Lo que el cambio de hora hace a tu cuerpo y por qué algunos quieren eliminarlo

El cambio de hora afecta al reloj biológico, altera el sueño y genera debate político y científico. Pedro Sánchez propone eliminarlo en 2026

Cambio de hora en España - Sociedad
El cambio de hora en España: un clásico de todos los años
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Cada año, cuando el reloj marca las tres y de pronto vuelve a ser las dos, España entra en un debate que se repite como un eco cansado: el cambio de hora. Se vende como un gesto inocente, una hora de más para dormir, un ajuste rutinario del tiempo. Pero detrás de ese pequeño movimiento de manecillas se esconden impactos en la salud, polémicas políticas, decisiones científicas y un dilema europeo sin resolver.

El próximo cambio de hora, previsto para la madrugada del 26 de octubre de 2025, no solo alterará nuestros relojes. También reabrirá una discusión que lleva años esperando una solución definitiva.

¿Cuándo es el cambio de hora de invierno en 2026 y cómo cambia la hora? ¿Es una hora más o una menos?

A las tres de la madrugada del domingo 26 de octubre, los relojes españoles deberán atrasarse una hora para marcar las dos. Este ritual, que cada año marca el paso al horario de invierno, se repite desde hace décadas y tiene su origen en una vieja estrategia europea: aprovechar mejor la luz solar y ahorrar energía.

La idea es sencilla en apariencia: mover el reloj para que las horas de actividad coincidan con las de luz natural. Sin embargo, la ciencia y la experiencia social han demostrado que el supuesto ahorro energético es mínimo, casi simbólico, mientras que los efectos sobre la salud y la rutina son mucho más profundos.

Lo que el cambio de hora hace a tu cuerpo y por qué algunos quieren eliminarlo
Una fotografía simbólica del cambio horario en invierno.
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El cambio de hora se regula en toda la Unión Europea desde la Directiva 2000/84/CE, que establece que todos los países miembros deben modificar la hora el último domingo de marzo y el último de octubre. En España, esa normativa se aplica desde hace más de cuarenta años, aunque geográficamente el país no encaje del todo en el huso horario que utiliza.

Nuestro territorio pertenece al meridiano de Greenwich (UTC+0), pero se rige por el horario central europeo (UTC+1). Un desfase histórico que hace que amanezca tarde y anochezca aún más tarde de lo que correspondería. Este desajuste agrava los efectos del cambio de hora en el bienestar de los ciudadanos.

¿Qué consecuencias para la salud tiene el cambio horario?

Aunque muchas personas apenas noten el efecto, el cuerpo humano sí lo siente. El cambio de hora altera los ritmos circadianos, ese reloj interno que regula el sueño, la temperatura corporal y la secreción hormonal. Cuando el ciclo de luz y oscuridad se desincroniza con nuestras rutinas, aparecen síntomas como insomnio, somnolencia diurna, irritabilidad o falta de concentración. En algunos estudios, incluso se ha observado un ligero aumento de infartos y accidentes en los días posteriores al cambio, especialmente en primavera, cuando se adelanta el reloj.

El término técnico para describirlo es “cronodisrupción”: una alteración de la sincronía entre el reloj biológico y el entorno. Los expertos del Instituto de Cronobiología de la Universidad de Murcia, uno de los más reconocidos en Europa, han advertido en repetidas ocasiones que el cuerpo humano no se adapta de forma inmediata a los nuevos horarios.

Lo que el cambio de hora hace a tu cuerpo y por qué algunos quieren eliminarlo
Una imagen simbólica del cambio horario.
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Aunque la mayoría de las personas se reajustan en unos días, los niños, los ancianos y quienes sufren trastornos del sueño tardan más. En una sociedad ya marcada por la falta de descanso, el cambio de hora se convierte en una carga añadida. Y ahora parece que también es una cuestión política.

El debate político y científico

La polémica no es nueva. En 2018, una consulta pública de la Comisión Europea reveló que el 84 % de los europeos quería eliminar el cambio de hora. El argumento era claro: los beneficios energéticos ya no compensan los perjuicios sobre la salud. Desde entonces, Bruselas ha dejado libertad a los Estados miembros para decidir si mantenerlo o suprimirlo, pero el debate ha quedado encallado en las fronteras políticas y geográficas. No todos los países quieren adoptar el mismo horario permanente, lo que podría romper la sincronía económica del continente.

En España, el asunto ha vuelto a la agenda. El presidente Pedro Sánchez anunció recientemente que el Gobierno propondrá a la Unión Europea acabar con el cambio de hora a partir de 2026, alegando que “ya no tiene sentido y afecta al bienestar de la población”. Su propuesta plantea un horizonte de estabilidad: dejar de ajustar los relojes dos veces al año y elegir un horario fijo. Sin embargo, la pregunta clave sigue sin respuesta: ¿mantener el horario de verano o el de invierno?

Los cronobiólogos recomiendan conservar el horario de invierno, porque se alinea mejor con el ritmo solar y permite una mayor exposición a la luz natural por la mañana. La luz matinal, explican, es esencial para regular la secreción de melatonina y mejorar el estado de ánimo.

Permanecer con el horario de verano —el que retrasa más la salida del sol— podría generar mayores desajustes, especialmente en regiones del noroeste como Galicia, donde en enero el amanecer ya roza las nueve y media. En cambio, otros sectores económicos prefieren el horario de verano por las horas extra de luz vespertina, que favorecen el comercio y el turismo. La disyuntiva, una vez más, es entre salud y economía.

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