La desesperación de encontrar trabajo a una edad avanzada se ha convertido en un muro invisible para miles de personas que, como Stéphane Bragard, ven cómo sus años de experiencia pesan más que sus competencias. En un país donde la precariedad juvenil ocupa los focos, el drama del desempleo entre los mayores de 50 años se ha vuelto una herida sin cicatrizar. Y ha sido precisamente un mensaje desgarrador en redes sociales lo que ha vuelto a poner sobre la mesa esta cruda realidad, hasta el punto de que el propio Ministerio de Trabajo francés ha decidido actuar.
Según datos de la Fundación Adecco, más del 90% de las personas desempleadas mayores de 50 años cree que su edad es un obstáculo insalvable a la hora de pasar el primer filtro de selección. De hecho, el 56% lleva más de un año buscando trabajo. Y un 75% ni siquiera ha podido realizar una sola entrevista en los últimos seis meses. Es en este contexto donde se enmarca la historia de Stéphane, que se ha hecho viral en LinkedIn y ha provocado una reacción insólita del Ministerio de Trabajo.
Un mensaje que conmovió a miles de personas
“Tengo 57 años y, por tanto, ya no sirvo para nada mientras me pidan trabajar más”, escribió Stéphane Bragard el pasado mes de junio en su perfil de LinkedIn. En apenas unas horas, su testimonio se volvió viral. Más de 1.600 reacciones, 98 reenvíos y 353 comentarios. Muchos de ellos de personas que compartían su misma sensación de abandono por parte del sistema laboral. Su voz, cargada de tristeza y frustración, rompía un silencio que muchos padecen pero pocos se atreven a denunciar.
La respuesta ciudadana fue tan abrumadora que incluso el Ministerio de Trabajo tomó cartas en el asunto. Tal y como confirmó el propio Stéphane, la ministra Astrid Panosyan-Bouvet se puso en contacto con él personalmente y le invitó a participar en una mesa redonda sobre el empleo de personas mayores, en el marco de una próxima visita oficial a Bretaña. Un gesto que, aunque simbólico, ha sido interpretado como un paso hacia la visibilización del problema.

Stéphane no solo compartió su historia personal. También se convirtió en portavoz involuntario de una generación que siente que el mercado laboral le ha dado la espalda. En los comentarios a su publicación, muchos usuarios expresaron su indignación ante el trato que reciben los trabajadores mayores.
“Stéphane habla aquí en nombre de miles de candidatos que solo reciben desprecio, falta de respeto y mala fe por parte de los reclutadores”, escribió una mujer. “Es natural dar retroalimentación, incluso si no es positiva”, añadió Claudine, otra usuaria que también sufrió el silencio de los departamentos de recursos humanos.
La falta de respuesta y la invisibilización constante de este grupo demográfico es uno de los principales reproches que se dirigen al sistema laboral y al propio Ministerio de Trabajo francés, acusado por algunos de no haber actuado antes ante una situación que lleva años enquistada.