Crianza

Cómo sobrevivir al grupo de padres del cole

Puede ser exasperante o útil, según el uso que le demos. En todo caso, es importante marcar unas líneas rojas

Imagen creada por ChatGPT de dos personas con sus móviles.
Artículo14

No se sabe que provoca más pereza cuando llega el dichoso mes de septiembre, si volver a poner el despertador a las 7 de la mañana o tener que conformarse con el café indecente de la máquina de la oficina. Lo primero se supera con rutina y lo segundo se vuelve delicia suprema si lo comparamos con el gran drama de la vuelta al cole: los grupos de wasap de papás y mamás con su ristra interminable de notificaciones, avisos y sugerencias.
Son un fenómeno social, forman parte del combo del lío de aulas, la resaca del verano y la pesadilla de los horarios. Ineludibles si quieres estar enterado, recordar fechas o coordinar actividades, aunque te generen más de un dolor de cabeza entre malentendidos y discusiones.

Salvavidas para padres despistados

Admitamos, aunque nos cueste, que pueden ser un buen aliado, sobre todo para padres despistados. Entre memes y emojis sin demasiada gracias, el grupo se convierte en salvavidas, una especie de red de emergencia parental que nos sacará de más de un apuro.
Ahora bien, ¿cómo sobrevivir al caos? La cosa no ha hecho más que empezar. Tenemos por delante diez meses de reuniones, excursiones, exámenes, comunicados, cumpleaños, temporada de piojos, libros olvidados, mochilas que llegan a casa vacías o las pegas a cada uno de los profesores. Aquí cae hasta el apuntador. Más vale que vayamos pidiendo una buena dosis de paciencia, diplomacia y estrategia. Lo peor de este tipo de grupos -algún día hablaremos de los chats de vecinos- es la saturación de mensajes irrelevantes o el riesgo de convertirlo en un vertedero de emociones, reproches y quejas.

Madres de más de 40 años - Economía
Una madre con sus dos hijos mirando una tablet
Shutterstock

Antes de que tome el control el listo de turno, ese al que arrojarías la zapatilla si le tuvieses enfrente, tómalo tú. Deja claro el propósito del grupo: información práctica, nada de enzarzarse en disputas personales, mucho menos involucrar al resto del grupo. Y, además, mantener el respeto, evitar comparaciones y limitarse a cuestiones que interesen a todo el grupo. La crianza es de por sí complicada, ¿vamos a generarnos más tensión por un mal uso del wasap?

Espacios tóxicos

La mejor señal de que algo no va bien es la decisión de algunos padres de abandonar el grupo. Y seguramente con razón. Una investigación en la Universidad de Pepperdine, en Malibú, detectó que estos foros donde las madres comparten experiencias sobre la crianza, a menudo se convierten en espacios tóxicos que generan niveles muy elevados de estrés.
Abundan también los testimonios de madres que describen la ansiedad que desatan las dinámicas de estos grupos y el impacto negativo, tanto en su bienestar como en el modo de experimentar la crianza y la educación de sus hijos, al tener que lidiar con la presión de responder a los mensajes o el propio contenido de los mismos. No olvidemos que a veces es fácil malinterpretar el tono de un texto, mucho más que conseguir una comunicación asertiva y útil. En más de una ocasión, una pelea en línea se ha trasladado a la puerta del colegio, con el bochorno lógico de los niños, incluidos los propios hijos.
Ahora bien, ¿qué puede pasar si abandonamos? La primera sensación es la de orfandad o miedo a perder el hilo del curso. Lo ideal sería gestionar ese tipo de ansiedad. No es mala idea silenciarlo a ratos, guardar el móvil en un cajón o hacer caso omiso al contenido que consideramos irrelevante. Se trata de una decisión muy personal en la que cada uno, de acuerdo con sus circunstancias, sabrá si quedarse fuera significará aislarse o perder información. En todo caso, siempre te quedará la web del colegio, el correo electrónico, el número personal de otros padres u otros grupos de apoyo más efectivos. Además, ¿alguna generación ha necesitado a un pueblo entero para criar a sus hijos?

Algunas cuestiones legales

Aviso a navegantes: lo que pasa en el grupo nunca se queda en el grupo. Es decir, los profesores acaban al tanto de todo, a veces con consecuencias legales. Ha habido juicios por injurias y mensajes provocativos y difamatorios. A diferencia de otras plataformas, aquí no hay opción de filtrar mensajes, marcar contenidos inapropiados, evitar discusiones perjudiciales antes de que suban el tono o proteger los datos. Todo ello expone a los padres a riesgos legales, violaciones de datos y problemas de seguridad.
En 2023, una madre fue condenada en Cuenca a un año de cárcel por grabar y divulgar en el grupo de wasap una conversación entre su marido y los hijos que tenían en común. El Juzgado de lo Penal número 2 de esta ciudad la condenó por un delito de descubrimiento y revelación de secretos del artículo 197.1 del Código Penal a un año de prisión. Hay más sentencias debido al mal uso.
Entonces, ¿qué hacemos? La decisión es individual. ¿Se puede sobrevivir al grupo? Por supuesto. Es una cuestión de poner los límites, priorizar el bienestar y no dejarse controlar por el resto. Y, a fin de cuentas, cada uno sabe cuándo es el momento de bajarse del tren.