La verdadera razón por la que las mujeres no tiene más hijos

Una encuesta realizada por la ONU en catorce países revela que un elevado porcentaje de mujeres no logra cumplir sus planes de fertilidad. La preocupación por los conflictos mundiales es uno de los motivos, pero no el único

En la Tierra hay recursos suficientes para sustentar a todas las personas e incluso más, el problema es que están distribuidos de forma pésima; esto es algo en lo que deberíamos trabajar con empeño como sociedad. Creo que podremos hacerlo, y eso me concederá el privilegio de tener un hijo sin remordimientos. Quien habla es una mujer belga de 24 años. Si nos vamos a la India, nos encontramos con el testimonio de una mujer anónima de 18 años, que asegura que la mayor dificultad está en dar con la pareja adecuada. “Criar a un hijo debe ser una responsabilidad compartida, con el apoyo emocional y económico de ambos progenitores”.

Desde México, una joven de 29 años expresa su deseo de maternidad, pero se le hace más difícil según avanza el tiempo. “Comprar una casa o conseguir un alquiler asequible en mi ciudad es imposible. Tampoco quisiera dar a luz a un hijo en tiempos de guerra y en un planeta que está deteriorándose, si eso significa que el bebé sufriría por ello”. Son solo algunos de los relatos que ha recogido un informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), que desvela las razones por las que las personas no tienen el número de hijos que desean. En América, Asia o Europa, las mujeres se sienten obligadas a limitar su maternidad.

Lo curioso es que las razones que alegan no varían demasiado de un lugar a otro: el alto costo de la crianza, la inseguridad laboral, las viviendas caras, la incertidumbre geopolítica, el cambio climático y la falta de una pareja adecuada. Frente a los bulos que circulan acerca del egoísmo de las generaciones más jóvenes, la realidad es que existe anhelo de maternidad.

Natalia Kanem, directora ejecutiva del UNFPA, ha detectado que la falta de opciones está ocasionando graves consecuencias a nivel individual, pero también como sociedad. “Esta es la verdadera crisis de fertilidad, y la solución reside en responder a lo que las personas dicen necesitar: licencia familiar remunerada, atención de fertilidad asequible y parejas que las apoye”, señala en el documento. En una de las encuestas, realizadas en catorce países, una quinta parte de las personas afirmaron que no tenían el tamaño de familia que deseaban. Uno de cada nueve creía que tendría menos hijos de los que les gustaría.

Con este panorama, buena parte del planeta se enfrenta al envejecimiento de la población y a la falta de reemplazo. Como consecuencia, habrá escasez de mano de obra y aumentarán los costes de la atención médica. Pero estas circunstancias han creado un clima de opresión femenina creciente, en opinión de Kanem, que considera un grave error insistir a las mujeres para que tengan más hijos, en lugar de promover su participación en la fuerza laboral. “Cuando las personas sienten que sus decisiones reproductivas están siendo manipuladas, cuando las políticas son percibidas como demasiado coercitivas, entonces reaccionan y tienen menos probabilidades de tener hijos”, advierte.

La respuesta, dice, está en ampliar la elección real a todas las mujeres. “Algunos gobiernos están implementando medidas drásticas para incentivar a los jóvenes a tomar decisiones sobre fertilidad en consonancia con los objetivos nacionales. Pero la verdadera crisis es que la decisión reproductiva más importante que un ser humano puede tomar –cuándo, si tener o no un hijo y con quién– está siendo socavada”.

Del informe se desprende que la ansiedad que produce la población humana es cada vez más intensa. Preocupa la disminución de las tasas de fecundidad, el envejecimiento de la población y la escasez de trabajadores. Paradójicamente, muchas teorías todavía sostienen que la mayor amenaza para el planeta es la superpoblación. Frente a todo ello, el discurso público sigue pasando por alto casi por completo la voluntad de los jóvenes en lo que respecta a su propia fecundidad.

“La verdadera solución a la crisis de autonomía reproductiva que enfrentamos es construir un mundo más equitativo, sostenible y solidario que apoye a las personas para que puedan tener las familias a las que aspiran. Un mundo del que podamos estar orgullosos y que la próxima generación pueda heredar. Muchas personas elegirían tener hijos si pudieran estar seguras de que el mundo al que los traen ofrece un ambiente limpio, una economía saludable y un lugar seguro donde vivir”, concluye el UNFPA.

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