“Entramos en su casa, volvió a sobarme y besarme muy agresivo. Yo no respondía hasta que me mordió. Le dije que estaba muy borracha y quería irme a casa […]empezó a gritar y a dar golpes a la mesa y a las paredes […] volvió a venir donde yo estaba, se subió encima de mí para inmovilizarme con su peso”.
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Es parte de un testimonio compartido en la cuenta Denuncias Asturies en noviembre. Señalaban a un asesor de Izquierda Unida como el autor de una agresión sexual. La víctima anónima relató lo sucedido en las fiestas de San Mateo, una noche en que había bebido mucho alcohol, circunstancia que el presunto agresor aprovechó para agredirla sexualmente de manera muy violenta a pesar de la negativa de la mujer. En total dos chicas le denunciaron de forma anónima a través de este canal surgido al calor de la dimisión de Íñigo Errejón tras unas denuncias casi idénticas en la cuenta de Instagram de Cristina Fallarás.
No encuentran motivos para suspenderle
Tras la publicación y el revuelo en Oviedo, donde ejerce, José Enrique Fernández González, conocido también por el apodo de “Nako Liev”, en un primer momento el señalado presentaba su renuncia, y poco más tarde, era Izquierda Unida quien le suspendía de militancia.
Seis meses después, el pasado 26 de junio fue restituido en su puesto. La razón: ninguna de las afectadas, ajenas a la organización política, quiso formalizar su denuncia dentro del aparato del partido y al no hacerlo, Izquierda Unida no encuentra motivos para volver a contar con él como asesor de prensa.
Lo cierto es que crea un precedente peligroso porque la realidad es que las mujeres apenas denuncian ante las autoridades las agresiones sexuales, tan solo lo hace el ocho por ciento, según la macroencuesta de Igualdad. Donde sí se sienten cómodas y seguras las víctimas es en estos canales de denuncia.
Una nueva forma de denunciar y compartir
Lo explicaba la experta, perita en violencia sexual y profesora, Cristina Mateos, en una entrevista en Artículo14 esta semana: “Las mujeres —lo estamos viendo con las formas de denuncia— se encuentran cómodas en plataformas de apoyo a víctimas, donde se sienten acompañadas por otras iguales, se sienten escuchadas, reforzadas y donde no son victimizadas ni juzgadas, ni muchas veces empujadas a judicializar la denuncia en procesos de dos, tres o cuatro años, que suponen, en la mayoría de los casos, una pobreza económica para ellas y un daño psíquico, en los que las mujeres no se están viendo recompensadas por la justicia.

Evidentemente, los escenarios que están eligiendo las mujeres no son ni los procedimentales dentro de los protocolos ni los judiciales, y eso es porque no protegen a las víctimas. ¿Dónde se están sintiendo protegidas las víctimas? En estos entornos muy horizontales y de escucha activa, como el Instagram de Cristina Fallarás, por ejemplo. Los protocolos y la justicia no son entornos seguros aún para las víctimas; hay que seguir trabajando para que lo sean”.
Errejón renunció sin que se formalizase denuncia alguna
Esto es una realidad que ha cambiado la forma de enfrentarse a las denuncias de violencia sexual. Recordemos que Errejón renunció sin que se formalizase denuncia alguna, solo tras su dimisión, Elisa Mouliaá decidió hacer público su caso y judicializar su acusación de agresión sexual.
Resulta llamativa que su restitución sea producto del temor de las denunciantes anónimas a dar la cara porque se sabe que así ocurre en la mayoría de los casos. Fuentes de Izquierda Unida Asturias, aseguran que la decisión de que vuelva a ocupar un lugar en la organización y una nómina parte del Partido Comunista. De sus palabras se desprende un malestar con la forma en que se ha resuelto la situación, pero, insisten, no está en su mano cambiar los estatutos y la forma de organización del partido.
Malestar entre las mujeres del partido en Asturias
A la pregunta de si Izquierda Unida cree en las denuncias anónimas como una forma válida denuncia de la violencia sexual, las mismas fuentes aseguran que por supuesto, que defienden el “hermana, yo sí te creo”, pero que no han encontrado la manera, ni poseen las estructuras para evitar que el acusado continúe en su puesto.
Al parecer, la investigación tras las denuncias se basó en intentar contactar con las denunciantes a través del canal Denuncias Asturies, pero no fue posible. Además, al intentar recabar testimonios de personas del partido que hubiesen coincidido con el acusado se encontraron con que una parte de la militancia y compañeras le defendían y otra parte, en cambio, coincidían con las denunciantes.
Sea como fuera, el presunto agresor sigue en su puesto, a pesar de las opiniones de muchas mujeres del partido. Su voz, malestar y compromiso con las víctimas no está, parece, por encima de las negociaciones internas de la organización de Izquierda Unida.