Apenas un puñado de casas, una calle empedrada que parece detenida en el tiempo, el rumor del viento cruzando los prados y un templo que fue fundado en el año 999. Cervatos, una pequeña localidad del municipio de Campoo de Enmedio, se encuentra a escasos kilómetros de Reinosa. Y, sin embargo, sigue siendo uno de los secretos mejor guardados del sur de Cantabria. Mientras otras aldeas se ven desbordadas por visitantes de fin de semana, esta permanece en una especie de limbo histórico, ajeno al bullicio del turismo masivo.
Lo que muchos desconocen es que Cervatos alberga una de las joyas más extraordinarias del románico en España: la Colegiata de San Pedro. Una iglesia tan antigua como fascinante. Cuyo conjunto escultórico ha dado la vuelta al mundo por la audacia de sus canecillos, su simbolismo y su belleza arquitectónica. Sin embargo, el pueblo en sí —con sus apenas sesenta habitantes— parece haber sido olvidado por las guías de viaje convencionales.
Cervatos y su joya románica del siglo XI
La Colegiata de San Pedro en Cervatos no es una iglesia cualquiera. Fue declarada Monumento Nacional en 1895 y Bien de Interés Cultural. Y se mantiene como uno de los escasos templos del norte peninsular que ha conservado buena parte de su estructura original. Se cree que sus cimientos datan del año 999. Aunque el templo románico que hoy puede contemplarse fue erigido entre los siglos XI y XII.
Su ábside semicircular, los capiteles tallados con escenas bíblicas y profanas, y sobre todo los célebres canecillos eróticos que recorren su cornisa han generado todo tipo de teorías. Algunos historiadores apuntan a su función pedagógica en tiempos en los que el arte era también vehículo de moral. Otros prefieren leer en ellos una visión más terrenal de la religiosidad medieval.

Sea como fuere, Cervatos se ha convertido en referente del llamado “románico erótico”. Una etiqueta que no le hace justicia completa, pero que ha contribuido a su pequeña fama entre los estudiosos del arte medieval.
Un lugar sin prisa y con memoria
Más allá del templo, Cervatos es una aldea con dos barrios. Uno más elevado, junto a la colegiata, y otro más bajo, cerca del arroyo que serpentea entre los campos. Sus calles son de losas irregulares. Sus casas conservan aún los blasones familiares de otros siglos. Y algunos vecinos aseguran que las noches de invierno traen sonidos que nadie consigue explicar del todo.
@cantabriaromanica San Pedro de Cervatos, Siglo XII, Campoo, Cantabria.#arte #historia #románico #medieval
El pueblo se halla en un entorno estratégico. Cerca del puerto de Pozazal y en plena ruta de la antigua calzada romana que unía los territorios de la Meseta con el mar Cantábrico. En sus inmediaciones aún pueden visitarse restos de antiguos castros cántabros como El Pedrón o Las Rabas, vestigios de un tiempo en que estas montañas eran escenario de batallas entre indígenas y tropas romanas. Cervatos, sin proponérselo, es un museo al aire libre.