Cada verano, en el norte de España, un río se transforma en el epicentro de una de las competiciones más espectaculares y coloridas del calendario deportivo. Miles de palistas, tanto profesionales como aficionados, se dan cita para participar en una prueba que combina deporte, tradición y fiesta a partes iguales.
No es solo una carrera: es un evento que atrae a visitantes de todo el mundo y que convierte la ribera en un auténtico carnaval acuático.
Una tradición que cruza generaciones
La competición nació en 1930, fruto de la pasión de un grupo de amigos por el piragüismo. Lo que empezó como una travesía amistosa por un tramo de río, con apenas unas embarcaciones, pronto se convirtió en una cita deportiva de alcance internacional. Hoy en día, el evento está reconocido como Fiesta de Interés Turístico Internacional, lo que garantiza su proyección global.
Cada edición reúne a palistas de más de 20 países, que compiten hombro a hombro en un recorrido exigente pero espectacular. Y lo más fascinante es que el público no se limita a mirar desde la orilla: miles de personas siguen el descenso en paralelo, animando desde trenes, puentes y caminos que discurren junto al cauce.
Un recorrido lleno de adrenalina
El itinerario oficial recorre aproximadamente 20 kilómetros de aguas vivas. La salida, marcada por el tradicional disparo del cohete y la icónica frase de “¡Preparados… ya!”, da paso a una estampida de piraguas que avanzan a toda velocidad entre remolinos y rápidos.

Los palistas deben combinar resistencia, técnica y estrategia, ya que el río presenta tramos de corriente rápida, zonas más calmadas y curvas que exigen precisión en cada palada. Aunque se trata de una prueba cronometrada y con ganadores oficiales, la esencia de la jornada está en la convivencia y en el disfrute del entorno natural.
Una fiesta dentro y fuera del agua
El evento no se vive solo sobre la piragua. Desde días antes, la zona se llena de música, desfiles, gastronomía y actividades culturales. Los participantes y el público se visten con camisetas de colores, disfraces y banderas que representan a sus equipos o países, creando un ambiente festivo único.
La llegada a la meta es uno de los momentos más emocionantes: los primeros clasificados reciben el aplauso de miles de personas congregadas en la ribera, mientras que los últimos lo hacen con la misma ovación, porque en esta fiesta lo importante es participar.
@coral.explore.asturias Desfile del 87 Descenso Internacional del Sella, Arriondas, Asturias 💛💚🤍💙❤️ #asturiastiktok #exploreasturias #fiestasasturias
Motor turístico y escaparate natural
Más allá de la prueba deportiva, este descenso es un gran impulsor del turismo rural. Cada año, hoteles, casas rurales y campings cuelgan el cartel de completo. Los restaurantes y sidrerías locales aprovechan la afluencia para ofrecer lo mejor de la gastronomía asturiana, con platos como la fabada, el cachopo o la sidra natural como protagonistas.
La prueba también actúa como escaparate del paisaje. El recorrido atraviesa parajes de gran belleza, con montañas verdes, praderas y pueblos que parecen detenidos en el tiempo. Para muchos visitantes, el evento es la excusa perfecta para quedarse unos días más y explorar la región.
Un espectáculo que no deja indiferente
Cada edición deja imágenes inolvidables: embarcaciones decoradas de forma divertida, palistas disfrazados, grupos de amigos que se lanzan al río solo para vivir la experiencia… y un público entregado que convierte la jornada en una celebración masiva.
El evento combina tradición, deporte y diversión de una forma única. No es solo una carrera: es un símbolo cultural y una demostración de que el deporte puede unir a personas de diferentes edades, nacionalidades y niveles de experiencia.
Este descenso fluvial no es únicamente una competición de piragüismo; es un fenómeno social y turístico que cada año gana más seguidores. Si alguna vez has soñado con vivir una aventura sobre el agua, en medio de un paisaje espectacular y rodeado de un ambiente de fiesta, este es el lugar donde debes estar el primer sábado de agosto.