La detención de Morad la noche del miércoles en l’Hospitalet de Llobregat vuelve a situar al rapero en el centro de la polémica. Según avanzó El Caso y confirmaron fuentes policiales a La Vanguardia, el artista fue arrestado por presuntamente incumplir una orden de alejamiento vigente.
La detención se produjo después de que la Guardia Urbana recibiera un aviso que señalaba su presencia a menos de los 500 metros establecidos por un juzgado. Un límite que debía respetar en relación con su padrastro.
El escándalo llega en un momento especialmente delicado para el artista, cuyo historial con la justicia se ha convertido en un elemento recurrente de su vida pública. Según fuentes consultadas por Europa Press, el rapero habría estacionado su vehículo cerca de una habitación alquilada por su padrastro. Aunque no se trata del domicilio habitual de este. Esa proximidad fue suficiente para activar la orden judicial que ha derivado en esta nueva detención de Morad.
El origen del conflicto familiar que desencadena la detención
El episodio que ha terminado en la detención de Morad no puede entenderse sin el conflicto previo entre el rapero y su padrastro. Este último denunció al artista por amenazas tras un incidente en el que, según las mismas fuentes, Morad intervino para “defender” a su madre en un supuesto caso de violencia de género.
Desde entonces, una orden judicial impide al rapero acercarse a menos de 500 metros de su padrastro. Una medida que ha sido vulnerada según los agentes que intervinieron en la detención de Morad.
La situación se complicó cuando el padrastro, al ver el coche del rapero estacionado cerca de la habitación que tenía alquilada, decidió avisar inmediatamente a la Guardia Urbana. Ese aviso precipitó la detención de Morad, que se produjo alrededor de las 23.00 horas en el barrio de la Florida. Un entorno que el artista conoce bien por ser el barrio en el que creció.
De la Guardia Urbana a los Mossos d’Esquadra
Tras la detención de Morad por parte de la Guardia Urbana, el rapero fue trasladado y puesto a disposición de los Mossos d’Esquadra, que asumirán ahora la instrucción del caso. La policía local actuó siguiendo el protocolo habitual en los casos de quebrantamiento de condena o de incumplimiento de órdenes de alejamiento, un delito que puede acarrear consecuencias penales importantes.
La detención de Morad, en este sentido, no es un hecho menor y podría tener impacto en sus procesos judiciales abiertos.

Los Mossos deberán determinar ahora si la detención de Morad se ajusta plenamente a lo dictado en la orden de alejamiento y si existen circunstancias agravantes, como la reiteración de conflictos judiciales previos. La investigación se centrará en la distancia real entre el lugar en el que se encontraba el vehículo del rapero y la habitación alquilada por su padrastro. Un dato clave para esclarecer el alcance legal.

