Entrevista

La senadora y ex ministra que quiere romper el círculo de la violencia en Francia: “Todo empieza en la infancia”

Laurence Rossignol, ex titular de Igualdad, impulsa reformas penales en Francia para endurecer las condenas y ampliar el reconocimiento de violaciones en serie

Francia
La senadora y ex ministra de Francia Laurence Rossignol
Cortesía Laurence Rossignol

Mucho se habla de medidas legislativas para identificar y castigar la violencia machista. Sin embargo, y pese a su relieve, en la cadena de violencia, la reparación de las víctimas en la infancia es un pilar tan crucial como urgente –y muchas veces olvidado–. Quien lo afirma es la senadora y exministra de Francia Laurence Rossignol, quien propulsó enmiendas para endurecer la pena contra la violación, al considerar la acumulación de agravantes e incluir la noción de violaciones en serie.

El desafío se le hizo evidente durante su paso por el Ministerio de Igualdad, entonces llamado de las Familias, de la Infancia y de los Derechos de la Mujer, entre 2016 y 2017, durante el mandato del socialista François Hollande. Más tarde, en mayo de 2025, elaboró un informe en el Senado sobre la prevención de las reincidencias de violación.

Haber actuado en diferentes frentes le dio un precioso conocimiento del terreno. Según contó Rossignol a Artículo14, es urgente atender a niños y niñas víctimas de violencia patriarcal para no caer en la trampa de la reproducción de conductas: “Hay que atender a las víctimas en la infancia para evitar que se conviertan en hombres agresores o las mujeres adultas que volverán a ser víctimas”.

La primera violación

El talón de Aquiles, por lo tanto no está tanto en prevenir la reincidencia, sino la primera violación. Los datos secundan su posición y muestran un aumento de 120% en el número de denuncias entre 2016 y 2023, mientras que la tasa de reincidencia de violaciones se sitúa alrededor de un 5,7%, inferior a otros delitos, según el informe.

Francia
La senadora y ex ministra de Francia Laurence Rossignol
Cortesía Laurence Rossignol

Queda mucho por hacer en términos de prevención primaria, atención a las víctimas, formación de magistrados, producción y análisis de datos estadísticos fiables, cuidado especializado al agresor en la cárcel y medidas de reinserción social tras cumplir la pena.

Pero, de acuerdo con la senadora, sin dejar de lado estos elementos, la sociedad debe adelantarse en los cuidados de las víctimas cuando son menores para no activar el círculo vicioso de la reproducción de la agresión en la edad adulta (para los hombres) o de la revictimización (para las mujeres).

“Hay que acompañarlos para que sean capaces de poner la palabra ‘víctima’ a lo que han vivido y se emancipen. De lo contrario, no tienen ninguna razón para pensar que no pueden volver a hacer lo que han sufrido”, afirma la socialista respecto a los futuros agresores, dada la prevalencia de agresores con antecedentes de abuso en la infancia.

En cuanto a las mujeres, la abundante producción científica muestra que aquellas que sufrieron violencia sexual antes de los 15 años tienen un riesgo significativamente mayor de revictimización en la edad adulta –ya sea sexual o intrafamiliar– que a veces supera cuatro veces la media, según el Instituto Nacional de Altos Estudios de Seguridad y Justicia.

Una ley integral en Francia

Francia puede estar más cerca que nunca de una ley integral para combatir la violencia contra las mujeres, un salto cualitativo que España dio en 2004 y que supuso, entre otros avances, una actuación transversal para el problema y un presupuesto estable. A pesar de todo el ajetreo político en el Parlamento francés –cinco primeros ministros en poco más de dos años–, el respaldo a una ley integral gana cada vez más adeptos, incluido el propio Gobierno.

“Estamos bastante optimistas”, asegura Rossignol, vicepresidenta de la delegación de derechos de la mujer en el Senado. Mientras tanto, poco a poco los avances abren paso en la legislación. Por ejemplo, la enmienda que incorpora la posibilidad de aplicar el acúmulo de agravantes en la cuenta de la condena, hasta ahora inexistente. Impulsado por Rossignol y adoptado por el Senado como parte de un proyecto de ley más amplio, necesita ahora su validación en la Asamblea.

Las violaciones en serie

Dicho proyecto de ley (“Reforzar la lucha contra la violencia sexual y sexista”) también logró incorporar muchas de las reivindicaciones de una coalición formada por 65 asociaciones feministas.

Otro tema es la inclusión de los actos en serie como circunstancia agravante de la violación, una bandera que Rossignol intenta propulsar desde el juicio del violador en serie Dino Scala.

En cuanto a la inscripción del no consentimiento en la definición penal de la violación –propuestos por las ecologistas Marie-Charlotte Garin y Véronique Riotton–, Rossignol es más reservada. “En los próximos cinco años podremos verificar sus efectos”, afirma.

La periodista y jurista, que se abstuvo en la votación victoriosa a finales de octubre, considera el cambio de redacción “una modificación un tanto cosmética y simbólica” que no necesariamente combatirá la impunidad. “Creo que el debate al final se centrará en cómo la víctima expresó su consentimiento o no”. Incluso, teme que el nuevo texto pueda añadir otras dificultades, como saber si el consentimiento se puede vender, lo que podría agudizar la situación de vulnerabilidad de profesionales del sexo.

El legado de Gisèle Pelicot

A casi un año del juicio que conmocionó al mundo al sentar en el banquillo a los 51 acusados de violar a Gisèle Pelicot a lo largo de casi una década mientras dormía bajo ansiolíticos suministrados secretamente por su marido, la senadora y jurista de formación identifica dos revoluciones. La primera fue de mentalidad, al “poner fin a la idea de que las puertas cerradas del tribunal protegen a la víctima”. “Lo más espectacular”, prosigue Rossignol, fue la firme decisión de Gisèle Pelicot de abrir las puertas del tribunal de Aviñón. “Y ahí fue donde nos dimos cuenta que este modelo de juicio a puertas cerradas protege en realidad a los agresores y perpetúa la violencia”.

Francia
Gisele Pelicot a su llega al Tribunal Penal de Gard de Francia
EFE

Otra revolución fue la magnitud del volumen de acusados, todos consumidores de sitios de pornografía y contactados a través de una página de internet (‘Coco‘, cerrada por decisión judicial). “El propio Pelicot no habría podido reclutar a 50 personas en el café de la esquina para que violaran a su mujer. Fueron las plataformas digitales las que permitieron la multiplicación de la violencia” –de ahí la necesidad de regularlas–, concluye la ex ministra francesa.