En un hecho sin precedentes en la historia judicial de Estados Unidos, un jurado de Virginia declaró culpable a Russell Marubbio, de 54 años, por una agresión sexual cometida en 1987 en la localidad de Woodbridge. Lo que convierte este caso en histórico no es solo la condena por un delito ocurrido hace casi cuatro décadas, sino la manera en que se logró: mediante un análisis genético capaz de diferenciar a gemelos idénticos.
La víctima, entonces de 50 años, trabajaba en una gasolinera Chevron en Woodbridge. Según The Washington Post, había aceptado cubrir el turno de una compañera en la noche del 19 de diciembre de 1987. Al entrar al baño, un joven irrumpió portando un cuchillo, la sometió y la violó. En una audiencia reciente relató cómo el agresor envolvió cinta adhesiva alrededor de su cabeza, cubriéndole boca y nariz, y le ordenó que no pidiera ayuda durante cinco minutos. Después huyó.
El kit de violación recolectado en el hospital permitió guardar una muestra de ADN del atacante. Sin embargo, durante décadas no hubo coincidencias en el Sistema Combinado de Índice de ADN (Codis), la base de datos nacional utilizada por las fuerzas de seguridad. El caso permaneció sin resolver hasta que, en 2019, la unidad de casos fríos del condado de Prince William retomó la investigación.
Cuando las detectives Giannina Pinedo y Colleen Grantham revisaron las pruebas, descubrieron que el ADN conducía a dos hombres residentes en Florida: gemelos idénticos. El hallazgo parecía condenar nuevamente a la causa al estancamiento, pues durante décadas la ciencia forense había considerado imposible distinguir entre gemelos idénticos con las técnicas tradicionales. Entonces, ¿cómo demostrar cuál de los dos había cometido el delito?
La ciencia de las mutaciones somáticas
El laboratorio Parabon NanoLabs, con sede en Virginia, sugirió un enfoque innovador: el análisis de mutaciones somáticas. Estas son pequeñas variaciones genéticas que aparecen al replicarse las células a lo largo de la vida de cada individuo. “En promedio, los gemelos tendrán ocho de esos tipos de diferencias en los 3 mil millones de bases del genoma”, explicó Ellen Greytak, directora de bioinformática de Parabon.
La secuenciación completa del genoma de los hermanos permitió a los científicos identificar mutaciones que solo estaban presentes en Russell Marubbio. Esas diferencias mínimas coincidían con el ADN hallado en la escena del crimen. “Realmente es una cantidad pequeña, pero es una diferencia muy distintiva y clara”, añadió Greytak.
Según la bioinformática Janet Cady, de Parabon, encontrar esas variaciones es “buscar una posición entre 3 mil millones” en un código genético prácticamente idéntico. Aunque estas pruebas suelen usarse en oncología para rastrear mutaciones asociadas al cáncer, en este caso resultaron decisivas para atribuir la autoría.
Un hito judicial
El veredicto emitido el 21 de agosto de 2024 es considerado el primero en Estados Unidos donde se admite con éxito en un tribunal este tipo de análisis. “Este caso histórico marca la primera admisión y aplicación exitosa de esta técnica específica en un tribunal de los Estados Unidos para superar los desafíos en la identificación de ADN de gemelos idénticos”, señaló la fiscal de la mancomunidad del condado de Prince William, Amy Ashworth.
La misma funcionaria reconoció que en un inicio dudó en avanzar con una técnica inédita, pero finalmente lo comparó con otras innovaciones forenses que transformaron la justicia en el pasado. “Eventualmente la ciencia evoluciona y las reglas de evidencia se adaptan”, afirmó.
Antecedentes y proyecciones
No es la primera vez que se intenta usar este tipo de pruebas en un tribunal. En Massachusetts, en 2017, un juez rechazó un análisis similar por considerarlo no comprobado en aquel momento. Sin embargo, la condena de Marubbio abre la puerta a que más casos puedan resolverse gracias a estas tecnologías.
The Guardian recoge la opinión de expertos como la profesora Claire Glynn, de la Universidad de New Haven, destacan que las mutaciones somáticas se desarrollan muy temprano en la vida, tras la división del embrión, y son comparables a “comas y puntos en una oración”. La ciencia, afirma, “está bien estudiada y bien entendida”.
El precedente ahora es innegable. Casos que antes parecían imposibles de resolver por el obstáculo de los gemelos idénticos pueden tener un desenlace distinto. Como concluyó el profesor emérito David Kaye, “ahora es posible, y lo será”.
La sentencia contra Marubbio está prevista para noviembre, mientras la víctima, hoy de 88 años, expresó su satisfacción con el fallo: “Ella estaba muy feliz con el resultado. Aprecia todo el trabajo”, confirmó la fiscal Ashworth.