Santillana del Mar es, sin duda, uno de los destinos más cautivadores de la geografía española. Este pequeño pueblo de Cantabria, declarado conjunto histórico-artístico, ha conseguido lo que muy pocos lugares logran: conservar su alma medieval intacta mientras acoge a miles de visitantes cada año.
Pasear por este lugar es como abrir una ventana al pasado. Entre callejuelas adoquinadas, palacios de piedra y el inconfundible aroma del queso artesano que inunda sus rincones.
Conocida con humor como “la villa de las tres mentiras” —porque ni es santa, ni llana, ni tiene mar—, lo cierto es que Santillana del Mar encierra más verdades que ironías. Su autenticidad se respira en cada paso, en cada fachada centenaria y en cada conversación con sus vecinos.
El corazón románico de Cantabria
En el núcleo de Santillana del Mar se levanta uno de los templos más emblemáticos del románico español: la Colegiata de Santa Juliana. Construida en el siglo XII, este edificio religioso no solo destaca por su solidez arquitectónica, sino por el detallado trabajo escultórico de su claustro, cuyos capiteles cuentan historias de santos, animales y escenas cotidianas del medievo. Para muchos, visitar esta colegiata es comprender por qué la localidad es un tesoro histórico de incalculable valor.
Alrededor de la colegiata, el visitante se topa con joyas como la Torre de Don Borja o la Casa del Águila y la Parra. Estos edificios, que fueron residencias nobles, se mantienen como testigos mudos de una época en la que Santillana del Mar era punto de encuentro de aristócratas, comerciantes y clérigos.

Más allá de sus calles, uno de los mayores atractivos de Santillana del Mar se encuentra en sus afueras: la Cueva de Altamira. Este santuario prehistórico, cuyas pinturas datan de hace más de 15.000 años, es considerado Patrimonio Mundial por la UNESCO. Aunque la cueva original está cerrada por motivos de conservación, la Neocueva ofrece una reproducción fidedigna que permite a los visitantes revivir la experiencia del arte cuaternario en todo su esplendor.
La importancia de Altamira trasciende lo arqueológico. Supone un puente entre el pasado más remoto de la humanidad y nuestro presente. Y convierte a Santillana del Mar en una parada obligatoria para quienes aman la historia en todas sus formas.
Gastronomía de raíz y sabor auténtico
Santillana del Mar no solo deleita la vista. También conquista el paladar. La cocina local se nutre de ingredientes del entorno, con platos contundentes y llenos de sabor como el cocido montañés, las carnes asadas o los pescados del cercano mar Cantábrico. Pero si hay algo que destaca especialmente son los quesos artesanos, elaborados con leche de vaca, oveja o cabra en los alrededores de la villa.
@coleccionandomundos Guarda el vídeo si no te quieres perder estos lugares de Santillana del Mar, uno de los pueblos medievales con más encanto de España. Se trata del pueblo cántabro de las 3 mentiras, puesto que no es santa, ni llana, ni tiene mar. Datos de interés: 📍La cueva de Altamira es gratuita los sábados por la tarde y los domingos adquiriendo la entrada en taquilla. Para el resto de días son 3 euros. 📍La foto de la portada se trata de la casa del cura, una de las más fotografiadas de Santillana del Mar por tener la fachada llena de flores. 📍El museo de la Tortura cuesta 4 euros la entrada y tiene todos los instrumentos de tortura que usaba la Santa Inquisición en la Edad Media. #traveltiktok #pueblosmasbonitosdeespaña #viaje #cantabria #santillanadelmar #pueblosdeespaña #recomendaciones #parati #travel
Muchos consideran que los mejores quesos de España se degustan aquí. Desde quesos curados de intensidad profunda hasta variedades suaves con matices herbales, Santillana del Mar es una parada ineludible para los amantes del buen comer. A esto se suman delicias dulces como los sobaos pasiegos o las quesadas, que conquistan a todo aquel que las prueba.