El embarazo suele dar pie a un carrusel de emociones. Por momentos, es emocionante, y está lleno de alegría. Pero en otras ocasiones, puede llegar a aterrar profundamente. En algunas mujeres, este miedo es extremo, e incluso paralizante. Este temor recibe el nombre de tocofobia.
La clave para manejarlo es validarlo, entiendo sus síntomas y contando con el apoyo personal y profesional suficiente para que no afecte ni a la madre, ni al bebé en camino.
Qué es y qué síntomas tiene la tocofobia

La tocofobia es un miedo extremo, intenso y patológico al parto. Lejos de las preocupaciones habituales de cualquier madre, se trata de una fobia que lleva a la mujer a plantearse decisiones extremas, incluso una cesárea en contra de la indicación médica.
Esta puede manifestarse en mayor o menor grado de angustia. La primaria se da en mujeres que nunca han estado embarazadas, que sienten un gran terror sobre el dolor que sufrirán, las lesiones que pueden padecer, o incluso a morir durante el proceso del parto.
Por otro lado, en la tocofobia secundaria, las personas que ya han vivido un parto principalmente traumático sienten un gran temor a volver a vivir una experiencia traumática de nuevo.
En ambos casos, los síntomas son similares. Se dan, de manera frecuente, los ataques de pánico, las pesadillas, los pensamientos negativos y sobrecogedores relacionados con el embarazo, la falta de descanso, e incluso una severa depresión.
La importancia de validar la angustia y el apoyo psicológico

El principal rival de la tocofobia es la invalidación. A menudo, el entorno les dice a las mujeres que la padecen que son temores comunes. Esto agrava el problema, aumentando los sentimientos de culpa, incomprensión y vergüenza.
Por ello, es importante saber que la validación de este problema implica reconocer que es patológico, real y requiere intervención profesional.
No tratarla puede llevar a la depresión, a riesgos durante el parto e incluso a complicaciones hacia el final de la gestación, según la doctora Suárez de One-to-one.
Por lo tanto, el apoyo del entorno es vital, así como el tratamiento psicológico y psiquiátrico por parte de profesionales. A través de estos, puede convertirse en un temor manejable para afrontar el parto con más seguridad.
El objetivo de estos no es eliminarlo, sino lograr que la embarazada logre manejar lo mejor posible sus temores antes del momento de dar a luz.

Estos profesionales de la salud mental pueden aportar técnicas de relajación específicas para estas mujeres. También, un trabajo sobre el trauma anterior (en casos de tocofobia secundaria).
La exposición a los miedos de manera controlada y la terapia cognitivo-conductual también son recursos potentes. E incluso el diseño de un plan de parto en el periodo perinatal, por parte de los especialistas.
En definitiva, los miedos extremos e irracionales al parto se pueden manejar con la ayuda especializada. Si sientes estos temores y alguno de sus síntomas, no dudes en contactar con un psicólogo perinatal que pueda ayudarte a lidiar con ellos de la mejor manera posible en tu caso.

