De estos no solo se vislumbra un leve incremento del desempleo intermensual “condicionado por la estacionalidad”, como en innumerables ocasiones se encargaron de matizar ambos representantes, sino también una todavía gran brecha entre ambos sexos. Mientras que el paro femenino aumentó en 11.748 mujeres respecto al mes de julio, hasta alcanzar 1.471.731 desocupadas, el desempleo masculino se situó en 954.780 al ascender en 10.157 personas en agosto. En términos porcentuales, ellas abarcan más del 60% del total del paro registrado, o lo que es lo mismo, tres de cada cinco personas sin empleo son mujeres. Y suponen alrededor de un 54% más del número total de desempleados varones.

Las malas noticias para ellas no acaban aquí. Según los últimos datos de desempleo de Eurostat, España encabeza la lista de desocupación femenina de toda la Unión Europea, con un 11,6%. La media de mujeres sin empleo en la UE se sitúa sólo dos décimas por encima de la de los varones, y alcanza el 6%, frente a la disparidad de casi dos puntos y medio que representa en España.

Andalucía a la cabeza: 365.179 mujeres en paro

En el plano nacional, Andalucía, que a su vez es la región más castigada en cuanto a cifras de paro se refiere, registra el mayor número de mujeres sin empleo, con 365.179, frente a los 227.432 hombres. Cataluña, Comunidad Valenciana y Comunidad de Madrid completan la parte alta de la tabla de desocupación femenina, con 191.427, 181.741 y 168.097, respectivamente.

Paro femenino registrado por CCAA en agosto de 2025 (Mapa coroplético)

No obstante, las comunidades autónomas se mueven en consonancia con la media española en relación a la proporción que soportan ellas sobre el paro total de la autonomía. Y varían desde el 57% de las Islas Baleares hasta el 66,5%, alcanzado en la ciudad autónoma de Melilla. La localidad africana, aunque por razones poblacionales, recoge al mismo tiempo el número más bajo de desocupación femenina, con 5.004 mujeres sin trabajo. La vecina Ceuta, 5.854, La Rioja, 7.421, y las Islas Baleares, 14.748, presentan los datos más bajos de desempleo femenino.

La evolución anual de los datos de paro femenino continúa su progresión descendente. La serie histórica refleja la consolidación progresiva del empleo de las mujeres. Y el casi millón y medio de mujeres sin empleo registradas en el mes pasado, supone la cifra más baja en agosto desde 2008. Borja Suarez indicó durante la rueda de prensa que “el ritmo de crecimiento sigue estando por encima del de los hombres”, y añadió que la brecha de género es “otro de los problemas endémicos que tenía nuestro mercado de trabajo”.

Las mujeres ocupadas: 10,2 millones

Desde el punto de vista de la ocupación, una buena noticia para las mujeres que es que en agosto han logrado mantener la cifra de 10,2 millones de mujeres trabajando, cuando un año antes se perdió la cota histórica de los diez millones. En concreto, en agosto tras crecer la afiliación un 12,7% en comparación con el año anterior -frente al 11,3% de los hombres- el número de afiliadas se situó en 10.168.156 mujeres.

 

Del total de mujeres ocupadas, ocho de cada diez lo hacen en el Régimen General. En este sistema de cotización el empleo femenino alcanzó las 8,3 millones de afiliadas, con una alta concentración en sectores tradicionalmente ocupados por mujeres.

Sanidad, educación y comercio concentran el empleo femenino

Tres grandes ramas de actividad aglutinan el mayor volumen de mujeres trabajadoras: actividades sanitarias (936.763 afiliadas), educación (708.495) y comercio al por menor (1.007.191), este último siendo el sector con más mujeres ocupadas. Aunque la educación ha sido la actividad más afectada en los datos de paro con casi 76.000 empleos perdidos en agosto, Suárez ha señalado que “no es preocupante”, y augura “que ese empleo vuelve en los datos de los próximos meses de septiembre y octubre”.

También destacan los servicios de comidas y bebidas (622.892), la administración pública (618.924) y los servicios sociales (357.694 sin alojamiento y 283.462 en residencias), lo que refleja una fuerte presencia femenina en sectores de cuidado, atención y servicios. En contraste, la presencia femenina sigue siendo muy minoritaria en actividades industriales y extractivas, como la metalurgia (8.640), la extracción de petróleo y gas natural (44), o la pesca y acuicultura (525).

El RETA suma más mujeres, pero cae levemente

A su vez, la evolución de la afiliación femenina en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) durante 2025 muestra un crecimiento sostenido, aunque más lento que el de los varones. En enero de 2025, el número total de mujeres afiliadas al RETA era de 1.244.150, cifra que alcanzó su pico en junio con 1.268.321 afiliadas. Pero no todo son buenas nuevas. En los dos meses siguientes se produjo una ligera caída, y la afiliación femenina en el régimen de autónomos se situó en 1.263.850 en julio y en 1.259.796 en agosto.

Evolución de la afiliación de mujeres y hombres en el Régimen General y Autónomos (enero-agosto 2025)
Evolución de la afiliación de mujeres y hombres en el Régimen General y Autónomos (enero-agosto 2025)
Ministerio de Seguridad Social

Pese a ello, la brecha sigue siendo muy significativa: en agosto, había 886.117 autónomos varones más que mujeres, lo que refleja que solo el 37 % de las personas afiliadas al RETA son mujeres. Además, Suarez ha resaltado que la tendencia ascendente moderada de los autónomos “se concentra, en un 70%, en sectores del más alto valor añadido”. 

En el caso de las mujeres, según datos del Ministerio de Seguridad Social, el comercio al por menor encabeza el ranking de sectores económicos que más ocupan a ellas, con más de 235.000 trabajadoras autónomas. Seguido muy de cerca por los servicios de comidas y bebidas, con alrededor de 130.000 afiliadas. Otro sector destacado es el de los servicios personales, como peluquería, estética y actividades similares, que reúne a más de 129.000 mujeres autónomas.

Roles de género

Estas cifras ponen en evidencia que, a pesar del volumen creciente de afiliación femenina, la distribución sectorial del empleo de las mujeres sigue reproduciendo los roles tradicionales de género en el mercado laboral español.

El reparto ejemplifica una mayor precariedad y atomización del autoempleo femenino, vinculado muchas veces a iniciativas individuales de subsistencia o microemprendimiento. Mientras que en el Régimen General las mujeres acceden mayoritariamente a sectores públicos o regulados, en el trabajo autónomo su actividad se concentra en ámbitos con menor estabilidad, menor protección social y menor capacidad de conciliación.

Indefinidos para ellos, pero temporales a partes iguales

Las mujeres persisten en la búsqueda de empleo. El documento confirma la tendencia. De 4.305.466 demandantes de empleo en agosto de 2025, el 60% son mujeres, es decir 2.602.476. Entre los contratos también existe disparidad entre sexos, pero está vez en favor de ellas. Y es que, menos de la mitad del más de un millón de contratos nuevos fue para mujeres. Pero si miramos con lupa los datos, la diferencia es todavía más preocupante.

Más de un tercio de los acuerdos contractuales fue a tiempo indeterminado. De esos 385.856, el 40% fue para ellas, 158.013. En cambio, cuando se trata de contratos temporales, las mujeres copan la misma ratio que los hombres, un 50% del total de los 654.106. La contextura es peor si se analiza las condiciones laborales de las mujeres.

La radiografía del desempleo en España revela una realidad persistente: las mujeres no solo representan la mayoría del paro registrado, sino que también acceden en menor medida a contratos indefinidos y se concentran en sectores más vulnerables. Mientras el Gobierno mantiene su compromiso con un salario mínimo más justo, el mercado laboral sigue reflejando desigualdades estructurales que afectan de forma especialmente grave al empleo femenino. El reto ahora no es solo reducir el paro, sino cerrar definitivamente la brecha de género que lo define.