La novela medieval que pasa desapercibida y es tan épica como ‘Juego de Tronos’

Juego de Tronos es uno de lo fenómenos culturales del siglo, sin embargo, hay un libro de Bernard Cornwell que tiene muy como que envidiarle y muy poca gente conoce

Representación de la batalla de Azincourt

Mientras millones de lectores y espectadores siguen fascinados por la fantasía brutal y política de Juego de Tronos, hay una joya histórica que, sin dragones ni magia, logra una épica igual de intensa: Azincourt, de Bernard Cornwell. Una novela que no necesita tronos de hierro para ofrecer traiciones, batallas salvajes y personajes atrapados en los engranajes del poder. Aunque esta no ha sido convertida en una de las series más vistas de la historia, como los best-sellers de George R.R. Martin, pero en caso de intentarlo, también saldrían unas historias que podrían marcar a una generación.

Una historia cruda, real y que engancha

Publicada en 2008, Azincourt es una obra de ficción histórica que revive uno de los enfrentamientos más sangrientos y decisivos de la Guerra de los Cien Años: la batalla de Agincourt, que tuvo lugar en 1415. En ella un ejército inglés en horas bajas por las penurias pasadas y en inferioridad numérica, derrotó de forma legendaria a las fuerzas francesas. Cornwell reconstruye este episodio con el estilo narrativo que lo ha consagrado como uno de los grandes autores del género bélico-histórico.

El protagonista es Nicholas Hook, un arquero inglés marcado por la violencia desde su infancia, cuya vida parece condenada al fracaso hasta que la guerra le ofrece un nuevo propósito. Hook no es un caballero ni un noble con linaje glorioso: es un hombre que mata para sobrevivir. Y ahí está uno de los aciertos de Azincourt: su mirada desde abajo, desde la piel sucia y desgarrada de quienes realmente empuñaban las armas. No mira a los señores que mandan y disponen, si no a los que están en el barro.

Bernard Cornwell, autor de Azincourt

Sin fantasía, realidad cruda

A diferencia de los mundos fantásticos, aquí no hay resurrecciones ni profecías mágicas, pero sí visiones religiosas, supersticiones, y una Iglesia que maneja todos los hilos y que se mezcla con la brutalidad cotidiana. Lo épico no se eleva sobre lo humano, sino que se construye a partir de él: del barro, del miedo, de las flechas lanzadas a ciegas que deciden el destino de reyes y plebeyos por igual.

Cornwell convierte la batalla de Agincourt en algo más que un momento histórico: la transforma en un estilo narrativo muy intenso y de un ritmo vertiginoso, donde el lector siente cada carga de caballería, cada lluvia intensa que cae sobre los soldados y cada decisión desesperada. La crudeza de sus descripciones no tiene nada que envidiar a los momentos más violentos de Juego de Tronos. En lo que si se parece a las novelas de Martin es en que en esta la nobleza también muestra su peor cara, con cobardía, ambición o simple estupidez.

Una oda a la historia medieval más brutal

Azincourt no necesita tramas enrevesadas ni mapas inventados para atrapar. Lo consigue con personajes sólidos, un contexto histórico real y que cautiva al lector por lo que supone, y sobre todo, por una escritura que combina rigor con emoción. Para quienes buscan una historia medieval que dignifique la historia de verdad y que sobre todo, hable de aquellas epopeyas y batallas candentes, esta novela es una lectura obligada. Puede que no tenga la fama de Juego de Tronos, pero tiene todo su espíritu. Y sobre todo, el interés sobre ella aumentas si tenemos en cuenta que ocurrió de verdad.

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