Hablar de Ken Follett es hablar de uno de los autores más influyentes de las últimas décadas. Nacido en Cardiff, Gales, en 1949, ha vendido más de 198 millones de ejemplares de los 38 libros que ha escrito, llegando a más de 80 países y siendo traducido a 40 idiomas. A lo largo de casi cinco décadas, ha conquistado a lectores de todo el mundo con historias que combinan una documentación exhaustiva, tramas adictivas y un estilo narrativo que engancha desde la primera página.
Licenciado en Filosofía, Ken Follett es también un amante de la música y un ocasional activista político, con un marcado apoyo al Partido Laborista británico. Su pasión por la lectura se gestó en su infancia, en un hogar profundamente religioso donde el cine y otras formas de ocio estaban prohibidos. Eso le llevó a refugiarse en los libros.
Sus inicios y el amor por la historia
A los 12 años, Ken Follett descubrió las novelas de Ian Fleming y se enamoró del personaje de James Bond. Este flechazo literario lo llevó a interesarse por las historias de espionaje y a escribir sus propias tramas. Su primera gran obra, El ojo de la aguja (1978), se ambienta en la Segunda Guerra Mundial, un escenario que se convertiría en uno de sus favoritos y que ha reaparecido en muchas de sus novelas históricas.
Este interés por los conflictos bélicos y las historias humanas que nacen de ellos es lo que explica que Ken Follett haya querido recomendar una obra que le ha conmovido: El día que escapé del gueto, de John Carr, publicada en español por la editorial Catedral.
La historia que ha cautivado a Follett
En palabras de Ken Follett, El día que escapé del gueto “es una gran historia”. Publicado en 2020, el libro narra la increíble odisea de Chaim, un adolescente polaco atrapado en el gueto de Łódź durante la Segunda Guerra Mundial. A los 13 años, tras matar a un guardia nazi, se ve obligado a escapar, iniciando un viaje épico en el que sobrevive al hambre, la violencia y la persecución constante.

El protagonista adopta identidades falsas, afronta encuentros mortales y recorre diferentes territorios hasta acabar luchando, ya adulto, contra el régimen nazi. La novela está inspirada en la vida real del padre del autor y alterna las conversaciones entre padre e hijo con pasajes de acción y un contexto histórico minuciosamente descrito.
El gueto de Łódź fue uno de los más grandes y aislados de Europa. Con condiciones de vida extremas marcadas por el hambre, el trabajo forzado, el aislamiento y las deportaciones. En El día que escapé del gueto, John Carr no solo relata una historia de supervivencia, sino que también recupera la memoria de un episodio crucial del Holocausto.
Ken Follett destaca el componente humano de la obra, que muestra cómo un adolescente, con ingenio y audacia, logra burlar a sus perseguidores. La novela enfrenta al lector a dilemas morales propios de la guerra que siguen siendo relevantes hoy en día y que invitan a reflexionar sobre la resistencia y la dignidad humana en circunstancias extremas.
¿Por qué merece leer ‘El día que escapé del gueto?
Con un tono directo, emotivo y equilibrado entre el testimonio personal y la reconstrucción histórica, El día que escapé del gueto se convierte, según Ken Follett, en una lectura imprescindible para quienes se interesan por la Segunda Guerra Mundial y el sufrimiento de las víctimas del Holocausto.
El libro no solo retrata un capítulo oscuro de la historia de Europa. También pone de relieve la importancia de preservar la memoria histórica. Y de contar las historias de quienes, contra todo pronóstico, lograron sobrevivir.