Caso Epstein

Ansiedad y esperanza: sentimientos encontrados de las supervivientes de Epstein ante la revelación de los archivos clasificados

La Justicia estadounidense tiene hasta este viernes para revelar los documentos del caso del depredador sexual, que salpican a múltiples personalidades mundiales. Pese a los vínculos demostrados con Epstein, Trump desmiente haber formado parte de la red de abusos

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Donald Trump y Jeffrey Epstein (The House Committee on Oversight and Accountability)
The House Committee on Oversight and Accountability

Se acerca el momento definitivo del caso Epstein. Ante la desclasificación de los documentos que revelará la Justicia de EE UU este viernes, que descubrirán detalles desconocidos sobre la red de explotación sexual creada por el magnate estadounidense -en que participaron numerosas personalidades mundiales-, las víctimas de los abusos esperan el momento con una mezcla de ansiedad y esperanza.

Muchas víctimas hablan de una “retraumatización” anticipada, pero también de la expectativa de que los documentos validen por fin sus relatos y expongan a más responsables. Para Dani Bensky, la revelación de fotos la semana pasada -confiscadas de un ordenador de Epstein-, la dejó helada. Las imágenes, con detalles de la oficina del magnate, le recordaron tiempos oscuros.

Las víctimas de Epstein exigen la publicación de todos los archivos de Epstein
World Without Exploitation

Lo mismo le ocurrió a Sharlene Rochard, que tras la revelación de fotos tomadas en la isla privada de Epstein en el Caribe, reconoció una de las habitaciones donde fue abusada. Para Jess Michaels, descubrir el libro del 50 aniversario de Epstein, le revolvió el estómago. En 2003, amigos y conocidos del financiero estadounidense le regalaron un libro con dedicatorias, donde también figuraba un mensaje escrito y la firma de Trump.

El trauma de las víctimas de Epstein

En dicho libro, había un dibujo de varias mujeres masajeando diversas partes del cuerpo de Epstein. Michaels recordó que el depredador sexual le dijo a principios de los 90 que “hay partes del mundo donde un hombre puede recibir masajes de tres mujeres a la vez: en la cabeza, en los pies y en el centro”. Con los años, entendió que bromas sexuales como esta formaron parte de la estrategia de manipulación empleada por Epstein y su pareja Ghislaine Maxwell, encargada de “fichar” a muchas de las víctimas.

Víctimas
Las supervivientes del escándalo de tráfico sexual de Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell, Anouska De Georgiou y Danielle Bensky se abrazan en el Capitolio
Efe

Varias supervivientes describen que la espera les está provocando insomnio, ataques de pánico y recuerdos intrusivos del abuso, al no saber exactamente qué detalles de sus vidas aparecerán en los expedientes. Psiquiatras y terapeutas que trabajan con ellas explican que esta incertidumbre reactiva la sensación de pérdida de control que define muchos abusos sexuales, incluso antes de que se publique una sola página.

La desclasificación de los archivos

Fue el propio presidente Donald Trump quien exigió el mes pasado al Departamento de Justicia la desclasificación de los archivos, algo que las víctimas llevan mucho tiempo reclamando. El caso generó división en las bases del Partido Republicano, ya que antes de desvelarse la presunta conexión de Trump con el magnate financiero, integrantes del movimiento MAGA exigían publicar los archivos, con la voluntad de revelar los presuntos vínculos de personalidades del Partido Demócrata -incluido el expresidente Bill Clinton– en la trama de abuso sexual.

Trump
Nuevas imágenes sobre el caso Epstein
The House Committee on Oversight and Accountability

Algunas víctimas señalan que el Departamento de Justicia apenas les ha informado sobre cómo, cuándo y con qué condiciones saldrán los archivos, lo que aumenta la sensación de estar desprotegidas en un proceso que les afecta directamente. Abogadas que las representan denuncian que no tienen claridad sobre qué se piensa no publicar ni sobre los criterios de excepciones (por ejemplo, por “seguridad nacional”), lo que alimenta la desconfianza hacia las instituciones que durante décadas fallaron en protegerlas.

Las supervivientes insisten en que sus nombres y datos identificativos se protejan estrictamente, porque muchas temen acoso, estigmatización y un escrutinio mediático morboso si son plenamente identificables. Varias explican que ya viven una “prisión mediática”: cada nueva noticia, foto o debate público sobre Epstein les provoca miradas incómodas en la vida cotidiana y reabre heridas que nunca han terminado de cerrar.

Lisa Phillips, superviviente del escándalo de tráfico sexual de Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell
EFE/EPA/JIM LO SCALZO

Las “lagunas mentales”

“Estamos trabajando en esto a ciegas ahora mismo. Es un poco complicado porque no veremos los archivos antes de que lleguen. No sabemos a qué hora los entregarán el 19”, aseveró Dani Bensky. “La anticipación en sí misma puede ser un factor desencadenante. Las sobrevivientes se preparan para una exposición desconocida, y esa incertidumbre puede reflejar la pérdida de control, un factor central en el abuso”, explicó a la CNN la doctora Suzan Song, psiquiatra que asesora al Gobierno federal sobre programas contra la trata de personas.

No obstante, el mal trago que supondrá la revelación ayudará a confirmar detalles que algunas víctimas olvidaron por sufrir “lagunas mentales”, como el teléfono que tenía Epstein en su casa de la isla de Little Saint James, que se descubrió en fotos publicadas el mes pasado. “Cuando los sobrevivientes se encuentran posteriormente con señales que se asemejan a aspectos del trauma, estas pueden activar las mismas redes neuronales que estaban activas durante el daño original”, agregó Song.

Víctimas
Supervivientes de Jeffrey Epstein como Marina Lacerda lloran frente al Capitolio
Efe

Para lidiar con estos momentos decisivos, algunas supervivientes afrontan juntas la espera, concediendo entrevistas colectivas a los medios o compareciendo frente al Capitolio para exigir total transparencia en el caso. Con sus propias redes de apoyo, acompañamiento legal y psicológico, esperan que la presión que forzó a la desclasificación de los archivos culmine en una rendición de cuentas real de todos los que formaron parte de la red de abuso sexual.