—“No he ido por el ministerio (de Transportes) desde que salisteis vosotros”. (Santos Cerdán a Koldo García el 6 de febrero de 2022).
El paso de Santos Cerdán por todos los lugares que ha pisado se ha convertido en sospechoso desde que el reciente informe de la UCO le situó en el centro de una trama de comisiones ilegales por la concesión de adjudicaciones públicas. Pedro Sánchez no tuvo más remedio que quitárselo de encima como secretario de Organización del PSOE y forzarlo a renunciar a su acta de diputado a la vista del demoledor informe. “Nos equivocamos con él”, admitió el líder socialista. Pero nadie, ni el propio Sánchez, se atreve a pronosticar hasta dónde han llegado sus malas prácticas.
Así que toda la trayectoria política del exsecretario de Organización del PSOE —al igual que las de sus socios José Luis Ábalos y Koldo García— ha quedado cautiva del aroma de la presunta corrupción.
Cerdán, uno de los más estrechos hombres de confianza de Pedro Sánchez, se convirtió en secretario de Coordinación Territorial del PSOE en 2017 y recibió otro encargo antes de su encumbramiento final como secretario de Organización del partido en julio 2021. Entre medias, le encomendaron la presidencia de la Fundación Pablo Iglesias, vinculada a los socialistas. Era junio del año 2020.
🗣Reunido esta mañana el Patronato de la @fpabloiglesias, se ha aprobado la propuesta de nombramiento de Santos Cerdán León (@santicl) como Presidente de la Fundación.
¡Enhorabuena! pic.twitter.com/EwYxRvOjFj
— Fundación Pablo Iglesias (@fpabloiglesias) June 11, 2020
Y un repaso a su gestión en la Fundación Pablo Iglesias, que presidió hasta enero de 2022, no puede realizarse sin fijarse en el llamativo agujero económico que dejó de 2,4 millones de euros, si bien es cierto que la entidad venía precedida de varios años en negativo. Tras presentar su contabilidad referida al ejercicio 2020, el primero de Cerdán como máximo responsable, el Tribunal de Cuentas emitió un informe en el que estimó “conveniente” que la Fundación elabore “un plan de saneamiento” con objeto de alcanzar el necesario equilibrio patrimonial.
Al final del siguiente ejercicio, la situación solo hizo que empeorar, tal y como se reflejó en una auditoría encargada por la propia Fundación Pablo Iglesias. El patrimonio negativo, cerrado en 2020 en -2,25 millones pasó a -2,46 millones en 2021 y las pérdidas ese año fueron de -328.816,04 euros, lo que “sería indicativo de la dificultad de garantizar la continuidad del funcionamiento normal de la entidad“. Esa misma auditoría subrayó que la Fundación estaba “al límite de atender sus obligaciones en el corto plazo” debido al deterioro de su fondo de maniobra.
Riesgo de fraude
Llama particularmente la atención que los auditores quisieron cubrirse las espaldas al emitir ese informe sobre el ejercicio 2021 al subrayar que “el riesgo de no detectar una incorrección material debida a fraude es más elevado que en el caso de una incorrección material debida a error, ya que el fraude puede implicar colusión, falsificación, omisiones deliberadas, manifestaciones intencionadamente erróneas, o la elusión del control interno“.
Ese año 2021, la Fundación Pablo Iglesias recibió 278.613 euros en aportaciones y donaciones, 100.000 procedentes de una persona física y los 178.613 restantes del PSOE. A estos ingresos hay que sumar los 132.927,61 euros que percibió en subvenciones, en su mayoría (115.000 euros) del Ministerio de Asuntos Exteriores y el resto (casi 18.000 euros) de Educación, Cultura y Deporte.
Cerdán permaneció en la presidencia de esta fundación hasta enero de 2022, cuando fue relevado por Luisa Carcedo, exministra de Sanidad. Para entonces, Cerdán ya había tomado los mandos del PSOE desde la secretaría de Organización y había cambiado piezas claves en la estructura del partido como la de la Gerencia, que pasó de las manos de Mariano Moreno a las de Ana Fuentes.