En un mitin que debía servir para hablar de inflación, empleo y precios de los medicamentos, el presidente de Estados Unidos sorprendió. Ante una audiencia en Rocky Mount, Carolina del Norte, Donald Trump terminó explicando cómo su esposa, la primera dama Melania Trump, organiza su cajón de lencería. El comentario, insólito por el nivel de detalle, se produjo mientras el mandatario volvía a cargar contra el registro del FBI en su residencia de Mar-a-Lago en 2022, una investigación que sigue marcando su agenda pública ante la máxima presión judicial.
Trump había viajado al estado para defender su gestión económica de cara a las elecciones de medio mandato de 2026. Durante un discurso de unos 90 minutos habló de un informe que mostraba una inesperada moderación de la inflación, de un anuncio reciente para bajar algunos precios de medicamentos y de cómo interpretaba el aumento del desempleo como consecuencia de haber despedido a numerosos trabajadores públicos.

Trump relató su versión del registro del FBI en Mar-a-Lago. Dijo que los agentes “entraron en el armario de mi esposa” y “miraron en sus cajones”, acusándolos de haber revuelto su ropa. A partir de ahí, el relato desvarió.
Trump: Her (Melania's) undergarments, sometimes to referred to as panties…. I think she steams them.pic.twitter.com/KESNIjMDh2
— Molly Ploofkins (@Mollyploofkins) December 20, 2025
Sus bragas, “dobladas a la perfección”
“Todo es perfecto. Su ropa interior, a veces llamada ‘bragas’, está doblada a la perfección, envuelta. Son, como, tan perfectas. Creo que incluso las plancha con vapor”, afirmó el presidente, describiendo a Melania como “una persona muy meticulosa”. El comentario provocó sorpresa y risas nerviosas, y desplazó momentáneamente cualquier debate sobre política económica.

“Mi esposa no estaría contenta”
No fue el único desvío del acto. Trump imitó con acento francés al presidente Emmanuel Macron al recordar negociaciones farmacéuticas. Incluso mencionó a su rival de hace casi una década. “No sé, ganar a Hillary fue divertido”, dijo entre aplausos. “¿Recuerdan? Era una persona desagradable. Iba a usar una palabra con B, pero pensé: ‘mi esposa no estaría contenta’”.
La referencia a la ropa interior de Melania se produjo mientras Trump enumeraba agravios y sugería incluso compensarse a sí mismo por las demandas que ha presentado contra el Departamento de Justicia. “Estoy demandando y se supone que soy yo quien tiene que llegar a un acuerdo. Así que quizá me conceda mil millones de dólares y los done todos a caridad”, dijo.
Y ese contexto legal no es menor. El registro de Mar-a-Lago, realizado en agosto de 2022, formaba parte de una investigación federal sobre la gestión de documentos clasificados tras el final de su presidencia. Meses antes, la Administración Nacional de Archivos y Registros había informado de que se habían retirado 15 cajas de documentos oficiales que debían haberse devuelto al Gobierno.
Posteriormente, un gran jurado federal imputó a Trump en junio de 2023 por su presunto manejo indebido de material clasificado, aunque el caso fue finalmente desestimado en julio de 2024.

“Soy probablemente muy neurótico”
En el mitin, el presidente también habló de sí mismo. Respondió a dudas sobre su estado físico tras aparecer somnoliento en algunos actos recientes y aseguró haber superado pruebas cognitivas. “Cuando llegue el momento, se lo diré al país. De hecho, probablemente lo notarán solo con verme”, afirmó. “Pero ese momento no es ahora, porque me siento igual que hace 50 años”.
Hubo tiempo incluso para reflexiones personales. “Soy probablemente muy neurótico”, confesó. “Siempre digo que una neurosis controlada es buena. Ser neurótico sin control, no. Pero si está controlado, está bien. Te da energía”.

Trump volvió a exhibir su estilo en una mezcla de asociaciones libres y agravios personales que poco tuvieron que ver con el contenido previsto del discurso y que, en plena tormenta judicial y con el foco mediático encendido por el caso Epstein, volvió a desviar la conversación hacia terrenos inesperados.

