A lo bueno, uno se acostumbra rápido. Demasiado rápido, en algunos casos. Vivimos los años más dorados del fútbol femenino español, celebrando que cuatro de los últimos cinco años, una de las nuestras ha levantado el Balón de Oro, la máxima distinción individual del deporte rey.
Aitana y Alexia, con dos cada una, dominan la lista de premiadas. El Barça fue subcampeón de Champions en la última edición, pero en el último lustro, ser segundo ha sido su peor resultado en la competición. Y la selección española ocupa la primera posición del Ranking Fifa gracias a su título Mundial de 2023, el de Liga de Naciones de 2024 y el subcampeonato de Europa de 2025.
Un pequeño resumen que demuestra por sí mismo la etapa inolvidable que estamos viviendo con el fútbol femenino español. Este es el final feliz del cuento del éxito, pero, como todos los cuentos, un día tuvo un inicio. Y allí, en el punto de partida, como pionera y luchadora, estaba Vero Boquete. Pionera en el fútbol femenino y también en otras facetas, pero a esto ya llegaremos. Lo primero, las botas.
Los inicios de la pionera
Verónica Boquete GIadáns, gallega del 87, empezó a correr por los campos de tierra antes siquiera de que estrenáramos siglo XXI, y muy pronto llamó la atención de equipos profesionales de primer nivel, gracias a sus exhibiciones en el Xuventú Aguiño de su Santiago natal. El Prainsa Zaragoza, entonces Transportes Alcaine, la fichó en 2005 para que debutara (como el equipo mismo) en Primera División femenina. Vero tenía 18 años entonces.

Pasó tres años en Zaragoza para después recalar en el Espanyol, donde conoció la felicidad que da ganar un título. Y no fue uno, fueron dos Copas de la Reina y un subcampeonato liguero. Pero todavía, y a pesar del éxito, no se consideraba fútbol profesional el disputado en España.
Boquete, trotamundos
No supo lo que era vivir de ello hasta que la llamaron de Estados Unidos, tras dos temporadas en Barcelona. La aventura no fue larga, apenas 12 partidos, pero allí se dio más a conocer gracias a los 9 tantos anotados. Volvió al Espanyol para disputar su última temporada de blanquiazul, marcando la escandalosa cifra de 39 goles en 28 partidos, más que nadie en aquella temporada.
Con esta guinda, cerró su etapa en España y se ganó un sitio en el Philadelphia Independence, con quien fue subcampeona liguera y ganó el trofeo a la mejor jugadora de la temporada regular. Arrancaba tras este año su etapa más nómada, la que iba a llevarla a recalar en equipos de todo el mundo. Saltó a Rusia, se asentó en Suecia, volvió brevemente a Estados Unidos para después marcar goles en Alemania. De ahí, camino a París, dos años en el PSG para hacer después un largo viaje hasta China, en 2018, y vuelta de nuevo a Estados Unidos, su país (que no equipos) más repetido.
En 2020 viajó a Italia y se enamoró del país y de su fútbol. Dos temporadas en el Milan, tres en la Fiorentina, equipo al que devolvió a la Champions,y en este mismo 2025, nueva aventura en el Como. Sigue corriendo, marcando y siendo feliz con unas botas que, puestas en sus pies, son mágicas.
La primera nominada española
Su talento y pasión la llevaron a la nominación al Balón de Oro 2014, siendo la primera española en ser incluida en la lista dorada.
Con su gran temporada 14/15 en el FFC Frankfurt, en la que marcó 15 goles en 33 partidos entre todas las competiciones, Vero Boquete ayudó al equipo alemán a hacerse con el título de Liga de Campeones. Con este éxito se convirtió en la primera mujer de nuestro país en levantar la copa más deseada por un futbolista, un título que repitió con el PSG dos años después.

Un año para el recuerdo, porque ese mismo 2015 Vero Boquete recibiría la medalla de Bronce de la Real Orden del Mérito Deportivo.
Pero, tal y como hemos dicho anteriormente, su éxito y su importancia como pionera no solo se ha limitado a su destreza con las botas puestas.
Rompiendo barreras, también fuera del campo
Con su aura hace que todo aquel que está cerca, sienta que debe reconocer aquello que ha hecho por el fútbol femenino: tras despertar el interés del público en conocer más de Vero, Boquete se convirtió, en 2013, en la primera jugadora española en publicar su biografía, titulada ‘Vero Boquete, la princesa del deporte rey’. Su autor, es precisamente David Menayo, el único periodista español que vota en la ceremonia del Balón de Oro.
Con un micro, llamó tanto la atención de los espectadores de la Eurocopa Femenina de 2022 y el inolvidable Mundial Femenino de 2023, torneos que comentó para TVE, que acabó convirtiéndose en la primera mujer española en comentar para televisión un torneo de fútbol masculino, la Eurocopa de 2024, en la que España acabó triunfando.
Homenaje vitalicio en su tierra
En el año 2018, el Ayuntamiento de Santiago de Compostela cambió el nombre del estadio del histórico Compostela, equipo que estuvo varios años en Primera División de Fútbol, por el de ‘Estadio Municipal Verónica Boquete de San Lázaro.
De San Lázaro al Teatro del Châtelet de París, muchos kilómetros que su fútbol recorrió por ella. Hoy son seis españolas las que están en una lista de nominadas que ella comandó primero.
Un romance inolvidable, el de Vero Boquete y el fútbol. Un cuento de aventura, pasión, voluntad de hierro y éxito. Una heroína pionera. Una historia que merecía ser contada, pero de la que todavía no se ha escrito la última línea. Las botas de Vero tienen todavía muchas historias que contar.