Ni moción de censura ni cuestión de confianza por el momento. Alberto Núñez Feijóo movió ayer ficha y anunció a primera hora de la mañana que el futuro secretario general del PP, Miguel Tellado, sondearía a los socios de investidura para medir los apoyos de Pedro Sánchez tras la entrada de Santos Cerdán en prisión. La prospección confirmó lo esperado: el PP no gobierna porque no puede. Ni un solo voto de la mal llamada “mayoría progresista”, que se forjó tras el 23-J, se ha movido pese al escándalo mayúsculo de corrupción que afecta a los dos últimos secretarios de Organización del PSOE.
La jugada del gallego tenía algo de marketing y mucho de mensaje en clave interna. Entre los populares hay abierto un debate sobre si esperar a que Sánchez caiga sin más o erigirse como alternativa presentando un “programa de país” en una moción de censura aunque se pierda. De momento Feijóo gana tiempo y titulares.
En el caso de Sánchez el tiempo se le agota. Así lo ven los partidos que le llevaron a La Moncloa y que hoy en privado reconocen que lo único que queda por negociar en esta legislatura es cómo y cuándo el presidente anuncia su retirada. El rechazo a Feijóo no es un respaldo expreso al socialista. Hoy al presidente tampoco le darían los números si se sometiese a una cuestión de confianza.

Sánchez está solo. “La comparecencia del 9 en el Congreso será una cuestión de confianza sin votación”, adelantan los socios. En el pleno el presidente prevé anunciar una serie de medidas anticorrupción que pactó en la ronda de contactos improvisada tras hacerse público el informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) que adelantó Artículo14.
Junts, PNV, ERC, Podemos e incluso Sumar ya dan por descontado que cualquier anuncio puede quedar sepultado en tiempo real por el curso de las investigaciones. El ingreso en prisión de Cerdán ha desatado todas las alarmas. Nadie se atreve a dimensionar el alcance de la trama tras el auto del juez en el que apunta a mordidas millonarias y futuros implicados.
“Ha perdido la credibilidad”
En esta incertidumbre está la criptonita para Sánchez. Ninguno de los socios ligará su futuro a un presidente que “ha perdido la credibilidad”, sentencian. En el entorno más cercano son cada vez más quienes asumen que la legislatura está muerta. Al margen de la dureza en los discursos de los aliados en el pleno del próximo día 9, el líder del PSOE no cuenta con ninguna de las variables necesarias para mantener -que no mantenerse- en el poder.
El tiempo ha dejado de jugar a su favor. La UCO está preparando un nuevo informe a raíz de los últimos registros en la vivienda de José Luis Ábalos, Ferraz, las empresas de Navarra y la información solicitada a la Agencia Tributaria que se prevé llegue al Supremo tras el verano. Cualquier estrategia política quedará opacada. No hay margen para llevar ninguna iniciativa, no hay Presupuestos nuevos que prorrogar.

Ni siquiera la baza de la remodelación de Gobierno es una garantía porque el foco está en él. Quienes conocen bien a Sánchez le ven “muy tocado” y atribuyen a su estado el error de protocolo que protagonizó junto a su esposa, Begoña Gómez, en la cumbre de la OTAN en Sevilla. “No estaba cómodo”, apunta un excolaborador al referirse al incidente que se saldó con un doble saludo a los Reyes tras olvidarse el matrimonio Sánchez-Gómez del posado oficial.

Entre muchos ministros se ha instalado también el ambiente de fin de ciclo. No ven margen para la remontada en los cambios que se anuncien en el Comité Federal del PSOE este fin de semana, ni en las iniciativas anticorrupción. Hay algún miembro de la bancada azul que incluso está sopesando su salida si Sánchez decide alargar la “agonía”.
Por el momento el presidente no ha dado síntomas de querer abandonar pese a la presión incluso desde los medios y opinadores más afines. Los socios tampoco van a forzar su salida en una moción de censura con Feijóo, pero si evidenciarán su soledad.
El PNV, que sería la única opción real para el PP, ha optado por “dejar morir” a Sánchez. Que Cerdán se atribuyese el papel de “arquitecto” de la moción a Mariano Rajoy ha caído como una bomba. No entienden por qué el ex número tres del PSOE habló en su declaración en el Supremo de aquellas negociaciones y menos que incluyese en ellas al empresario implicado en la trama corrupta, Antxon Alonso. El aviso a navegantes ha acrecentado las suspicacias de los de Aitor Esteban.
En clave de advertencia también se leen en el PSOE las declaraciones de José Luis Ábalos en Okdiario en las que desvela que Sánchez el 28 de septiembre de 2023 le advirtió en una reunión en Moncloa que la UCO investigaba a Koldo García. Un SMS o una grabación puede acabar en cualquier momento con el cortafuegos del “nos engañaron a todos” con el que se intenta preservar a un presidente en proceso de corrosión.