En el canon de la literatura del siglo XX hay pocos nombres tan rodeados de misterio como el de B. Traven. Autor de El tesoro de Sierra Madre —una de las novelas más contundentes sobre la codicia y la descomposición humana—, Traven es el gran enigma de las letras modernas. Un escritor que publicó obras maestras, rechazó la fama y desapareció deliberadamente del mundo público, dejando tras de sí una estela de rumores, seudónimos y contradicciones.
La historia de B. Traven no es solo la de un autor oculto, sino también la de un ideólogo libertario, un rebelde con causa, un narrador que hizo de la literatura un medio de agitación política. Y, sin embargo, a pesar de su talento y del éxito de sus libros, su nombre ha quedado relegado a los márgenes. Sepultado por el aura de su desaparición y por el desinterés de una industria que nunca supo cómo clasificarlo.
B. Traven, el escritor sin rostro
La primera gran particularidad de B. Traven fue su negativa absoluta a aparecer en público. No hay fotografías claras suyas, no concedió entrevistas y durante décadas ni sus editores sabían con certeza quién era. Se comunicaba mediante cartas redactadas en tercera persona o firmadas con nombres falsos. Y se negó sistemáticamente a revelar su nacionalidad, su pasado o sus intenciones.
Los investigadores han propuesto múltiples teorías. Que B. Traven era en realidad Ret Marut, un actor y revolucionario alemán vinculado a la República de los Consejos de Baviera. Que su verdadero nombre era Otto Feige. Y que fue varias personas distintas.
Lo único cierto es que a partir de los años veinte se instaló en México y allí vivió hasta su muerte, en 1969, bajo el nombre legal de Traven Torsvan. Pero incluso eso sigue siendo discutido.
‘El tesoro de Sierra Madre’, una obra imperecedera
Si hay una obra que justifica la inmortalidad literaria de B. Traven, es sin duda El tesoro de Sierra Madre (1927). Ambientada en el México más áspero y brutal, la novela narra la historia de tres buscadores de oro que, tras encontrar una veta en las montañas, se ven consumidos por la paranoia, la traición y la violencia. Más que una aventura, es un estudio demoledor de la condición humana.

La novela fue adaptada al cine por John Huston en 1948, en una película legendaria protagonizada por Humphrey Bogart. La adaptación ganó tres premios Oscar y se convirtió en un clásico. Aun así, B. Traven se negó a acudir al rodaje, a participar en la promoción o a aprovechar el éxito.
El mito creció. Se dijo que estuvo en el set disfrazado como intérprete, o que enviaba a un representante que hablaba por él. Nadie pudo confirmarlo. Hoy, El tesoro de Sierra Madre sigue siendo una obra fundamental de la literatura del siglo XX. Un libro que combina la tensión narrativa de Conrad con la denuncia social de Zola. Todo bajo el calor tórrido de la sierra mexicana.
Un ideólogo libertario disfrazado de novelista
Detrás del misterio de B. Traven había una convicción férrea: la literatura debía servir a los desposeídos. Por eso, sus obras —La rebelión de los colgados, La carreta, La rosa blanca— están pobladas de campesinos explotados, indígenas sometidos, trabajadores inmigrantes, todos en lucha contra el sistema.
Su estilo es seco, directo, casi oral. Y su narrativa está siempre al servicio de una ética política: la denuncia de la injusticia, el desprecio al poder, la reivindicación de la dignidad humana.
B. Traven nunca quiso formar parte del mundo literario. No participó en círculos, no buscó premios, no cultivó amistades públicas. Su único interés era escribir y mantenerse invisible. Y lo logró. Hoy su nombre sobrevive más por la leyenda que por la presencia en librerías.