FEMINISMO

‘Summer Glow Up’ o cómo la “operación bikini” se disfraza

Si hace unos años el verano traía consigo la operación bikini, ahora el término se disfraza con un anglicismo aparentemente amable para intensificar la presión estética sobre las mujeres

Las vacaciones y la consabida exposición en playas, piscinas o viajes ponen en marcha, una vez más, la maquinaria para “estar mejor que nunca” en pleno verano. El glow up, traducido libremente como “sube tu guapura”, se ha convertido en la fórmula de moda para intensificar la presión estética sobre las mujeres: mejorar la piel, lucir radiante o perder “los kilos de más”.

Lo que antes se conocía como operación bikini hoy se viste con otro nombre, pero el resultado es el mismo: el cuerpo femenino bajo constante escrutinio.

Redes sociales y violencia estética

El informe Mujeres jóvenes y trastornos de la conducta alimentaria, elaborado por el Instituto de la Mujer, advierte sobre la apología de la extrema delgadez, los cánones de belleza imposibles y las dietas restrictivas que circulan en redes sociales.

Estos contenidos, señala, alimentan el mito de la belleza y el estereotipo de la superwoman, distorsionando las aspiraciones y autopercepción de las jóvenes y provocando un impacto directo en su salud mental. No hay más que pensar en los comentarios que la cantante Lola Índigo recibió por supuestamente, mostrar “tripa” en sus conciertos o cómo se cuestionan las ganancia o pérdida de peso de algunas celebrities como Selena Gómez o Christina Aguilera.

 

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Depresión, aislamiento o trastornos de la conducta alimentaria son algunas de las consecuencias más frecuentes de esta presión digital. El informe subraya además: “Resulta preocupante la alta exposición a anuncios sobre operaciones estéticas que pone de manifiesto cómo la industria publicitaria explota el rechazo a la diversidad corporal dentro del entorno digital”.

Comentarios que hieren, dentro y fuera de las redes

El glow up se suma a fenómenos ya consolidados como la gordofobia, presente también más allá del ámbito digital. El mismo estudio recalca que el 90% de las personas encuestadas con un trastorno de la conducta alimentaria afirma haber recibido comentarios negativos sobre su aspecto físico por parte de su propio núcleo familiar o incluso en consultas médicas.

La presión estética que impulsa el glow up invisibiliza, además, a los cuerpos que se alejan del canon dominante: racializados, con discapacidad o simplemente diversos. A ello se suma la hipersexualización del cuerpo femenino y el auge de la llamada manosfera, que multiplica la misoginia en redes sociales.

Según el informe Autopercepción de la imagen de las mujeres en los nuevos entornos digitales, el 72,2% de las jóvenes de entre 18 y 24 años afirma haber recibido comentarios sobre su físico o mensajes sexuales no deseados.

El cuerpo, por partes

El fenómeno del glow up también incorpora una nueva tendencia: la fragmentación corporal. La idea de que el cuerpo femenino es “mejorable” por secciones  (abios, pómulos, nariz, pecho…) refuerza la percepción de que siempre hay algo por corregir. Más del 56% de las mujeres de entre 18 y 30 años reconoce sentir presión por parecerse a las mujeres que ve en redes sociales.

En este contexto, el glow up es una narrativa más bajo la apariencia de autocuidado que mantiene vivas las dinámicas de presión, exclusión y violencia estética sobre las mujeres.

 



 

 

 

 

 

 

 

 

 



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