Rosh Hashaná: fechas, origen y cómo se celebra el Año Nuevo Judío

Mientras sigue el genocidio entre Israel y Palestina, el pueblo judío se prepara para uno de sus días más importantes, el Rosh Hashaná, una celebración vital en su calendario, pues representa su Año Nuevo

El Rosh Hashaná es una de las fiestas más importantes del judaísmo
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Después de nuestro Año Nuevo, el inicio del calendario chino o el Año Nuevo islámico, llega el momento del Año Nuevo judío, conocido como Rosh Hashaná. Esta festividad, que marca el comienzo del calendario hebreo lunisolar, es una de las celebraciones más solemnes y espirituales del judaísmo. En 2025, el pueblo judío dará la bienvenida al año 5786 con el inicio de la fiesta al atardecer del lunes 22 de septiembre, prolongándose hasta el miércoles 24 de septiembre.

Rosh Hashaná no es únicamente una fecha de celebración, sino un periodo de reflexión y renovación interior. Es considerado, junto con el Yom Kipur (Día del Perdón), uno de los días más sagrados del calendario hebreo. Ambos forman parte de los denominados “Diez Días de Arrepentimiento” o Yamím Noraím, un tiempo en el que los fieles hacen balance de sus acciones, buscan el perdón y renuevan su compromiso espiritual.

Según la tradición, en Rosh Hashaná se conmemora la creación del mundo y, en especial, la creación del ser humano en el sexto día. El origen de la celebración se remonta a más de 4.500 años, cuando la fecha se anunciaba desde Jerusalén mediante hogueras que comunicaban a las comunidades dispersas. La primera mención escrita de esta festividad aparece en torno al año 200 de nuestra era, aunque su práctica es mucho más antigua.

Rituales y costumbres

Durante Rosh Hashaná, las familias judías se reúnen para compartir una cena festiva cargada de simbolismo. En la mesa no faltan alimentos con significado especial, como la granada (prosperidad y abundancia), los dátiles, el puerro o la calabaza, todos ellos asociados a buenos augurios. También es tradición consumir un pequeño trozo de cabeza de pescado o cordero, con el deseo de ser “cabeza y no cola” en la vida. Como postre, uno de los gestos más conocidos es mojar manzanas en miel, símbolo de un año dulce y próspero.

Otro de los momentos más significativos es el toque del shofar, un cuerno de carnero retorcido cuyo sonido convoca a la introspección y al arrepentimiento. Se trata de uno de los instrumentos más antiguos de la humanidad y, para los fieles, su eco es un recordatorio de la necesidad de volver a lo esencial y corregir el rumbo personal.

El Rosh Hashaná es una de las fiestas más importantes del judaísmo
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Además, es costumbre realizar un examen de conciencia (heshbón nefesh) y pedir perdón a aquellas personas a las que se haya podido ofender durante el año. Una práctica muy extendida es el Tashlij, que consiste en acudir a ríos, mares o fuentes de agua y arrojar migas de pan como símbolo de desprenderse de los pecados. Los más devotos suelen pasar largas horas en la sinagoga, dedicados a la oración y a la lectura de pasajes sagrados.

Entre la tradición y la vida cotidiana

En Israel y en comunidades judías de todo el mundo, Rosh Hashaná es también un tiempo de encuentro y convivencia. Más allá del aspecto religioso, muchas familias aprovechan estas fechas para viajar, reunirse con allegados o intercambiar regalos. Es habitual desearse “Shaná Tová” (feliz año) o la expresión más solemne “Gmar hatimá tová”, con la que se desea ser inscritos en el “libro de la vida” por el Todopoderoso. Para los judíos seculares, estas jornadas se enlazan con la festividad de Sucot o Fiesta de los Tabernáculos, un periodo vacacional que invita a disfrutar de la vida familiar y social.

Y es que el Rosh Hashaná combina lo espiritual y lo festivo: es un tiempo para recordar el origen del mundo, hacer balance del año que termina y preparar el camino hacia el futuro. Con tradiciones que se transmiten de generación en generación, el Año Nuevo judío se convierte en una oportunidad de renovación personal y comunitaria, donde cada gesto –desde el sabor de una manzana con miel hasta el sonido del shofar– encierra siglos de historia y espiritualidad.

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