Análisis

‘Eyes Wide Shut’: ¿qué oculta en realidad la última película de Stanley Kubrick?

El cineasta dedicó su última película a una trama sobre conspiración, sectas y trata sexual que parecía querer denunciar a unas élites misteriosas y que hoy se resignifica a la luz del caso Epstein

Fotograma de 'Eyes Wide Shut' de Stanley Kubrick

No es ninguna exageración decir que Stanley Kubrick (Nueva York, 1928) es uno de los mejores y más importantes cineastas de toda la historia del cine. Al fin y al cabo, su filmografía habla por sí sola. El neoyorkino, nacionalizado británico, fue responsable de una decena de películas que hoy se consideran obras maestras, entre las que se pueden destacar Senderos de Gloria (1957), 2001: Odisea en el espacio (1968), La naranja mecánica (1971) o El Resplandor (1980) entre otras.

El director, ya totalmente consagrado, falleció solo cuatro días después de mostrar por primera vez a unas pocas personas (entre las que se encontraban los actores y familiares y amigos muy cercanos) su última película, la cual le había tomado 12 años realizar. Según las fuentes oficiales, el motivo del fallecimiento fue un ataque cardíaco mientras dormía. Sin embargo, los más conspiracionistas empezaron a desarrollar teorías que apuntaban a otra cosa, ya que las coincidencias entre su repentina muerte, que se diera días después de ese pase privado y especialmente la temática de la cinta, daban mucho que pensar. Porque esa película no era otra que Eyes Wide Shut.

La película es una adaptación de Relato Soñado, una novela publicada por Arthur Schnitzler en 1925, pero como tantas veces ocurrió con Kubrick (cuyas películas son prácticamente todas adaptaciones), acabó siendo muy alterada por el cineasta para acercarla a sus gustos, obsesiones y a un entorno contemporáneo por el que ha pasado a la historia. La idea de fondo de la película y la novela son las mismas: William Harford (Tom Cruise) es un respetable médico neoyorquino cuya vida parece ir muy bien: está casado con la mujer de su vida, Alice (Nicole Kidman), tiene una hija y un trabajo que le gusta. Pero, al día siguiente de asistir a una fiesta, su esposa Alice le habla de unas fantasías eróticas y de cómo estuvo a punto de romper su matrimonio por un desconocido. Abrumado por esta confesión, acaba entrando en un local, donde un antiguo compañero le habla de una congregación secreta dedicada al hedonismo y al placer sin límites. A partir de entonces un misterioso y oscuro mundo dominado por el sexo y el erotismo se abre ante él.

Póster de ‘Eyes Wide Shut’ de Stanley Kubrick

¿Conexión con el caso Epstein?

Para muchos, Kubrick estaba ocultando algo en esta última película. Los fanáticos alegaron que, como en otras ocasiones, el cineasta estaba utilizando la novela como excusa, por el interés que le suscitaba el tema, para contar algo más profundo y terroríficamente real.

Con toda la información que sabemos hoy, tras los escándalos desvelados del caso Epstein y sus fiestas privadas, esta película volvió a ponerse de actualidad. Ya no era solo una ficción sobre los problemas de un matrimonio con un oscuro giro, sino que Kubrick podía haber estado desvelando la verdad 20 años antes, y nadie le hizo caso. Las nuevas lecturas hicieron aparecer ante los ojos del mundo muchos secretos. Es bien sabido que Kubrick era un director obsesivo, que no paraba hasta que cada detalle relatase lo que él quería, y que si algo estaba dentro del plano, significaba que era de vital importancia para la película.

Así, en una de las primeras escenas, los protagonistas asisten a una fiesta, donde una prostituta con la que está manteniendo relaciones el anfitrión, sufre una sobredosis. La chica es asistida por William pero, aunque no se vea explícitamente, más tarde nos enteramos a través de una noticia en el periódico de que ha fallecido en el hospital .

Fotograma de ‘Eyes Wide Shut’ de Stanley Kubrick

Lo importante de este plano es el nombre del periodista que firma la noticia. Larry Celona es un periodista real, habitual del New York Post, el cual trabajó como consultor en Eyes Wide Shut. Como amigo personal en esa época del propio Kubrick, fue el primero en informar en Estados Unidos de la muerte del cineasta, pero no fue la única exclusiva que dió en su carrera. 20 años después, en 2019, Celona también fue el primero en informar del suicidio en prisión del magnate y delincuente sexual estadounidense Jeffrey Epstein, cabeza de una trama de tráfico sexual de menores en Estados Unidos, lo que abrió un caso federal muy sonado en el mundo entero. Uno de los escándalos más terribles del caso Epstein fueron las fiestas privadas que mantenía como parte de esta red de explotación sexual a menores en su isla privada, Little St. James, o en su propia mansión de Nueva York. ¿No suena esto muy similar a lo mostrado en Eyes Wide Shut y su secta sexual secreta?

Una producción cargada de incógnitas

Las sospechas no acaban ahí. Si bien es cierto que hay muchísimas alusiones a la santería y el ocultismo en símbolos como el uso del color, estrellas de ocho puntas que pueden verse en la fiesta del inicio o referencias a mitos griegos sobre el poder asociado a la sexualidad, es más interesante ver qué ocurría alrededor de la producción y sobre todo, de la exhibición, de la película en los últimos días de la vida de Kubrick.

Fotograma de ‘Eyes Wide Shut’ de Stanley Kubrick

Según diversos estudiosos del estilo cinematográfico del cineasta, hay muchos elementos en Eyes Wide Shut que no cuadran bien con el estilo del director. Analizándola, muchos llegaron a pensar que la película había sido cortada por partes en las que el cineasta no había intervenido, llevando a un montaje final que no pertenece a la auténtica visión de Kubrick. Según investigaciones posteriores, hay quien asegura que se llegaron a cortar y eliminar más de 20 minutos de metraje. Nunca se sabrá qué contenían.

Lo que sí se sabe es que después del estreno de la película en Inglaterra, los asistentes escucharon gritos de una fuerte discusión, venidos desde un despacho cercano en el que Kubrick y los productores de la película estaban conversando sobre el resultado final. Los gritos pertenecían al autor de Lolita que bramaba que la película era suya y ellos no podían cortarla como quisieran.

Fotograma de ‘Eyes Wide Shut’ de Stanley Kubrick

En la escena final de la cinta, el matrimonio lleva a su hija a realizar las compras de Navidad. Mientras ellos hablan, se puede observar como la niña se aleja, al fondo del plano, por un pasillo atestado en una tienda de juguetes. Allí, atendiendo sus propias compras se pueden observar a dos hombres adultos. La niña, avanza hacia ellos contenta mientras la escena se sigue centrando en la conversación de sus padres. Esta escena no tendría mayor profundidad de no ser porque esos dos hombres han estado apareciendo en el fondo del plano de diferentes escenas de la película, como una amenaza invisible pero constante para el protagonista y su familia. Quién sabe si, al final, este sombrío culto de la élite ha obligado al matrimonio a entregar a su hija y esto vuelve mucho más oscuro el final de la cinta.

Eyes Wide Shut sigue dejando dudas, teorías y discusiones más de un cuarto de siglo después de su estreno. Nunca se sabrá lo que quería transmitir realmente Stanley Kubrick, ni si estas teorías podían tener algo de real o eran solo ficción. Lo que sí puede hacerse es redescubrir, con una mirada nueva cada vez, esta impresionante película, porque eso es lo que hacen las obras maestras.

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