¿Pueden meter en la cárcel al Fiscal General?

En caso de que el Tribunal Supremo lo declare culpable, el Fiscal General podría enfrentarse a una condena de prisión de hasta cuatro años

El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.
KiloyCuarto

La apertura de juicio oral contra Álvaro García Ortiz ha colocado a la institución en una situación inédita en la historia democrática de España.

Nunca antes un Fiscal General en ejercicio había tenido que sentarse en el banquillo del Tribunal Supremo para responder por un presunto delito de revelación de secretos.

La noticia ha sacudido los cimientos de la judicatura y la política, abriendo un debate que no solo se centra en la responsabilidad personal del máximo representante del Ministerio Público, sino también en el propio futuro de la Fiscalía como órgano garante de la legalidad.

El delito por el que se le juzga al Fiscal General

La causa contra el Fiscal General nace a raíz de la filtración de un correo electrónico vinculado con la pareja de Isabel Díaz Ayuso.

La acusación considera que García Ortiz vulneró el deber de confidencialidad y cometió un delito de revelación de secretos. El Código Penal español establece que esta conducta puede castigarse con una pena de entre uno y cuatro años de prisión. Además de multas y la posible inhabilitación para el ejercicio de cargos públicos durante varios años.

¿Pueden meter en la cárcel al Fiscal General?
El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.
EFE

Es decir, sobre el papel, la posibilidad de cárcel está ahí. Y el proceso judicial será determinante para esclarecer si el actual dirigente del Ministerio Público termina condenado o absuelto.

El Fiscal General no ha sido suspendido de su cargo, pese a que el Supremo le ha impuesto una fianza de 150.000 euros. Esa fianza, conviene aclararlo, no implica una medida de prisión preventiva, sino una garantía económica para responder en caso de condena.

Por tanto, hasta que se dicte sentencia firme, García Ortiz seguirá en libertad y al frente de la Fiscalía, aunque con la presión política y mediática más intensa de toda su carrera.

¿Prisión preventiva o condena futura?

Una de las grandes dudas ciudadanas es si el Fiscal General podría entrar en prisión de manera inmediata tras la apertura del juicio oral. La respuesta es no. El Tribunal Supremo no ha decretado prisión provisional ni cautelar.

Eso significa que, mientras dure el proceso, García Ortiz continuará en libertad. La única posibilidad de cárcel se daría si finalmente es declarado culpable y condenado a una pena privativa de libertad.

¿Pueden meter en la cárcel al Fiscal General?
Una fotografía de archivo de Pedro Sánchez y Álvaro García Ortiz.

El escenario, por tanto, es claro: el Fiscal General solo podría entrar en prisión si el Supremo dicta una condena firme en su contra y esa condena incluye una pena de cárcel.

No obstante, el abanico de sanciones no se limita a la prisión. También se contempla la suspensión del cargo, la inhabilitación especial o la multa económica.

Las consecuencias políticas de un juicio histórico

Más allá de lo estrictamente judicial, la apertura de juicio oral contra el Fiscal General tiene un fuerte impacto político e institucional. El Partido Popular y otras formaciones de la oposición han exigido su dimisión inmediata, argumentando que resulta insostenible que quien debe velar por el cumplimiento de la ley esté siendo procesado por un delito tan grave.

¿Pueden meter en la cárcel al Fiscal General?
Álvaro García Ortíz.
EFE/Daniel González

En contraste, el Gobierno ha cerrado filas en torno a García Ortiz, defendiendo su derecho a la presunción de inocencia y alegando que el cese anticipado supondría una injerencia indebida en la autonomía de la Fiscalía.

Este choque político también plantea una cuestión de legitimidad. ¿Puede el Fiscal General mantener su autoridad moral y profesional mientras afronta un juicio en el Tribunal Supremo? La controversia no es menor. Al fin y al cabo, la Fiscalía no es un cargo cualquiera. Es el órgano encargado de impulsar las acciones judiciales en nombre del Estado y garantizar que las leyes se cumplen en todos los órdenes.