El sistema falló de nuevo en agosto: tres mujeres asesinadas

Agosto ha dejado tres feminicidios y una cadena de asesinatos machistas a lo largo del año: 24 mujeres han sido asesinadas en lo que va de 2025, mientras las órdenes de alejamiento y los sistemas de protección siguen fallando

Agosto no solo trajo calor sofocante. Trajo sangre, miedo y un reguero de ausencias imposibles de llenar. En diferentes pueblos y ciudades de España, se asesinaron o atacaron brutalmente a mujeres, por quienes decían amarlas. Las cifras oficiales hablan de al menos 24 mujeres asesinadas en lo que va de año. Sólo en agosto, se produjeron tres casos mortales.

Pero, detrás de cada número hay una historia rota, familias destrozadas y una sociedad que responde con minutos de silencio mientras el problema sigue desbordándonos.

Si hacemos una comparativa con agosto de 2024, un total de 5 mujeres fueron asesinadas; lo que supone un pequeño descenso respecto a este año, donde se han contabilizado 3 víctimas. Pese a esta disminución puntual, el balance global de 2025 resulta preocupante, ya que en lo que va de año se contabilizan 24 asesinatos machistas, acercándose al total de 2024, cuando se registraron 48.

Extremadura de luto

El 4 de agosto, en Don Benito (Badajoz), fue hallada muerta una mujer de 34 años, madre de cuatro hijos menores. Su pareja, un hombre de 41 años, fue detenido como presunto autor del feminicidio, ya acumulaba denuncias previas, pero la tragedia no se evitó.

La víctima había estado registrada en el sistema VioGén hasta 2021, aunque en el momento del crimen no contaba con medidas activas ni denuncias recientes. El Ayuntamiento de Don Benito decretó luto oficial y convocó un minuto de silencio en la Plaza de España. Fue el segundo feminicidio confirmado en Extremadura en lo que va de año, un recordatorio trágico de que las alarmas no siempre alcanzan a salvar vidas.

Miembros del Consejo de Gobierno, con su presidenta, María Guardiola, a la cabeza, durante el minuto de silencio en memoria por la mujer asesinada
EFE/ Jero Morales

Motril: asesinada pese a estar “protegida”

A finales de agosto, el día 27, Granada se sumó a la lista negra. En Motril, una mujer de 54 años murió tras recibir múltiples golpes que le causaron la muerte, según reveló la autopsia. La víctima estaba registrada en el sistema VioGén con nivel de riesgo bajo y contaba con una orden de alejamiento vigente frente a su agresor. Su compañero sentimental fue detenido en el hospital y enviado a prisión por homicidio; previamente había sido arrestado por quebrantamiento de condena al incumplir la orden de alejamiento. La agresión tuvo lugar en una vivienda del municipio y, aunque la mujer no falleció en el acto, murió horas después en el Hospital de Neurotraumatología de Granada. La Policía Nacional investiga el caso como violencia de género, aunque la investigación permanece secreta. Este feminicidio se suma a las 24 mujeres asesinadas en España en 2025 y refleja cómo, incluso con medidas de protección, el riesgo nunca desaparece completamente.

Pedralba de Llíria: Secuestrada, agredida sexualmente y empujada al suicidio

En Pedralba de Llíria, Yolanda sufrió un secuestro y agresión sexual por parte de su pareja durante 12 días, en un episodio de violencia extrema y sostenida. No sólo la agredía sexualmente, además, la grababa sin su consentimiento. Tras estos hechos, cayó desde un quinto piso y falleció; las investigaciones apuntan a que su muerte fue un suicidio, directamente relacionado con el maltrato y el trauma sufrido. La mujer, con graves problemas de adicción, recibía atención por violencia de género desde, al menos, 2020, y también estaba en el sistema Viogén, según datos de Igualdad, y había contado con un seguimiento continuo, no sólo desde la denuncia del secuestro, sino desde 2020.

Cuando la violencia no mata, pero destruye

No todas las agresiones acaban en muerte, pero todas dejan cicatrices. En Calahorra (La Rioja), un joven de 22 años intentó asesinar a su pareja estrangulándola, quebrantando la orden de alejamiento que le había interpuesto ella y hasta provocó un incendio en la vivienda. Ella sobrevivió de milagro; él, terminó en prisión.

En Málaga, el 8 de agosto, un hombre de 44 años golpeó a su pareja, la amenazó con un cuchillo y la arrojó de un coche en marcha. También tenía una orden de alejamiento activa. La mujer resultó herida y hospitalizada.

Una concentración de repulsa tras un asesinato machista
EFE/Cabalar

En Pulpí (Almería), el 11 de agosto, un joven irrumpió en la casa de una mujer en plena madrugada y la agredió sexualmente. La policía localizó al sospechoso en una vivienda cercana, quien durante su detención, mostró una actitud muy hostil e intentó arrebatar el arma de defensa personal a uno de los agentes. Fue arrestado y acusado de allanamiento de morada y agresión sexual.

Aún hay más casos. En Elda (Comunidad Valenciana), una mujer denunció haber sido agredida por su pareja en plena calle. La policía intervino y arrestaron al hombre por presunta violencia de género, pero la historia no acabó ahí, durante la actuación, descubrieron que el coche de la mujer llevaba neumáticos robados y ambos acabaron detenidos.

No son números, son vidas

Cada una de estas historias tiene nombres y rostros, aunque a veces los titulares los diluyan en cifras. Madres que ya no abrazarán a sus hijos. Hijas e hijos que crecerán con la sombra de la violencia. Vecinas que ya no volverán a casa.

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