En el corazón de los Pirineos catalanes, en la comarca de la Alta Ribagorça, se halla un pueblo de montaña de Lleida realmente singular. Este es un lugar donde viven solo 5 habitantes, y parece detenido en el tiempo. Con menos de veinte casas de piedra y tejados de pizarra, este rincón es famoso por su arquitectura románica.
Además tiene una iglesia que es Patrimonio de la Humanidad y su entorno natural privilegiado, a 1.200 metros de altura sobre el nivel del mar. Es uno de los destinos más auténticos y menos masificados de Cataluña, ideal para quienes buscan tranquilidad y conexión con la naturaleza y lo románico.
El pueblo de montaña de Lleida con mucha presencia románica
Cardet forma parte del Vall de Boí, un valle pirenaico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998 gracias a su conjunto de iglesias románicas. Su encanto radica en su conservación prácticamente intacta. Cuenta con calles y casas de piedra centenarias, como la Casa Llobetó y la Casa Armengol, que aún reflejan la vida tradicional ganadera de la zona.
La joya del pueblo, sin duda, es la iglesia de Santa María de Cardet, construida entre los siglos XI y XII. Esta pequeña edificación religiosa románica destaca por su cripta excavada en la roca, aprovechando el desnivel de la montaña. Además, cuenta con un campanario con elementos barrocos, único en el valle. Este fue fruto de una reforma en los siglos XVII y XVIII.
Naturaleza y paz en este rincón pirenaico catalán
Cardet no solo es historia románica. Su ubicación en lo alto de una colina regala vistas panorámicas del Vall de Boí y su embalse, un gran cúmulo de agua rodeado de montañas. Aunque está prohibido bañarse por las corrientes peligrosas, los miradores como el de Presa de Cardet ofrecen vistas inolvidables.
Para los amantes del senderismo, el pueblo es un punto de partida hacia rutas como la del Parque Nacional de Aigüestortes, con lagos glaciares y cumbres que alcanzan e incluso superan los 3.000 metros. También se llega bien en coche a las pistas de esquí de Boi-Taüll, muy conocidas.
Con solo 5 residentes (según datos de 2023), Cardet es por desgracia un ejemplo de la España vaciada. Pero también se puede ver de otra manera, como prueba de resistencia de las generaciones que lo han habitado siglo tras siglo. Aquí no hay restaurantes ni tiendas, pero sí dos casas rurales que permiten vivir una experiencia auténtica y cercana a los visitantes.
También merece mucho la pena visitar otros pueblecitos de este precioso valle: Barruera, Perves, Pont de Suert… La distancia entre ellos no es mucha, y hay más rincones todavía con esencia tradicional y restos románicos para que el visitante se asombre con ellos.
Cardet, pueblo de montaña de Lleida junto a todos los demás, son lugares precioso aún por descubrir. Su historia y su entorno natural asombran y relajan por igual. Lejos del alboroto de ciudades y otros lugares masificados, aquí la vida es tranquila. Un valle ideal para una escapada rural difícil de olvidar.