Desde niña, Ashleigh Plumptre llevaba grabado el escudo del Leicester City en el corazón. Criada en Melton Mowbray, a pocos kilómetros de Leicester, la defensora británico-nigeriana vistió la camiseta del club local desde los ocho años, antes de pasar por las academias de Birmingham y Derby, y luego asentarse en Notts County.

Con una formación académica en biología humana, obtenida en la prestigiosa University of Southern California, Plumptre regresó a Inglaterra en 2019 con un claro objetivo: volver a sus raíces y marcar la diferencia en el club que la vio crecer. Su contribución fue clave para el histórico ascenso del Leicester City a la Women’s Super League en la temporada 2020/2021, consolidándose como una pieza fundamental en la defensa del equipo.
Pero para 2023, con su contrato próximo a expirar, Ashleigh buscaba algo más que minutos en el campo. Anhelaba un proyecto que la reconociera y valorara no solo como futbolista, sino también como persona, en un momento decisivo para su carrera y su vida.
Un “no” que se convirtió en un “sí”
La oferta proveniente de Arabia Saudita fue recibida inicialmente con rechazo. “Mi instinto fue decir ‘no’”, confesó Plumptre, cuando su padre y agente le habló del interés de Al Ittihad. Pero algo cambió tras una conversación con el cuerpo técnico, una visita al país y su intuición: supo que aquel era el nuevo desafío que buscaba.
Ese paso la convirtió en la primera jugadora que da el salto directo de la WSL a la Saudi Women’s Premier League (SWPL), liga que, desde su profesionalización en 2022, busca posicionarse en el panorama global femenino.

Fútbol, derechos y lucha LGBT
El traslado de Ashleigh Plumptre a Arabia Saudita no pasó desapercibido y estuvo rodeado de controversia. En un país donde las relaciones entre personas del mismo sexo están prohibidas por ley, su fichaje generó preocupación en un entorno que históricamente ha sido un refugio y espacio de aceptación para la comunidad LGBT.
La reacción no tardó en llegar desde su círculo más cercano: seguidores LGBT del Leicester City expresaron su decepción y desconfianza. “Sentí que ya no era la persona que pensaban que yo era”, confesó Plumptre, quien reconoció el dolor que le causó saber que su decisión pudo hacer que algunos se sintieran menos valorados.
Este episodio pone en evidencia el difícil equilibrio que muchas deportistas deben mantener entre su carrera profesional, sus valores personales y las expectativas de quienes las admiran.
Una gran decisión: ¿Inglaterra o Nigeria?
Nacida en Inglaterra y formada en las categorías juveniles del fútbol inglés, sorprendió al mundo al tomar la decisión de representar a Nigeria, el país de su padre, a nivel internacional. Aunque su carrera comenzó con la selección inglesa, jugando en las categorías sub-15, sub-17, sub-19 y sub-23, Plumptre optó por unirse a las Super Falcons y defender los colores de Nigeria, en un gesto que marcó un giro decisivo en su carrera futbolística.
Su debut oficial con las Super Falcons se produjo en 2022, durante un crucial partido clasificatorio para la Copa Africana de Naciones. A partir de ese momento, Plumptre se consolidó como pieza clave de la selección nigeriana, no solo en los torneos continentales, sino también en la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023. Su integración en el equipo ha sido fundamental para el éxito de Nigeria en el fútbol femenino a nivel mundial.

El camino tomado por la futbolista es un testimonio de cómo el fútbol trasciende fronteras y cómo las decisiones personales pueden redefinir trayectorias internacionales. Su historia resalta la importancia de la identidad cultural y el legado familiar en el deporte, mientras ella continúa dejando su huella en el fútbol global.
El choque cultural en Arabia
Ashleigh destaca la sensación de seguridad que experimenta en Jeddah, donde reside en un compound, una comunidad cerrada que ofrece a las mujeres extranjeras una serie de comodidades, como gimnasios, zonas recreativas y piscinas. Según la futbolista, se siente más tranquila en este entorno que en muchos lugares del Reino Unido. “En un supermercado dejé el coche con las llaves puestas, algo que jamás haría allí”, asegura.

Sin embargo, la jugadora también enfrenta diferencias culturales significativas, desde los códigos de vestimenta hasta las normas sociales. Plumptre es consciente de estas distinciones y reconoce los límites: “No significa que apruebe todo lo que eso implique”, señala, aludiendo a la relación entre su carrera deportiva y las restricciones impuestas por la sociedad saudí.
Nuevos desafíos
El salto de Plumptre de la WSL a la SWPL ha supuesto un cambio notable en términos de competencia y exigencia. La futbolista ha señalado que la velocidad del juego es diferente y que algunos partidos demandan ajustes tácticos constantes, así como un esfuerzo adicional para mantener el ritmo en el campo.
Más allá del aspecto deportivo, la futbolista valora positivamente las mejoras estructurales que ha encontrado en su club actual, el Al Ittihad. Destaca la existencia de instalaciones de primer nivel, como un gimnasio propio, un campo principal de entrenamiento, una clínica médica y vestuarios dedicados al equipo femenino.
Sin embargo, no todo ha sido positivo. La defensa nigeriana lamenta la escasa asistencia de público en los partidos, un reflejo de que el fútbol femenino en Arabia Saudita todavía enfrenta el desafío de conectar más profundamente con su comunidad y construir una base sólida de apoyo local.