Cada 5 de agosto, la Iglesia católica conmemora a Nuestra Señora de las Nieves, una advocación mariana que hunde sus raíces en una antigua leyenda romana y que ha generado una fuerte devoción en distintos rincones del mundo, especialmente en España e Hispanoamérica.
Esta celebración destaca no solo por su espiritualidad, sino también por su simbolismo, ya que conecta el misterio de la fe con un fenómeno extraordinario: una nevada en pleno verano.
El origen de la devoción
La tradición de Nuestra Señora de las Nieves se remonta al siglo IV, durante el papado de Liberio (352-366 d.C.). Según la leyenda, una pareja de nobles romanos que no podía tener hijos deseaba dedicar su herencia a la Virgen María. Una noche, ambos soñaron que la Virgen les pedía que construyeran una iglesia en el lugar donde encontrarían nieve a la mañana siguiente. Increíblemente, el 5 de agosto del año 358, cayó una nevada sobre el monte Esquilino de Roma, en pleno verano.
Ante tal señal, el papa Liberio ordenó edificar allí una iglesia dedicada a la Virgen, marcando en la nieve el contorno del futuro templo. Ese edificio se convertiría en la actual Basílica de Santa María la Mayor, una de las cuatro basílicas mayores de Roma y uno de los templos marianos más importantes del mundo.
El simbolismo de la nieve
La nieve en verano representa un milagro, un evento fuera de lo común que refuerza el carácter sobrenatural de la aparición mariana. La pureza del manto blanco también evoca la limpieza del alma y el carácter inmaculado de la Virgen. Esta simbología se ha mantenido viva en el arte sacro y en la liturgia de esta fecha, y muchos templos dedicados a la Virgen de las Nieves suelen realizar actividades especiales cada 5 de agosto.
En la actualidad, en la Basílica de Santa María la Mayor se celebra una misa especial durante la cual se sueltan pétalos blancos desde el techo para recordar el milagro de la nieve. Este gesto, emotivo y simbólico, conmemora año tras año aquel fenómeno prodigioso que dio origen a esta advocación mariana.
Devoción en España
En España, la devoción a Nuestra Señora de las Nieves es especialmente fuerte en regiones como La Palma (Canarias), Granada, Almería, Albacete o Ávila, donde se celebran fiestas patronales en su honor. En la isla de La Palma, por ejemplo, cada cinco años tiene lugar la famosa Bajada de la Virgen de las Nieves, una de las manifestaciones religiosas más importantes del archipiélago canario.
También en numerosos pueblos peninsulares, especialmente en zonas de montaña, se rinde culto a esta advocación mariana. En muchos casos, la Virgen es considerada protectora contra los rigores del clima o los peligros naturales, como las nevadas extremas o las sequías, en un contraste simbólico que refuerza su poder intercesor.
¿Quién más se celebra el 5 de agosto?
Además de Nuestra Señora de las Nieves, el calendario litúrgico recoge otros santos conmemorados el 5 de agosto, aunque en menor medida. Entre ellos destacan:
- San Emigdio, obispo y mártir, venerado especialmente en Italia como protector contra los terremotos.
- San Abel, considerado el segundo arzobispo de Reims, en Francia.
- Santa Afra de Augsburgo, mártir del siglo IV y patrona de la ciudad alemana de Augsburgo.
Estas figuras complementan el sentido de la jornada, recordando a los fieles la diversidad de modelos de santidad que ofrece la Iglesia.
Una fecha marcada por la espiritualidad y la tradición
El 5 de agosto es, en definitiva, una jornada en la que la tradición religiosa y la leyenda se entrelazan, dando lugar a una de las devociones marianas más antiguas y singulares del cristianismo. Nuestra Señora de las Nieves representa no solo la ternura y la protección de María, sino también la capacidad de lo divino para manifestarse de forma inesperada y transformadora.
Para quienes profesan fe, esta fecha es un recordatorio de esperanza, milagro y renovación interior. Para otros, constituye una rica expresión cultural que forma parte del legado espiritual europeo y latinoamericano.