Desde sus inicios en la élite de la moda internacional hasta su actual papel como consejera en proyectos creativos y sostenibles, Vanesa Lorenzo ha trazado un recorrido donde la estética se encuentra con la conciencia. Modelo, escritora y emprendedora, redefine hoy el concepto de elegancia desde una mirada serena, integral y profundamente conectada con el bienestar.
Su estilo, atemporal, equilibrado y con un guiño de sofisticación práctica, es reflejo de una filosofía que trasciende la tendencia y abraza tanto el cuidado físico como la armonía visual. Una visión que también traslada a su forma de vestir: prendas eclécticas, funcionales y de calidad que acompañan el ritmo del día a día sin renunciar a la elegancia.
La modelo interpreta la maternidad como un lienzo de reflexión personal, donde conviven la imperfección, la vulnerabilidad y el crecimiento constante. Su relación con el pádel, al que llegó contagiada por la pasión de su pareja, Carles Puyol, responde a esa misma búsqueda de conexión entre movimiento, comunidad y disfrute.
En esta conversación, comparte su visión actual del lujo -cada vez más ligado al tiempo, la naturaleza y las relaciones genuinas-, su experiencia como madre y las claves de una vida en la que estilo y propósito caminan de la mano.

Has trabajado en la élite de la moda. ¿Qué papel ocupa hoy en tu vida?
La moda es para mí un lenguaje estético y una parte de mi trabajo, que hoy vivo con más serenidad. La entiendo como una vía para explorar la belleza y la creatividad, y también como una forma de apoyar proyectos con propósito. Así lo hago en The Animals Observatory, donde soy socia y consejera, aportando mi experiencia y sensibilidad en un proyecto que me ilusiona profundamente.
¿Cómo definirías tu estilo en tres palabras?
En tres palabras me cuesta. Mi estilo se ha ido moldeando con el tiempo y las experiencias que me ha regalado la moda. Tiene un punto ecléctico, con un gran valor por los buenos patrones y el tacto de los tejidos. Busco siempre la armonía, me atraen los cortes masculinos y las prendas atemporales, y el juego con el color es también parte de mi identidad.

¿Alguna prenda o accesorio que consideres tu “uniforme” infalible?
No tengo un uniforme rígido. Un ejemplo sería un pantalón con buen patrón, una camiseta de algodón de calidad y una prenda de abrigo oversize. Me gusta apoyarme en piezas versátiles, fáciles de combinar y en las que me siento cómoda.
¿Qué diseñadores o marcas te inspiran en este momento?
Admiro a las casas que mantienen una visión coherente, con calidad y atemporalidad en sus propuestas. También me inspiran las firmas jóvenes que abordan la sostenibilidad con rigor, sin renunciar a la estética.

¿Un ritual de belleza del que no prescindes?
Para mí, el cuidado empieza en lo esencial: respirar, mover el cuerpo, alimentarme de manera consciente y dormir bien. Son hábitos sencillos, pero cuando se sostienen en el tiempo marcan la diferencia. A ellos les sumo pequeños gestos que también me acompañan, como la limpieza facial mañana y noche antes de hidratar, o el uso de aceites esenciales.
¿Un consejo de bienestar que sigas y recomiendes?
Respirar y moverse cada día, aunque sean diez minutos. Cuando el cuerpo encuentra su centro, la mente le sigue.

¿Cómo vives el pádel y qué ha supuesto para ti ser la imagen de The Padel Club de Parfois?
Para mí el pádel es juego y conexión: me divierte, me activa y me regala un rato social muy sano. Crecí con la danza, no con las palas ni las raquetas, quizá por eso me exige un esfuerzo extra, pero también lo hace más estimulante. Ahora lo disfruto muchísimo, en parte contagiada por la pasión de mi chico, que está enganchadísimo. La propuesta de Parfois unía tres cosas que me identifican: movimiento, diseño y comunidad. Me gustó la mirada fresca del proyecto y una colección que conecta con mi estilo.
¿Cómo describirías esta cápsula deportiva frente a otras colecciones de activewear y qué importancia tiene para ti que la moda deportiva sea también versátil para el día a día?
Funcional y estilizada, con patrones que favorecen y tejidos que acompañan el movimiento. Conserva esa versatilidad que te permite salir de la pista y continuar el día con el mismo look. Además, la paleta de color me parece especialmente acertada. La versatilidad siempre me ha parecido una cualidad muy atractiva: me gusta que una prenda de activewear pueda transformarse con facilidad y dialogar con piezas muy distintas. Mi estilo es ecléctico y estos códigos de mezcla me encajan al 100%. Disfruto, por ejemplo, combinando un pantalón de sastrería con una sudadera o un top deportivo, o un pantalón de chándal con un punto clásico o una blazer.

¿Qué significa para ti el lujo en 2025?
Sin duda, para mí el verdadero lujo hoy es el tiempo, el silencio y la naturaleza. Y también las relaciones genuinas, esas que suman y nutren.
Si tuvieras que elegir un momento del día que sea solo tuyo, ¿cuál sería?
Encontrar un momento propio no siempre es fácil cuando eres madre y trabajas, por eso me obligo a buscarlos. Siempre que puedo me escapo al bosque, que por suerte lo tengo cerca, acompañada de mis perros. También una autopráctica de yoga o conducir a solas con mi música son espacios que disfruto y necesito para mí.
Tu perfil de Instagram es muy inspirador. ¿Qué legado te gustaría dejar a las nuevas generaciones a través de las redes sociales?
Gracias. Espero poder contribuir a generar conversaciones desde el respeto e inspirar desde un lenguaje creativo que busca embellecer nuestro día a día construyendo un camino de búsqueda del bienestar para crecer juntos.

¿Cómo ha cambiado tu manera de ver el mundo desde que eres madre?
Todo tiene otra medida. Es el aprendizaje más bestia al que me enfrento día a día, una gran oportunidad de autocrítica y de mirar de nuevo. Y también de descubrir un amor que no necesita palabras, un amor visceral, de entrega, que trasciende el lenguaje.
Para terminar, háblanos de OMA, uno de tus últimos proyectos
OMA es un proyecto en construcción que nace del deseo de acompañar en el arte de sentirse bien y celebrar la vida. Una plataforma en la que reúno a profesionales del ámbito de la salud para ofrecer conocimiento con rigor, pero siempre desde la sensibilidad y la cercanía. Será un espacio que combine prácticas de movimiento consciente, nutrición, charlas inspiradoras y también herramientas como la respiración o la meditación, que nos ayudan a cuidar la mente tanto como el cuerpo. Para mí, OMA es la oportunidad de compartir aprendizajes y crecer junto a una comunidad que, como yo, busca una salud integral y desea envejecer de la mejor manera posible, viviendo con mayor conciencia. Más adelante también se abrirá a experiencias presenciales, porque el encuentro humano es otra parte esencial de este camino.