El Partido Popular asume ya sin medias tintas la la fortaleza de Vox a la hora de negociar y la necesidad de llegar a acuerdos. Tras los resultados en Extremadura, y de cara al ciclo electoral autonómico que continúa en 2026, Alberto Núñez Feijóo ha dado vía libre a sus barones para que lleguen a acuerdos de gobernabilidad con los de Santiago Abascal si lo necesitan, incluyendo el ofrecimiento de consejerías además de otros cargos de responsabilidad, como las presidencias de los Parlamentos.
En su balance del curso político, Feijóo lanzó de manera explícita un mensaje a los presidentes autonómicos que tendrán que negociar con Vox si quieren retener sus gobiernos, allanando sus pactos. Y se centró en Extremadura, donde María Guardiola negocia ya con los de Abascal tras no obtener la mayoría absoluta y una campaña de alta tensión. Le toca ahora “conseguir la mayoría, construir un gobierno y dar estabilidad”, resumió ante los periodistas. Esto es, “gestionar de acuerdo al resultado electoral y ser respetuosos con los ciudadanos que han sido consultados en las urnas”.
En síntesis, Feijóo aboga por normalizar las relaciones con Vox, incluso permitiendo su entrada en los gobiernos. Si bien, esto no genera una posición unánime en las baronías, tal y como ha podido constatar este periódico. Guardiola, de hecho, lo ha ofrecido públicamente, aunque en privado reconozca que prefiere acuerdos externos. En Castilla y León y Aragón, Alfonso Fernández-Mañueco y Jorge Azcón miran a sus sondeos y aún esperan sortear a Vox acercándose a los regionalistas. En Andalucía, Juanma Moreno no descarta nada, pero su objetivo es retener la mayoría absoluta.
Mantiene su compromiso nacional
“No quieren entrar en el gobierno, prefieren humillarnos desde fuera”, decía a las claras un presidente regional, sobre la posibilidad de que Vox vuelva a entrar en los gobiernos autonómicos, en conversación informal con este periódico.
Sea como fuere, el aval de Génova está ahí y es explícito pese a que Feijóo dice mantener su compromiso de gobernar en solitario si gana las próximas elecciones generales. Fue en julio, en el Congreso Nacional de su partido cuando el líder del PP verbalizó esas palabras. Entonces no se enfrentaba a un Vox con tanta pujanza. Con la fotografía tangible sobre su crecimiento, se reitera. “Nuestras líneas maestras siguen siendo las mismas”, aseguró este lunes en su balance fin de curso.
“Seguimos con el objetivo de gobernar después de ganar las elecciones y hacer un gobierno en solitario” en el que habría “pactos y acuerdos puntuales para aprobar presupuestos y otras leyes trascendentes para las reformas que España necesita”, dijo el presidente popular, en una intervención que fue muy aplaudida tanto por su cúpula como por los barones territoriales.
De fondo, en el PP ha decidido cambiar de registro con Vox tras meses de confrontación total, aunque aún no se ha producido una conversación entre sus líderes tras las elecciones en Extremadura. Y es que Feijóo reconoció por primera vez la dimensión del crecimiento de Vox. “Es el tercer partido, ha consolidado su posición (en Extremadura), tiene buenas encuestas en España”, concedió. De ahí que no se le niegue su sitio “proporcional” a su derecha y se subraye que su único “cordón sanitario” para pactar es Bildu
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