Melissa se transforma en huracán categoría 5: la pesadilla del Caribe que ya provoca daños sin precedentes

Jamaica sufre inundaciones históricas, miles de evacuados y un impacto que pone a prueba la resistencia de toda la región

Huracán Melissa - Internacional
Personas caminan por una calle inundada en el barrio Manoguayabo, en Santo Domingo (República Dominicana).
EFE/Orlando Barría

El huracán Melissa se ha convertido en una amenaza sin precedentes para el Caribe. Con vientos sostenidos superiores a los 260 kilómetros por hora, lluvias torrenciales y una trayectoria lenta y errática, el fenómeno ha alcanzado la categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, el nivel más alto posible.

En Jamaica, el pánico se ha apoderado de la población mientras las autoridades insisten en que nadie debe salir de los refugios. Los aeropuertos están cerrados, las comunicaciones se interrumpen por momentos y las imágenes que llegan desde la isla muestran un país azotado por una fuerza natural que ya deja tras de sí un rastro de destrucción.

Jamaica, el epicentro del desastre

Durante las últimas horas, el huracán Melissa ha descargado toda su furia sobre Jamaica. Los meteorólogos del Centro Nacional de Huracanes (NHC) han advertido de que el sistema se mueve con lentitud. Eso agrava los efectos de las lluvias y los vientos. Se han registrado acumulaciones de hasta un metro de agua en algunas regiones, con marejadas ciclónicas de entre tres y cuatro metros en la costa sur. Los servicios de emergencia hablan ya de inundaciones catastróficas y deslizamientos en áreas rurales, donde cientos de viviendas han quedado arrasadas.

La capital, Kingston, permanece prácticamente paralizada. Las calles están vacías, los árboles arrancados y los postes eléctricos caídos bloquean las avenidas principales. Las autoridades han habilitado más de 900 refugios para acoger a miles de personas, aunque muchos jamaicanos han optado por quedarse en sus hogares, desafiando las recomendaciones oficiales. “Nunca había escuchado un ruido así, como si el cielo se partiera en dos”, relataba un vecino a la prensa local antes de que la señal se cortara.

Una trayectoria que mantiene en vilo a medio Caribe

El huracán Melissa se desplaza lentamente hacia el oeste-noroeste, en dirección al este de Cuba, y amenaza también a Haití y Bahamas. El NHC ha emitido alertas de huracán para varias provincias cubanas y avisos de tormenta tropical en el norte de Haití. Los expertos advierten de que la velocidad de avance —apenas cinco kilómetros por hora— prolongará las lluvias extremas durante días, aumentando el riesgo de que se produzcan deslizamientos masivos y cortes eléctricos prolongados.

En Haití y la República Dominicana ya se han registrado al menos cuatro fallecidos, según medios locales, tras el paso de las primeras bandas exteriores del huracán. Las imágenes aéreas muestran carreteras inundadas, puentes colapsados y viviendas derrumbadas por la fuerza del viento. “Muchas de estas comunidades no sobrevivirán al nivel de inundación que estamos viendo”, declaró un ministro jamaicano en una conferencia de prensa.

El huracán Melissa avanza con un ojo bien definido y una estructura simétrica que los satélites califican de “perfecta”. Es, según los meteorólogos, uno de los ciclones más potentes del Atlántico en los últimos años, comparable solo a tormentas históricas como Gilbert (1988) o Beryl (2024). Su presión central, de apenas 913 milibares, confirma su carácter excepcional.

Consecuencias devastadoras y daños sin precedentes

La lentitud del huracán Melissa lo convierte en un enemigo especialmente peligroso. A diferencia de otros sistemas que cruzan rápidamente las islas, Melissa se mantiene prácticamente estacionario sobre el Caribe, provocando un efecto de saturación del suelo que multiplica el riesgo de desastres. Las autoridades jamaicanas hablan ya de “pérdidas incalculables” en infraestructuras, agricultura y viviendas.

En Montego Bay, las cámaras de seguridad captaron imágenes de tejados volando y de automóviles arrastrados por las corrientes. En las zonas costeras del sur, la marejada ciclónica ha invadido barrios enteros. Los equipos de rescate no pueden acceder a las áreas más afectadas debido a los derrumbes. “Nos preparamos para un huracán, pero esto es algo completamente distinto”, decía un responsable de protección civil al diario The Gleaner.

Mientras tanto, Cuba y Bahamas se preparan para el impacto. En la provincia de Guantánamo se han evacuado a más de 20.000 personas y el gobierno ha desplegado al ejército para garantizar la seguridad en las zonas costeras. En las islas bahameñas, la población teme una repetición del desastre de 2019, cuando el huracán Dorian devastó la región.

Un récord meteorológico que marcará historia

El huracán Melissa pasará a la historia como uno de los fenómenos más intensos jamás registrados en el Caribe. Su combinación de potencia, lentitud y persistencia lo convierte en un ejemplo extremo del cambio climático y del calentamiento de las aguas del Atlántico, que han alcanzado temperaturas récord este año. Los científicos advierten que este tipo de eventos serán cada vez más frecuentes y destructivos si la tendencia global no se revierte.

Por ahora, la prioridad es sobrevivir. En las redes sociales, las etiquetas #HurricaneMelissa y #PrayForJamaica se multiplican mientras los gobiernos regionales piden ayuda internacional. Los satélites muestran un ojo del huracán perfectamente delineado sobre un Caribe que aguanta la respiración. La naturaleza, una vez más, recuerda su poder descomunal y su capacidad de poner al límite a todo un continente.

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