Asturias

El increíble lugar de Asturias donde el mar ruge y dispara chorros de agua al cielo

No hay nada que nos devuelva tan rápido a nuestra escala real como enfrentarnos al poder del mar en su estado más puro

Bufones de Pría - Sociedad
Una fotografía de archivo de los Bufones de Pría.
Animales Viajeros

En la costa oriental de Asturias, entre acantilados salvajes y prados que se precipitan al Cantábrico, existe un rincón donde la naturaleza parece respirar con furia. Allí, el mar no solo golpea contra la roca: ruge, silba y lanza chorros de agua hacia el cielo. Son los Bufones de Pría, uno de los espectáculos naturales más sobrecogedores del norte de España. Un fenómeno que combina la fuerza del océano, la fragilidad de la tierra y la belleza abrupta de un paisaje que parece sacado de otro mundo.

Los Bufones de Pría son grietas naturales en los acantilados, auténticas chimeneas verticales abiertas en la roca caliza. Por debajo, el mar se infiltra en galerías subterráneas y, cuando la marea está alta o el oleaje arrecia, el agua y el aire son empujados con tal presión que salen despedidos en forma de géiseres. El rugido que los acompaña —una mezcla entre bramido animal y silbido metálico— se escucha desde cientos de metros, como si la costa entera respirara.

El poder del Cantábrico

No hay dos días iguales en los Bufones de Pría. En jornadas de calma, el aire emerge como un suspiro: apenas un soplo húmedo que acaricia el rostro. Pero cuando el mar se enfurece, el paisaje cambia por completo. Los chorros de agua pueden alcanzar más de veinte metros de altura, el viento se llena de sal y el ruido es tan intenso que hace vibrar el suelo bajo los pies. Es el Cantábrico mostrando su verdadero temperamento.

Situados en el concejo de Llanes, dentro del Paisaje Protegido de la Costa Oriental de Asturias, los Bufones de Pría son un ejemplo perfecto de lo que la erosión y el tiempo pueden esculpir. La roca caliza, tan habitual en esta franja costera, se disuelve poco a poco por la acción del agua y el CO₂, creando cuevas, túneles y galerías. Con el paso de los siglos, la naturaleza acabó por abrir estas chimeneas que hoy fascinan a miles de visitantes cada año.

Bufones de Pría en Asturias - Sociedad
Una fotografía de archivo de los Bufones de Pría asturianos.
Animales Viajeros

El lugar tiene algo hipnótico. Los prados verdes se extienden hasta el borde mismo del abismo y el sonido del mar llega antes que su imagen. No hay barandillas ni artificios: solo la inmensidad del océano y el aliento de la tierra. Cada bufón respira a su ritmo, como si tuviera vida propia.

Cómo visitar los Bufones de Pría

Llegar hasta los Bufones de Pría es relativamente sencillo. Desde la autovía del Cantábrico (A-8), basta con tomar la salida hacia Llames de Pría, una pequeña aldea que parece suspendida en el tiempo. Allí, un aparcamiento habilitado marca el inicio del camino. Desde ese punto, una pista de tierra conduce durante poco más de un kilómetro hasta el borde del acantilado. El recorrido es fácil, aunque conviene llevar calzado cómodo y algo de abrigo: el viento suele ser constante.

La mejor época para disfrutar de los Bufones de Pría es el otoño y el invierno, cuando el mar se muestra más bravo y las mareas alcanzan su punto máximo. Con pleamar y temporal, el espectáculo es sobrecogedor, aunque también más peligroso. En esos días, las olas golpean con fuerza y los chorros de agua pueden aparecer a varios metros del borde del acantilado. Por eso, no conviene acercarse demasiado ni asomarse a las grietas, por muy tentador que resulte.

Durante los meses de verano, cuando el mar está tranquilo, los bufones se apagan casi por completo. Aun así, el entorno conserva un encanto indiscutible: el sonido del viento, el olor a sal, los acantilados recortados y la vista de la cercana Playa de Guadamía, una ensenada perfecta para cerrar la jornada con un baño o un paseo al atardecer.

Una ruta entre acantilados y leyendas

La zona de los Bufones de Pría forma parte de una ruta costera que une algunos de los paisajes más impresionantes del oriente asturiano. Desde el propio Llames de Pría, el sendero continúa hacia Villanueva, Cuevas del Mar o incluso Nueva de Llanes, atravesando prados, calas y acantilados que resumen toda la esencia de Asturias.

Ruta de los Bufones de Pría - Sociedad
Una fotografía panorámica de los Bufones de Pría.
Universidad de Burgos

En el camino es frecuente encontrar otras formaciones similares, como los Bufones de Arenillas o los Bufones de Santiuste, más altos y espectaculares pero menos accesibles. En conjunto, estos puntos forman una especie de “ruta del mar que respira”, donde cada bufón cuenta una historia distinta.

No falta quien asegura que, cuando el viento sopla desde el norte y la marea ruge, se pueden escuchar voces antiguas entre los bufidos del mar. Son leyendas que han pasado de generación en generación, mezclando superstición y respeto. En la cultura local, los bufones siempre fueron considerados lugares sagrados, puertas por donde la tierra se comunicaba con el océano.

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