Controversia

Alarma en las mujeres de Jumilla: “Vox ha removido un avispero”

La población de este municipio murciano teme que el veto al culto musulmán en espacios deportivos desate una escalada de violencia similar a la de Torre Pacheco

La decisión del Ayuntamiento de Jumilla, un pueblo del sureste español gobernado por la derecha y donde residen miles de inmigrantes, de prohibir actos religiosos en espacios municipales donde se celebraban ceremonias islámicas como el fin del Ramadán, ha desatado indignación e incertidumbre entre la comunidad musulmana semanas después de los incidentes racistas registrados en una localidad próxima
Una mujer de origen marroquí camina con el carrito de su bebé, este jueves por una calle de Jumilla
Efe

Desde los incidentes en Torre Pacheco (Murcia), Jumilla ha vivido en calma chicha, en una aparente quietud tan tensa que hasta el mínimo canto de un pájaro la habría podido romper. Así ha sucedido tras el veto de Vox a las fiestas musulmanas en instalaciones públicas deportivas con el pretexto de defender “nuestras tradiciones frente a la constante ofensiva ideológica de la izquierda, que pretende imponernos costumbres ajenas”.

¿Podría repetirse lo sucedido en Torre Pacheco? Este municipio, recordemos, vivió el 12 de julio el inicio de una oleada de disturbios provocados por una fuerte avalancha de odio en redes, con mensajes racistas y llamadas a la violencia. Artículo14 informó entonces que, “como en tantas otras explosiones de odio, la violencia tiene rostro de hombre”. Por eso, hemos preguntado a las mujeres si temen que el foco se traslade ahora a Jumilla.

Sus respuestas van en una misma dirección: “El veto a estas fiestas está orquestado con ese mismo fin. Hacer mucho ruido para que se desate una nueva ola de odio en las redes sociales. No es solo una cuestión del uso del espacio público para practicar su fe, sino que aprovechan esta circunstancia para alimentar la islamofobia. Hoy es Jumilla y mañana será otro municipio”, indica Antonia García, desde la Asociación de Mujeres Rurales La Alquería.

La decisión del Ayuntamiento de Jumilla, un pueblo del sureste español gobernado por la derecha y donde residen miles de inmigrantes, de prohibir actos religiosos en espacios municipales donde se celebraban ceremonias islámicas como el fin del Ramadán, ha desatado indignación e incertidumbre entre la comunidad musulmana semanas después de los incidentes racistas registrados en una localidad próxima
Un hombre de religión musulmana camina por una calle del centro de Jumilla frente a una joven
Efe

La convivencia con la población musulmana que reside en Jumilla -unos 1.500 de un total de 27.263 habitantes- es pacífica. A las mujeres les aterroriza que se pueda instalar un ambiente hostil que despierte miedo a salir a la calle o impida hacer las tareas cotidianas. “Es un único concejal, pero suficiente para romper la convivencia en el municipio. La ignorancia y las redes sociales son muy peligrosas porque promueven este tipo de cosas y, al final, estamos viendo que se les va de las manos”, explica Antonia.

Las mujeres consultadas se refieren directamente a Juan Agustín Navarro, el único concejal de Vox en este Ayuntamiento murciano y el impulsor de la prohibición pública de la Fiesta del cordero y otras conmemoraciones. “A partir de ahora no se volverá a celebrar ni el fin del Ramadán ni el rezo del cordero”, declaró tras la votación. A continuación, Vox lo remarcó con un tuit en la red social de X: “Jumilla hace historia. Gracias a @vox_es se aprueba la primera medida en España que impide celebrar fiestas islámicas en espacios públicos. ¡España es y será siempre tierra de raíces cristianas!”.

“Respetamos sus costumbres”

Paqui Jiménez, desde la Asociación de Mujeres Rurales de la Fuente del Pino, opina que siempre se ha respetado el derecho al culto de los ciudadanos musulmanes, aunque sí está de acuerdo en delimitar los espacios más oportunos para celebrar. “Respetamos sus costumbres, nunca había habido el mínimo problema y, si ahora lo hay, debería buscarse un equilibrio o un espacio más adecuado que un polideportivo”, insiste.

La medida no es inconstitucional puesto que prohíbe cualquier acto religioso, no solo estos, pero sí alimenta un clima de malestar. “Es odio para crear odio en un pueblo que siempre ha sido tolerante”, dice Antonia. Así piensa también Irene López, copropietaria del restaurante Loreto: “Es una patada a la convivencia que remueve un avispero que aquí no en Jumilla no existe. He sido testigo de cómo celebran su culto al amanecer, pacíficamente y sin que nadie pueda sentirse ofendido por ello. Me siento avergonzada por lo que está pasando”.

A Irene le indigna saber que Jumilla forma parte de un interés aún mayor: “Se trata de una escalada que se inició en Torre Pacheco y que se irá extendiendo dirigido desde arriba con el fin de polarizar a la población, incitar al racismo y de asentar un discurso que no está en sintonía con nuestros valores. Estos gestos solo benefician a una única persona y a un único partido. Deberían frenarse”.

Aunque agradecen poder prestar su voz, estas mujeres, y alguna más que se ha expresado desde el anonimato, aseguran que la situación obliga a guardar silencio por miedo a que se desaten acciones como las vividas en Torre Pacheco.

El PP gobierna en Jumilla

Por su parte, el PP, que gobierna en este municipio con el apoyo del único concejal de Vox, enmendó la moción y eliminó los seis primeros puntos, donde se incluía la prohibición generalizada de las fiestas. Aunque niega que exista veto, apoyó la propuesta para modificar el uso de las instalaciones municipales, con el fin de que “sea exclusivamente para el ámbito deportivo o actos y actividades organizadas por el Ayuntamiento de Jumilla, y en ningún caso para actividades culturales, sociales o religiosas ajenas al Ayuntamiento”. Frente a estas palabras, a Irene López le apena que “una gestión tan estupenda como la del PP quede empañada ahora por un señor que, gota a gota, va dejando que cale la intolerancia”.

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