El cónclave de 2025 no solo será un momento decisivo para el futuro de la Iglesia católica, sino también un hito histórico en cuanto a representatividad global. Por primera vez, varios países que nunca antes habían tenido capacidad de votar en la elección de un Papa estarán representados entre los cardenales electores. Este cambio muestra la visión descentralizadora del Papa Francisco, quien, durante su pontificado, ha transformado radicalmente la composición del Colegio Cardenalicio.
Más del 80 % de los 133 cardenales electores que participarán en el próximo cónclave fueron designados por Francisco. Veinte de ellos fueron nombrados en diciembre de 2024, como parte de su estrategia para ampliar la diversidad geográfica y pastoral de la Iglesia. Esta es la primera vez que países como Sudán del Sur, Mongolia, Timor Oriental, Paraguay, Malasia, Ruanda y muchos otros, tendrán un cardenal con voz y voto en la elección de un pontífice.
39% de cardenales europeos
Durante siglos, la elección del Papa estuvo en manos de un colegio dominado por europeos, en particular italianos. Hasta el pontificado de Francisco, Europa contaba con una mayoría abrumadora de los electores. En 2025, aunque sigue sobre-representada (con el 39 % de los cardenales), la Iglesia refleja mucho mejor la realidad demográfica de su feligresía mundial. De hecho, África, Asia y América Latina concentran hoy la mayoría de los católicos del planeta, aunque hasta hace poco tenían escasa influencia en los cónclaves.
Uno de los casos más significativos es el de Sudán del Sur, el país más joven del mundo, que ahora contará con su primer cardenal elector: Stephen Ameyu Martin Mulla. Su participación representa la inclusión de las iglesias que, a pesar de enfrentar situaciones de conflicto, pobreza o persecución, trabajan en la fe y la paz de sus regiones.

Señales de cambio
De manera similar, en Mongolia, donde la comunidad católica apenas supera los mil fieles, el cardenal Giorgio Marengo representará a una Iglesia en los márgenes, pero profundamente comprometida con la evangelización en Asia Central. Lo mismo ocurre con Malasia y Singapur, naciones del sudeste asiático donde el catolicismo es una minoría, pero que ahora estarán representadas por los cardenales Sebastian Francis y William Goh, respectivamente. En esa misma región, Myanmar se suma al cónclave con el cardenal Charles Maung Bo, figura destacada por su defensa de los derechos humanos y su papel pastoral en medio de la devastadora guerra civil.

Otro ejemplo es el de Paraguay, país tradicionalmente católico pero que nunca había tenido un cardenal hasta la designación de Adalberto Martínez. Siguiendo con América; Haití, el país más empobrecido del continente, tendrá en Chibly Langlois su primera voz en un cónclave, en un momento donde la Iglesia local intenta sobrevivir en medio de la violencia y el caos político.

En Oceanía, la Iglesia también se globaliza. Papúa Nueva Guinea y Tonga estarán representadas por los cardenales John Ribat y Soane Patita Paini Mafi, respectivamente. Este último, originario de una pequeña monarquía del Pacífico Sur, fue en su momento el cardenal más joven del mundo.

Incluso en Europa se ven señales de cambio. Suecia, un país de mayoría protestante, estará presente en el cónclave con el cardenal Anders Arborelius, el primer sueco en la historia en alcanzar el birrete rojo. Y Luxemburgo, que aunque está en el corazón del continente, nunca había tenido un cardenal elector, participará con Jean-Claude Hollerich.

“En África no hay lugar para bendecir parejas homosexuales”
África también ha ganado presencia más allá de Sudán del Sur. Además del Congo o Nigeria, que ya contaban con representación, ahora se suman países como Ruanda, con el cardenal Antoine Kambanda —el primero en representar a su país tras el genocidio de 1994— y la República Centroafricana, donde Dieudonné Nzapalainga ha sido una figura clave en los procesos de paz. En el caso de Cabo Verde, el cardenal Arlindo Gomes Furtado llevará la voz de las pequeñas islas africanas de tradición católica portuguesa.

Este giro no significa una homogeneidad ideológica. Muchos de los cardenales nombrados por Francisco provienen de contextos culturales conservadores. En África y Asia, varios han manifestado posturas firmes contra la bendición de parejas del mismo sexo, una apertura pastoral impulsada recientemente por Francisco. “En África no hay lugar para bendecir parejas homosexuales”, declaró el cardenal Fridolin Ambongo del Congo, en respuesta a esa medida.

La presencia de estos nuevos electores, muchos de los cuales no se conocen entre sí ni tienen relaciones cercanas con la Curia romana, también añade una dosis extra de incertidumbre al proceso. En cualquier caso, lo que es indiscutible es que este cónclave marcará un antes y un después. El próximo Papa será elegido por una Iglesia más internacional que nunca.