Leire Díez ha dicho en varias ocasiones que no es fontanera del PSOE. “Ni fontanera ni cobarde”, afirmó, muy digna, el pasado mes de junio, cuando trascendió que había organizado reuniones en busca de información turbia sobre los mandos de la UCO de la Guardia Civil por haber metido los hocicos en asuntos que afectan al PSOE. Su justificación para andar en tales enjuagues es que trabaja de periodista y buscaba información para escribir un libro.
(Por el momento, no hay noticia del libro.)
El nombre de Leire Díez saltó a los medios al hacerse pública la grabación de una conversación que mantuvo con Alejandro Hamlyn, un industrial detenido en 2019 por un fraude en la venta de hidrocarburos. De Hamlyn, que había sido investigado por la Guardia Civil, esperaba que le explicara “una o dos irregularidades” del teniente coronel Antonio Balas (de la UCO).
Cita ante el juez Zamarriego
Pero no fue al industrial al único que trató de sonsacar y sobornar. También contactó a Rubén Villalba (comandante de la Guardia Civil) y a los fiscales José Grinda e Ignacio Stampa.
Villalba, Grinda y Stampa comparecieron ayer ante el juez Arturo Zamarriego, que no se encarga de comprobar si Leire Díez es fontanera o es cobarde, sino que pretende averiguar si esta exmilitante del PSOE urdió un “plan delictivo” para “desacreditar” a mandos de la Guardia Civil y a destacados fiscales.
Durante su declaración, al fiscal Stampa le preguntaron, entre otras cosas, si durante el contacto que mantuvo con Leire Díez ésta se presentó en condición de periodista:
—No, es más, me lo negó.
Un audio de tres horas y media
El fiscal Stampa lo tiene más o menos sencillo para demostrar que no miente porque desde el principio de su cita con Leire Díez se olió que no era trigo limpio y acudió al encuentro con la grabadora preparada.
Este encuentro fue auspiciado por el constructor Luis del Rivero y en principio debía servir para entablar con el entonces secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán.
Pero ahí no apareció Cerdán, sino que se personaron Leire Díez y el empresario Javier Pérez Dolset, que no tardaron en descubrir sus cartas al asegurar que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, estaba “muy preocupado” y había dado “orden de limpiar”.
Doce alusiones a Sánchez
Durante las tres horas y media de la cita con Stampa el pasado mes de mayo, Leire Díez dejó constancia de que a ella la había “puesto el PSOE” en esa reunión, de que lo que hablase en la reunión lo reportaría después a Santos Cerdán y de que Pedro Sánchez iba preguntando “cómo va la limpieza” de cuándo en cuando. De hecho, se refirieron durante la conversación un total de doce veces a Sánchez: nueve de ellas, Dolset; y tres, Leire Díez.
Las saunas de su suegro
En la larga conversación, Leire Díez expuso la preocupación de Sánchez por los manejos del comisario Villarejo en relación con los negocios de su difunto suegro. Según la versión que trasladó al fiscal Stamoa, el presidente del Gobierno estaba “muy preocupado” por saber quién manejaba la información de las saunas de su suegro.
Y su objetivo fue, en casi todo momento, conseguir información sobre quién manejaba las grabaciones de la sauna del padre de Begoña Gómez, entre otras cuestiones.
Grinda se ratifica
Por su parte, el fiscal Grinda, el primero en prestar declaración, se ratificó en su relato inicial para someterse a preguntas durante más de hora y media. Según fuentes presentes en la comparecencia ,explicó que no conoce ni conocía a Leire Díez y fue un periodista, Pere Rusiñol., quien le dijo que el ofrecimiento venía de ella.