La habitación propia

Lo mejor de 2025 en libros

Un análisis completo con recomendaciones, tendencias y los títulos más destacados del año para repasar todos los libros que nos han enamorado en este 2025 que ahora acaba

Diciembre es sinónimo de recapitulación, examen de conciencia y listas con lo mejor del año. Tiempo para acordarse de los libros leídos y de los que se quedaron a la mitad. Un improvisado oasis de reflexión en medio de las comilonas, los regalos y las reuniones familiares para dar sentido al paso del tiempo a través del análisis de lo más destacado de los últimos 365 días. 

Asuntos como el renovado interés por la religión, el conflicto en Gaza o la inteligencia artificial encuentran en los libros el espacio donde estos días ya pasados quedarán escritos para el futuro incierto. Abarcarlos todos es imposible, pero aquí van unos cuantos para hacerse una idea de lo que ha sido este 2025 en términos literarios.

Debuts y descubrimientos del año

Para empezar este camino, lo ideal es hacerlo con lo más fresco y novedoso. Esas óperas primas y nuevas voces que aparecen en escena, consolidando o creando tendencias, proponiendo experimentos exitosos y fallidos.

Comerás flores (Libros del Asteroide) ha sido uno de los debuts más reveladores del año. El duelo, la amistad, las relaciones románticas aparentemente perfectas que se convierten en profundamente abusivas, las múltiples caras del maltrato, madurar, aprender a crecer, perder o ganar la identidad propia. Todo esto cabe en la ópera prima de Lucía Solla Sobral, una novela en la que una joven pierde a su padre y comienza a salir con un hombre veinte años mayor que ella, condicionando su vida y condenando su juventud. 

También ha impactado el debut de Laura C. Vela, con Seismil (niños gratis*), un relato autobiográfico sobre la violencia sexual sostenida en la adolescencia que convierte la metáfora de la cima de seis mil metros en una experiencia de escritura como forma de reconstrucción y resistencia. O la poeta Inma Pelegrín, que ganó el Premio Lumen 2025 con Fosca, y se estrena en novela con un thriller rural donde la palabra poética se pone al servicio de la narración para explorar el peso del deseo, la culpa y el cuerpo.

Portada de ‘Seismil’ de Laura C. Vela

Entre los descubrimientos importados está la francesa Caída de las nubes (Las afueras), de Violaine Bérot. Una historia en clave rural e inquietante, donde el nacimiento de un bebé resulta ser el desencadenante para explorar conflictos vitales como la maternidad, el rumor y la violencia latente, con un estilo fragmentario y poético. Desde Italia, se ha traído el fenómeno de Se acabó el recreo (Libros del Asteroide) de Dario Ferrari, una relectura en clave generacional del género iniciático con mucha ironía y humor negro. Sátira sobre el paso a la vida adulta de un treintañero en el enrevesado mundo académico, con un trasfondo de reflexión sobre los años de plomo italianos. 

También ha llegado este año la traducción de ¡Mártir! (Blackie Books), ópera prima del escritor iraní Kaveh Akbar y finalista del premio National Book Award. Una novela coral, lírica y muy visual, con un extraño sentido del humor en el que un joven hijo de iraníes en Estados Unidos, alcohólico y obsesionado con la muerte de su madre en un derribo aéreo, encadena intentos de suicidio y búsqueda espiritual. Adicción, duelo y fe para preguntarse qué es “merecer” la vida o la muerte.

Los libros de los que hemos hablado en 2025

Aquí aparecen autores capaces de plasmar con ideas universales los grandes conflictos contemporáneos. Como Belén Gopegui, que en Te siguen (Random House) profundiza sobre los problemas de la indefensión en la era digital, con trabajadores enganchados a plataformas y algoritmos que intentan recuperar el control de sus vidas. Algo parecido sucede con La oposición (Anagrama), de Sara Mesa, en un momento social en el que el funcionariado se presenta como la solución para la inestabilidad, esta novela presenta la carrera burocrática como un tortuoso camino marcado por el tedio y la inutilidad de las horas muertas. 

Portada de ‘Oposición’ de Sara Mesa

Otros, como Javier Cercas, han sido capaces de escribir la historia mientras pasaba. Así ha quedado constancia en El loco de Dios en el fin del mundo (Random House), donde el autor de Soldados de Salamina acompañó y documentó el viaje del Papa Francisco a Mongolia. Un retrato de la cabeza de la Iglesia, publicado poco antes de su muerte y escrito con la mirada talentosa y escéptica de uno de los escritores más brillantes del momento. 

Aunque si hablamos de “libros para entender el 2025” resulta imprescindible hacer mención a lo que está ocurriendo en Palestina. El mundo después de Gaza (Galaxia Gutenberg), de Pankaj Mishra interpreta este conflicto como el punto de inflexión global, hilando colonialismo, guerra, islamofobia y declive de Occidente con la prosa analítica de Mishra.

Se incluyen aquí también los imprescindibles del año, con publicaciones de autores que siguen acumulando con razón éxito de crítica y ventas como Enrique Vila Matas y su Canon de cámara oscura (Seix Barral), donde da una nueva vuelta de tuerca al universo vilamatiano, con un libro entre diario, ensayo y ficción, que convierte la escritura sobre cine en una reflexión sobre la propia literatura. En este grupo aparecen nombres como Antonio Muñoz Molina y su ensayo sobre la importancia de El Quijote como primera novela moderna en El verano de Cervantes (Seix Barral), o El jardinero y la muerte (Impedimenta), una reflexión en primera persona sobre la fragilidad del tiempo, la memoria y la historia del búlgaro Gueorgui Gospodínov en el lecho de muerte de su padre.

Y si hablamos de libros capaces de abrir debates, no podemos olvidar a Miranda July y uno de los libros del año: A cuatro patas (Random House). Esta novela que ha maravillado y horrorizado casi a partes iguales, sigue la vida de una artista de 45 años que, en plena crisis de mediana edad, detiene su vida familiar aparentemente estable para explorar su deseo, su cuerpo y sus límites, desde un motel y una serie de decisiones “poco ejemplares”. Habla sin pudor de sexo, perimenopausia, cansancio y privilegio, y lo hace con el humor raro y patético característico de July.

Portada de ‘A cuatro patas’ de Miranda July

Cuentos, no hay género menor

Dicen que el cuento, en comparación con la novela, es un género menor. Una falacia. Para desmentirlo, este año ha habido publicaciones capaces de representar la excelencia de este género en algunas de las mejores publicaciones del año. 

Lo que no se ve (Tusquets), de Cristina Fernández Cubas es uno de los más destacados. Seis relatos breves donde lo cotidiano se abre a una grieta de extrañeza: dobles, presencias, huecos en el tiempo que nunca se explican del todo. Fernández Cubas trabaja como nadie eso que no se ve ni se dice, pero condiciona por completo las relaciones y los miedos de sus personajes. Por calidad y por significado (el regreso en plena forma de la gran cuentista española), se ha convertido en uno de los libros clave del 2025.

Pero también se han publicado recopilaciones como El buen mal (Seix Barral), de Samanta Schweblin; Los ilusionistas (Anagrama) de Marcos Giralt Torrente; o Cuentos atados a la pata de un lobo (Malas Tierras) de Angélica Liddell. Todos ellos ejemplos de que la expresión mínima en narrativa tiene tanto valor como la mejor de las narraciones largas.

Portada de ‘Lo que no se ve’ de Cristina Fernández Cubas

Reediciones, póstumos y vidas contadas

Los últimos días del año también sirven para recuperar la memoria perdida y rendir homenajes a los que no están. En este sentido, 2025 ha servido para recuperar a Miguel Salabert, con el rescate de El exilio interior (Hoja de Lata), en una edición preparada por Isabelle Touton y Germán Labrador, con epílogo de Juana Salabert. Una crónica del exilio republicano en Francia y de la posguerra europea, recuperada como libro clave para entender la memoria antifascista española. 

En clave de crónica del siglo XX, se han publicado nuevas ediciones de Manuel Chaves Nogales, como la de A sangre y fuego de Alianza, con prólogo de Andrés Trapiello, o los inéditos Diarios de la Segunda Guerra Mundial (El paseo), aprovechando su entrada en dominio público.

2025 ha sido el año de la controvertida publicación de Reconciliación: memorias (Planeta), de Juan Carlos I. Los aniversarios han servido para volver sobre las vidas pasadas de Carmen Martín Gaite (Tusquets), en una biografía escrita por José Teruel, en el año de su centenario, o la de Hannah Arendt y los cincuenta años de su muerte, que se han celebrado con la publicación de Hannah Arendt. Una biografía intelectual (Anagrama), escrita por Thomas Meyer. Los 90 años de la muerte de Fernando Pessoa se han convertido en la coartada perfecta para  la gran obra de investigación de Richard Zenith en Pessoa, una biografía (Acantilado) sobre el enigmático escritor portugués. Sin olvidar la espléndida biografía de Rosa Chacel (Taurus), escrita por Anna Caballé.

Portada de ‘Reconciliación: memorias’ de Juan Carlos I

Libros en imágenes: cómic y novela gráfica

Por último, como la literatura no se escribe solo con palabras, esta selección requiere mencionar algunos de los cómics y novelas gráficas más sobresalientes del año. Como En vela (Salamandra Graphic)​, de Ana Penyas, y su capacidad para indagar en los estragos que hace el insomnio en las personas. O un reportaje gráfico sobre los disturbios de Muzaffarnagar (India) de Joe Sacco en El disturbio eterno (Reservoir Books). 

También está el alucinante, en todos los sentidos, debut de Natalia Velarde con Encías quemadas (La Cúpula); o las ácidas historias cortas de la ganadora del Premio Nacional del Cómic 2025 Candela Sierra en Lo sabes aunque no te lo he dicho (Astiberri). Y para cerrar esta selección, un bonus track satánico y delirante como Black Metal (Autsaider), de Magius. Un irreverente cómic sobre el origen del black metal noruego a través de un grupo de chavales obsesionados con el satanismo.

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