El catedrático emérito de la Universidad de Barcelona (UB) acusado de presuntos abusos de poder y conductas inapropiadas en el seno del grupo de investigación CREA, que habrían incluido masajes y relaciones sexuales, ha roto su silencio. A través de un comunicado difundido en sus redes sociales, el profesor niega rotundamente las acusaciones, las tilda de “falsas” y “fruto de una perversa fabulación basada en el anonimato”, y anuncia que emprenderá acciones legales para defender su honor y reputación.
El catedrático insiste en que ni él ni la Universidad de Barcelona han recibido ninguna denuncia formal y asegura estar “totalmente indefenso” ante lo que considera una campaña de difamación sin base real. “He solicitado a todos los medios que han difundido este bulo que lo rectifiquen”, añade, subrayando que tomará las medidas pertinentes para “restablecer su derecho constitucional a no ser acusado en falso”. Sin embargo, algunos de los medios consultados por Artículo14 aseguran que no han recibido tal petición de rectificación.

Testimonios de mujeres exintegrantes de CREA
Las declaraciones del catedrático llegan después de que al menos 14 mujeres hayan denunciado públicamente haber sufrido comportamientos inapropiados por parte de Flecha durante su etapa en el grupo de investigación CREA, del cual fue fundador. Estas mujeres, que ocuparon distintos roles —alumnas, becarias, doctorandas o subordinadas— relatan dinámicas marcadas por una fuerte desigualdad jerárquica y por el uso del poder académico para establecer relaciones personales y sexuales.
Una de estas voces es la de Ana Ayuste, profesora de la UB y miembro de CREA durante 13 años. En una entrevista concedida a Radio 4-RNE, Ayuste explicó cómo ingresó en el grupo cuando apenas tenía 20 años, motivada por ideales de transformación social, pero que con el tiempo comenzó a experimentar un progresivo aislamiento del entorno.
La profesora subraya que es esencial entender el contexto en el que se desarrollaron los hechos: “Las personas que han formado parte de CREA han estado sometidas a una presión muy grande. Hay cómplices, personas que conocían estas dinámicas y las permitían”.
Ayuste afirma que el catedrático mantenía una visión particular sobre la sexualidad, que él consideraba “la forma más sincera de expresar la amistad”, y que utilizaba su posición de poder para seducir y establecer vínculos íntimos con mujeres jóvenes del grupo. “Era muy insistente, tenía muchas habilidades para manipular y una memoria prodigiosa”, describe.
“El punto de inflexión se produce cuando empezamos a compartir pisos”, asegura la profesora. “Nos advierte que no expliquemos nada en la universidad porque no lo entenderían, y el control se hizo más eficiente”. La docente afirma que las mujeres debían compartir sus intimidades, tras lo cual siempre se constataba que las participantes tenían inclinación hacia los hombres que no les convenían. Ante esto, el catedrático proponía un proceso de reeducación que habría podido culminar en sexo con él.
Denuncias internas, aislamiento y salida del grupo
En 2004, ante el intento de Ayuste de abandonar el grupo, recibió acusaciones falsas de maltrato que denunció, ganándolo en tres instancias, hasta el Tribunal Supremo. Finalmente, dejó CREA con el apoyo de otros compañeros. “Él no lleva bien las críticas”, comenta, “pero por suerte no me quedé sola”.
Las mujeres que han hecho llegar al rectorado de la UB sus experiencias afirman tener miedo a sufrir represalias, incluso años después de haber salido del entorno de CREA. Mantienen el anonimato por temor a consecuencias profesionales o personales.

Instituciones comienzan a desvincularse de CREA
En paralelo a la reacción del catedrático, algunas instituciones que han colaborado o trabajado con la red CREA han empezado a desmarcarse del grupo. Es el caso de AEBE Asturias (Asociación de Educación Basada en Evidencias), creada por CREA, que ha anunciado que suspenden cualquier actividad con el grupo de investigación.
La UB mantiene el silencio institucional
Hasta el momento, la Universidad de Barcelona no ha emitido un comunicado oficial ni ha confirmado si se ha iniciado alguna investigación interna. Tampoco ha respondido públicamente al comunicado de el catedrático ni a los múltiples testimonios que han salido a la luz en los últimos días, pero se espera que se reúna con las abogadas de las mujeres en los próximos días.
El caso sigue generando una profunda conmoción en el ámbito académico, tanto por la gravedad de las acusaciones como por la trayectoria pública del catedrático implicado, conocido por su trabajo en el ámbito de la sociología y la educación y por haber impulsado el #MeToo de la universidad.