Cada año, cuando llega el frío, se repite la misma historia: encendemos la calefacción “solo un rato”, subimos un par de grados más porque todavía sentimos fresco… y a final de mes la factura se convierte en un susto monumental.
Este invierno no será diferente: la combinación de temperaturas más bajas, uso prolongado de los sistemas térmicos y variaciones en los precios de la energía anticipan un incremento notable en el gasto doméstico.
Sin embargo, existen formas efectivas —y muchas veces sencillas— de evitar que la calefacción se convierta en el enemigo del bolsillo. Desde pequeños trucos caseros hasta decisiones informadas sobre qué sistema utilizar, recopilamos 7 claves avaladas por expertos en eficiencia energética para sobrevivir al invierno sin arruinarse.
Elige bien tu sistema: cuánto cuesta cada uno por hora
No todos los sistemas de calefacción consumen igual. Para entender qué opción resulta más económica, conviene revisar cuánto cuesta aproximadamente una hora de uso de cada tecnología más habitual en los hogares.
A continuación, una tabla orientativa con valores medios —que pueden variar según proveedores, tarifas y rendimiento del aparato— pero que sirve como referencia para tomar decisiones inteligentes:
| Sistema de calefacción | Coste aproximado por hora | Ventajas principales | Desventajas |
|---|---|---|---|
| Gas natural (caldera) | 0,12 € – 0,18 € | Económico y estable | Requiere instalación fija |
| Pellets / biomasa | 0,10 € – 0,14 € | Muy eficiente y sostenible | Necesita almacenamiento de combustible |
| Bomba de calor eléctrica (aerotermia) | 0,08 € – 0,16 € | Mayor eficiencia del mercado | Pierde rendimiento con frío extremo |
| Radiador eléctrico | 0,25 € – 0,35 € | Fácil de instalar | El más caro por consumo |
| Butano / estufa catalítica | 0,20 € – 0,30 € | Calor rápido y potente | Ventilación obligatoria |
Una conclusión evidente salta a simple vista: los radiadores eléctricos son la opción más cara, mientras que la aerotermia y la biomasa se sitúan entre las más rentables. Si tienes posibilidad de elegir, tu factura lo agradecerá.
Instala burletes en ventanas: el truco casero más eficaz
Hay casas que pierden hasta el 30% del calor debido a rendijas en ventanas y puertas. Un paquete de burletes cuesta entre 5 y 10 euros, se coloca en menos de cinco minutos y puede reducir notablemente el consumo.
Cómo hacerlo:
- Limpia bien el marco.
- Mide y corta el burlete adhesivo.
- Pégalo asegurándote de que no queden huecos.
La diferencia se nota el mismo día.
Usa paneles reflectantes detrás de los radiadores
Un truco DIY económico y sorprendentemente eficaz. Los paneles reflectantes —láminas aislantes que se colocan entre el radiador y la pared— ayudan a que el calor se proyecte hacia el interior de la habitación, evitando que se pierda a través del muro.
Resultado: hasta un 10% de ahorro sin modificar la temperatura.
No calientes habitaciones vacías
Es básico, pero muchos lo olvidan. Si tienes una casa grande, cierra las puertas de estancias que no utilices y apaga los radiadores de esas zonas. Concentrar el calor donde realmente estás reduce el gasto y aumenta la sensación térmica.
Regula la temperatura correctamente: 19º-21º es suficiente
Subir de 21º a 23º puede aumentar tu factura un 15% más al final de mes. Los expertos recomiendan mantener la casa entre 19º y 21º durante el día y bajar a 17º por la noche.
Si tienes termostato programable, úsalo: calentar de golpe consume mucho más que mantener una temperatura estable.
Aprovecha el sol y la ventilación inteligente
- Abre cortinas y persianas por la mañana: la luz solar puede elevar la temperatura interior hasta 2 grados sin gastar energía.
- Ventila solo 10 minutos: suficiente para renovar el aire sin que la casa se enfríe por completo.
Son pequeños gestos que, sumados, reducen notablemente el uso de la calefacción.
Revisa radiadores y purga el sistema
Un radiador con aire dentro no calienta bien. Purgarlo al inicio del invierno garantiza que trabaje a pleno rendimiento sin exigir más energía de la necesaria.
En el caso de calderas, una revisión anual asegura que funcionen con eficiencia y evita consumos extra.
Un invierno frío, pero más inteligente
La calefacción es una necesidad, pero su factura no tiene por qué convertirse en una pesadilla. Con decisiones conscientes, hábitos eficientes y algunos trucos caseros, es posible reducir el gasto sin pasar frío.


