Cataluña

El secreto mejor guardado de la Costa Brava: una cala desconocida que es una ‘antiplaya’ y un paraíso escondido entre pinares y rocas

En plena Costa Brava aún sobrevive una cala salvaje sin chiringuitos ni aglomeraciones, accesible solo a pie y llena de autenticidad

Cala Estreta - Sociedad
Una fotografía de archivo de la hermosa Cala Estreta
Costa Brava Pirineu de Girona

En plena era del turismo de masas, cuando cada rincón de la Costa Brava parece haber sido conquistado por las redes sociales, los chiringuitos y los sombreros de paja made in China, todavía queda un lugar que resiste en silencio. Cala Estreta no aparece en los catálogos de agencias ni en los rankings de las playas más instagrameables del verano. Y, sin embargo, es un secreto a voces entre los que buscan algo más que mar y arena: una experiencia auténtica.

Ubicada cerca de Palamós, Cala Estreta es una rareza. No hay bares, ni socorristas, ni hamacas alquiladas a 15 euros la hora. Aquí el lujo no es el servicio, sino la ausencia de él. Es la ‘antiplaya’ perfecta para quienes detestan el bullicio y añoran el Mediterráneo que existía antes de que los influencers descubrieran el hashtag #costabrava.

Un acceso que actúa como filtro natural

Llegar a Cala Estreta no es sencillo. Y esa es precisamente su bendición. El acceso se hace a pie o en bicicleta, tras una caminata de varios kilómetros por senderos que serpentean entre pinos, rocas y acantilados. No hay asfalto ni zona de aparcamiento. Solo naturaleza. Esa dificultad selectiva ha mantenido alejado al turismo masivo y ha convertido la cala en un refugio de silencio, donde el sonido de las olas es el único hilo musical.

El propio camino se convierte en una experiencia. Caminar entre pinares, sentir el crujido de las raíces bajo los pies, aspirar el aire salobre antes de ver el mar. Cada paso hacia Cala Estreta es una desconexión del mundo y una reconexión con lo esencial. Es un trayecto para quienes buscan algo más que broncearse: una especie de rito de paso hacia lo salvaje.

@travelingmylife

🫶 Guarda esta Cala y ruta BRUTAL si quieres disfrutar de este enclave 🫶 📍 Cala Estreta, Palamós Ten en cuenta: ➡️ La ruta empieza en la playa de Castell en Palamós – Girona – y podemos llegar hasta Cala Estreta. ➡️ Dificultad: Medio, algún tramo con desnivel. Distancia total: 4.3km (SOLO IDA) ➡️ Tener en cuenta q es una ruta muy “salvaje”. Hay desfiladeros,ojo con niños y animales ‼️Cala nudista ➡️ Podéis hacer parada en La Barraca de Dalí y su puerta inclinada, en Google maps os saldrá exactamente el punto ➡️ En el trayecto encontrarás cantidad de calitas bonitas de difícil acceso. 🤎 Google maps te llevará sin problema 🤎 ¿Habéis estado? #goviral #costabrava #paraiso

♬ sonido original – Patt ✨️

Una vez allí, el esfuerzo se justifica. Las aguas de Cala Estreta son tan claras que parecen un espejo de cristal líquido. El azul del mar hiere los ojos de tan puro, y la arena, fina y pálida, invita al descanso sin necesidad de tumbona. Las formaciones rocosas y los pinares cercanos completan un paisaje que parece salido de otro tiempo, donde aún es posible disfrutar del Mediterráneo sin masificaciones ni ruido.

Este paraíso salvaje es, además, una lección de ecología práctica. En Cala Estreta no hay papeleras ni servicios, así que cada visitante debe llevarse su basura. No es una playa para cualquiera. Es para los que entienden que la naturaleza se respeta o desaparece. El resultado es un entorno casi virgen, donde el ser humano aún no ha logrado imponer sus ritmos.

El contrapunto perfecto al turismo de postal

Frente a destinos como Cadaqués o Calella de Palafrugell, que encarnan la postal ideal del verano catalán, Cala Estreta es su reverso. No tiene calles blancas ni heladerías artesanas. No hay sombrillas de colores ni paseos marítimos. Lo que hay es autenticidad. Y eso, en una Costa Brava cada vez más domesticada, es un valor en alza.

Si alguien menciona las mejores calas de la región y no nombra Cala Estreta, es que no ha llegado hasta allí. Porque quienes la han pisado no la olvidan. Es un espacio para nadar en silencio, leer sin interrupciones y respirar hondo. Un lugar donde no se va a ver ni a ser visto, sino a desaparecer un rato del mundo.

Cala Estreta - Sociedad
Una fotografía de archivo de la belleza de Cala Estreta
Wikipedia

El carácter aislado de Cala Estreta no solo protege el entorno, también impone una atmósfera especial. Aquí no hay lugar para fiestas improvisadas ni para altavoces portátiles. La cala está rodeada de respeto: el que nace del esfuerzo por llegar y del privilegio de estar. Es un espacio donde uno se siente invitado por la naturaleza, no dueño del terreno. Y eso cambia por completo la forma en que se habita el paisaje.

Gracias a su aislamiento y a la conciencia de quienes la visitan, Cala Estreta ha logrado mantenerse a salvo de la erosión turística que sufre gran parte del litoral mediterráneo. Es un milagro, sí, pero también un recordatorio de que otra forma de viajar y disfrutar es posible. Una que no impone, sino que escucha.

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