Amazon Prime Video ofrece uno de los catálogos más interesantes de los servicios de streaming en la actualidad. Sus propuestas contemporáneas suelen ser de calidad, pero otro de sus principales puntos fuertes es que suele rescatar auténticas joyas. Esta semana, han decidido incluir en su plataforma una olvidada película de finales de los ochenta. Es de serie B, tiene zombis, comedia y mucha acción. Quizá presentada así suene mal. Pero tiene algo especial.
Estamos muertos… ¿o qué?, la olvidada película de zombis
Dead Heat es una película de comedia, acción y toques de terror dirigida por Mark Goldblatt. Se estrenó en el año 1988, y en España se llamó Estamos muertos… ¿o qué?. Su tono de serie B y su historia poco elaborada han hecho que quedara en el olvido con el paso de los años, pero es una película que vale la pena ver, porque como mínimo, entretiene y saca más de una carcajada.
Treat Williams y Joe Piscopo encarnan a los detectives Roger Mortis y Doug Bigelow, dos compañeros del Cuerpo de Policía de Los Ángeles. Los dos investigan a unos atracadores que han cometido un golpe en una joyería, a los cuales no les afectan los disparos de los agentes.
Estos consiguen abatir a dos ladrones, pero una vez están en la morgue, la forense les dice que esos hombres ya han estado muertos y ya han pasado por dicha morgue. Las cicatrices y suturas de sus cuerpos, las fotografías y la propia declaración de la forense asegurando que ella misma realizó la autopsia son prueba de ello.
Ante la incredulidad de sus superiores, Bigelow y Mortis deciden investigar el caso por su cuenta, con tan mala suerte de que Mortis es asesinado… y resucitado por la misma tecnología que tenían los atracadores. Resulta gracioso que esto le suceda al detective cuyo nombre es Roger Mortis, que recuerda al rigor mortis, la rigidez del cuerpo tras la muerte.
Clásico de culto y de la serie B ochentera
La premisa ya es lo suficientemente atractiva, pero esta buddy-cop movie tan particular es sustentada en el carisma y la dinámica que Williams y Piscopo mantienen a lo largo del desarrollo de la película. Esta, por cierto, dura menos de una hora y media. Tiempo suficiente para que no se haga demasiado pesada ni demasiado pasada de rosca.
Y si parece poco con ellos dos, el gran Vincent Price tiene un papel secundario pero relevante en Death Heat. Price es considerado uno de los maestros del terror, género en el que interpretó decenas de papeles memorables. Su voz es ya historia del terror, inmortalizada para siempre en la canción Thriller de Michael Jackson. Su tenebrosa risa final en la canción ha provocado más de una pesadilla.
Otro punto a favor de esta olvidada película es su uso de los efectos prácticos, tanto para los maquillajes y prótesis como para las escenas más gore de la película. Hay una en concreto que sucede en una carnicería que es todo un espectáculo, algo que se siente muy de la época.
Y es que a este film no hay que tomarlo demasiado en serio. Ni siquiera lo hace él mismo. Pero que no lo haga no quita que su humor, sus momentos bizarros y su absurdo argumento (y la resolución del mismo) no tengan el suficiente ingenio y gracia como para no otorgarle el título de clásico de culto de la década de los ochenta.
Los fans de este tipo de películas pueden deleitarse con esta obra en la plataforma de Prime Video desde hace unos días. No deja indiferente.