Pedro Sánchez afronta este jueves una de las citas más delicadas de la legislatura. A la ruptura con Junts, confirmada el lunes tras la consulta lanzada por Carles Puigdemont a sus bases, se suma su comparecencia en la comisión de investigación del Senado, impulsada por el Partido Popular, por la presunta corrupción que le rodea. El Gobierno ha preparado su defensa para un interrogatorio que se prevé largo y tenso, con la oposición dispuesta a llevar la cuerda “hasta la asfixia”.
Durante estos días, la estrategia de Moncloa ha pasado por mantener la calma y proyectar serenidad. “Nada que esconder”, es la consigna. “El presidente contestará a todo”, explican las fuentes consultadas. La sesión arranca a las 9:00 horas y cada grupo dispondrá de hasta cincuenta minutos para formular sus preguntas.
“El PP se está frotando las manos”, reconocen en el Gobierno. Los populares han preparado un cuestionario extenso, con preguntas como las ya adelantadas por Rocío Esteban en este periódico: “¿Ha cobrado también Cerdán en efectivo? ¿Y usted? ¿Era habitual este modo de proceder? ¿Lo sabía y lo tapó?”. Éstas son solo algunas de las cuestiones que lanzará la bancada del PP. En Génova hablan de un “dilema irresoluble” para el presidente. “Si miente, irá al juzgado; si dice la verdad, también”, resumen fuentes del PP.

La estrategia de Moncloa
Pese al clima de tensión, en Moncloa insisten en que “no hay nervios”. La instrucción es no entrar en provocaciones y aprovechar el foco mediático para devolver los golpes. La estrategia pasa por contraatacar y situar al Partido Popular en el centro de las críticas. Un mensaje de calma, deslizan desde el equipo de Sánchez, que confía en su habilidad para desenvolverse “en la distancia corta”.
En el Ejecutivo reconocen que han preparado la cita bajo la máxima discreción. La principal preocupación en Moncloa es que el PP no ha desvelado aún qué senador conducirá el interrogatorio. Esa incógnita complica el guion de respuesta. “Sánchez quiere saber con quién se enfrenta”, explican fuentes socialistas, que admiten que el formato no le favorece: el presidente podrá ser interrumpido tantas veces como decida el portavoz popular, “algo a lo que no está acostumbrado en el Congreso”.
Sin un senador de los populares oficializado, Sánchez contará con el apoyo del ministro de Justicia, Félix Bolaños, el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas, y el director del Departamento de Asuntos Institucionales, Iván García Yustos.

No entrar al choque antes de tiempo
Durante la sesión de control de este miércoles en el Congreso, el presidente del Gobierno evitó el choque directo con Alberto Núñez Feijóo. “Hoy no es el día”, respondió a Feijóo, en referencia al aniversario de la DANA. “Hoy es el día de las víctimas de la DANA, en Valencia y en los territorios de Castilla-La Mancha”, añadió.
Fuentes de Moncloa explican que “el Gobierno venía conjurado para que no hubiera refriega”. “Tenemos la responsabilidad de trasladar a los ciudadanos que la política está para ellos. El PP ofende y ataca para defender su posición, y eso es más viejo que el hilo negro”, señalan fuentes del entorno del presidente.
El líder del PP, por su parte, centró su intervención en los supuestos casos de corrupción que salpican al entorno del presidente. “¿Piensa decir la verdad mañana o va a seguir haciendo de Pedro Sánchez? Es una pregunta retórica”, ironizó el líder popular, en relación a la cita de este jueves en la Cámara Alta.

