En un pueblo histórico de Valladolid, que alberga un par de secretos que casi nadie conoce, se celebra este mismo fin de semana una de las celebraciones más especiales de Castilla y León, e incluso de toda España. Esta recibe el nombre de El Vítor.
A escasos días de que la procesión suceda, déjate llevar por la curiosidad y aprovecha la visita a este lugar para descubrir un pueblo muy bonito y lleno de historia.
Mayorga, un pueblo de Valladolid
Mayorga es una villa histórica ubicada en la provincia de Valladolid. Ubicado en el interior de la comarca de Tierra de Campos, tiene su asentamiento junto al río Cea. Su origen es prerromano, aunque su punto álgido fue durante la Edad Media.
De sus vestigios, destacan los restos de su muralla y el Rollo jurisdiccional del siglo XVI, símbolo de su antigua jurisdicción. También alberga arte mudéjar, destacando en iglesias como la de Santa María del Mercado y Santa Marina. Santa María de Arbas no se queda muy atrás.
Un gran secreto escondido en Mayorga es que alberga el buzón de correos más antiguo de España. Así lo atestigua una placa conmemorativa, que data el buzón en piedra del año 1793. Todo un patrimonio histórico, de un valor incalculable y restaurado en el año 2005.
Otra patrimonio destacado del lugar es su cultura, y este sábado, esta vive su máximo exponente en una celebración única en todo el país.
La procesión de El Vítor, una noche de pasión y fuego
La Procesión Cívica de El Vítor se celebra cada 27 de septiembre (sábado, este año) en Mayorga, en el marco de las fiestas patronales en honor a Santo Toribio. Es el “hijo” más ilustre de la villa, quien fue Arzobispo de Lima y un destacado evangelizador en América, canonizado en 1726.
Esta fiesta está declarada de Interés Turístico Nacional, un reconocimiento a su espectacularidad y su profundo arraigo histórico.
La tradición tras esta procesion se remonta al año 1737, cuando los vecinos de Mayorga salieron a recibir con antorchas y gran algarabía la reliquia de su patrón, Santo Toribio. Esta venía desde Perú.
El nombre de la fiesta, El Vítor, proviene del estandarte o tablilla de varios colores que encabeza la comitiva. Este símbolo era históricamente el emblema con el que las universidades, como la de Salamanca, honraban a sus doctores más insignes, como lo fue el santo en su momento.
Qué hace tan especial esta procesión
En la noche del 26 de septiembre, empieza la celebración con la Quema del Cubo en la Plaza Mayor del pueblo. Consiste en un acto simbólico, que representa el saber de Sant Toribio.
Alrededor de las 22:00 del día 27, arranca una procesión que termina en la Ermita de Santo Toribio y que protagoniza el fuego.
Los habitantes del pueblo portan una indumentaria de ropa vieja, guantes y sombreros de paja especiales para protegerse del fuego. La gente porta unos varales que llevan pellejos de cabrito cubiertos en brea y pez.
Los dejan cubiertos en vino durante 7 días, y en la esperada noche, los prenden. Mientras dura la procesión, va goteando el pez ardiente tras su paso.
El Vítor es custodiado por los mayordomos de la Congregación, quienes encabezan el acto. Es seguido de gente que baila y entona cánticos que demuestran una fuerte devoción con la euforia de la fiesta. Unos fuegos artificiales hacen aún más bello el momento, los cuales se disparan sobre las 00:00 horas.
Esta procesión llega a su fin al amanecer, seis de la mañana, hora aproximada a la que el estandarte llega a la ermita. En ese momento, se apagan los pellejos, se colocan los sombreros en los varales y se entonan el himno y la Salva a Santo Toribio.
Un espectáculo apasionante que deja sin palabras.