Ataque a Irán

Trump se da dos semanas para decidir si se une a Israel

Trump concede más tiempo a la diplomacia antes de decidir sobre el ataque estadounidense a Irán. EE UU dispone de la bomba necesaria para golpear la central subterránea de Fordo

Trump
Manifestantes pro palestinos sostienen ilustraciones del presidente estadounidense Donald Trump y del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu
Efe

Mientras el conflicto bélico de larga distancia sigue intensificándose entre Israel e Irán, el Gobierno de Benjamin Netanyahu sigue presionando a la Administración Trump para forzar la participación directe de EE UU en la guerra.

Durante el jueves, los misiles balísticos iraníes volvieron a aterrorizar a millones de israelíes, con impactos directos en el principal hospital del sur del país y centros urbanos del centro, que causaron decenas de heridos. Por su parte, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) intensificaron sus ataques sobre posiciones nucleares y militares del régimen de los ayatolá.

Donald Trump (c), junto a integrantes de su Gobierno saludando a la bandera este miércoles, en Washington (Estados Unidos).
EFE/ Casa Blanca

La ambigüedad de Trump

Desde Washington, el magnate republicano sigue emitiendo mensajes ambiguos sobre el rol que jugará el Ejército estadounidense. Por ahora, estaría ayudando a su principal aliado en Oriente Medio con protección defensiva, y el líder republicano altera mensajes en los que mezcla la apuesta por la diplomacia con amenazas de golpear duramente al régimen de los ayatolás.

“Tengo ideas de lo que se debería hacer”, insistió Trump, pero aclaró que “tomaré una decisión a último segundo, porque las cosas cambian”. El presidente estadounidense, que pidió una “rendición incondicional” a un régimen iraní cada vez más debilitado -parte importante de su cadena de mando fue liquidada-, insistió en que todavía “no es demasiado tarde” para que Irán abandone su programa nuclear.

Trump concede dos semanas a la diplomacia

Trump, que abrió las puertas a recibir a una delegación iraní en la Casa Blanca, consideró que “hay una gran diferencia entre como eran las cosas hace una semana”, cuando oficiales de Washington y Teherán tenían previsto reunirse el pasado domingo en Omán para explorar la solución diplomática a la amenaza del programa nuclear. Ahora, el líder estadounidense apuesta por una “victoria total” israelí.

La revista iraní Tejarat Farda, titulada ‘El beneficio de la paz’, presenta una imagen del presidente iraní Masoud Pezeshkian y el presidente estadounidense Donald Trump
EFE/EPA/ABEDIN TAHERKENAREH

“Teniendo en cuenta que existe una posibilidad considerable de que se celebren o no negociaciones con Irán en un futuro próximo, tomaré una decisión sobre si ir o no en las próximas dos semanas“, afirmó el presidente en una declaración, que fue leída en voz alta por la secretaria de prensa Karoline Leavitt.

En el Partido Republicano afloran posturas enfrentadas sobre como afrontar la crisis en Oriente Medio. Las divisiones quedaron patentes en el debate entre el senador Ted Cruz y el periodista conservador Tucker Carlson, representante del ala más aislacionista del movimiento Make America Great Again (MAGA).

¿A quién beneficia un ataque de Estados Unidos?

Durante la charla, Carlson retó a Cruz, preguntándole sobre la etnia o el número de habitantes de Irán, país cuyo régimen llaman a suplantar a bombazos. Cruz alegó que su falta de conocimiento en la materia no era motivo para descartar que EE UU se una a la guerra. Entre otras cuestiones, se debatió sobre si es un interés de EE UU entrar en un nuevo conflicto; si el cambio de gobierno en Siria benefició a Washington; el dinero que se gasta en ayuda militar a Israel; o hasta donde llega la influencia de la diplomacia y los lobbies proisraelíes en la toma de decisiones del país.

Donald Trump, en la Casa Blanca en Washington, Estados Unidos
EFE/ Jim Lo Scalzo / Pool

La ambigüedad de Trump escenifica las dos corrientes existentes entre su militancia: los aislacionistas, que recuerdan la promesa de su líder de terminar las guerras en el mundo (y no iniciar otras); y los herederos de los “neoconservadores” (de la Administración Bush), que insisten en que la principal potencia del mundo no puede permitirse que afloren amenazas nucleares a la estabilidad global. Esta corriente fomentó la invasión de Irak, tras las alegaciones -después desmentidas- de que Sadam Hussein disponía de armas de destrucción masiva.

A tres años de la bomba atómica

Acorde a la inteligencia estadounidense, el régimen de los ayatolás está a tres años vista de lograr armas atómicas. Pero desde las FDI insisten en que no es cuestión de tiempos: “No podemos permitir que Irán obtenga armas nucleares. No podemos permitir que Irán obtenga misiles balísticos. Es una amenaza existencial para Israel”, comentó un portavoz militar.

El ex ministro de defensa israelí Yoav Gallant, destituido por Netanyahu por discrepancias sobre el manejo de la guerra tras el asalto de Hamás del 7 de octubre, recordó que la aviación israelí es incapaz de destruir la central de enriquecimiento de uranio en Fordo, una parte vital del plan nuclear de los ayatolás. “Solo América lo puede hacer, y solamente Trump lo puede ordenar”.

Irán
Una imagen satelital facilitada por Maxar Technologies muestra la instalación nuclear de Fordo
Efe

La bomba anti-búnker GBU-57

“La planta está construida en la zona montañosa de Qom, a 90 metros bajo un terreno rocoso, y protegida con capas de hormigón armado y otros materiales protectores, que le permiten sobrevivir a duros ataques aéreos”, apuntó Gallant. Y agregó: “EE UU planeó y produjo especialmente para esta necesidad la bomba anti-búnker GBU-57”.

Dicho proyectil, que pesa unas 13 toneladas y mide unos seis metros de largo, dispone de una carga de unas 2,4 toneladas de material explosivo. Durante la caída, se acelera, penetra en el objetivo y rompe capas antes de explotar. “De tres a ocho de esas bombas serán suficientes para destruir completamente Fordo”, vaticinó Galant.

“La próxima semana”

Pese a la ambigua posición de la Administración Trump, su enviado especial a Oriente Próximo Steve Witkoff conversó varias veces con Abbas Araghchi, el ministro de Exteriores de Irán. “La próxima semana será muy grande. O tal vez ocurra en menos de una semana”, zanjó Trump.