Las deportistas de alto nivel retrasan su proyecto de vida familiar hasta seis años más que la población normal. Estas son las conclusiones a las que ha llegado el `Estudio sobre igualdad, maternidad y exigencia profesional´ en mujeres deportistas de alto nivel y militares que la UNED ha llevado a cabo de la mano de Beatriz Mañas, Luis Camarero y María Gómez.
La muestra en la que se tomaban 200 deportistas de élite y 400 mujeres de población entre 18 y 45 años destaca las dificultades a las que se enfrentan las mujeres cuya profesión está dedicada al deporte de alto nivel.
“La idea de este estudio era conocer si existe una incidencia de la alta exigencia profesional tanto en las pautas de fecundidad como en las de los deseos y percepciones en relación a la maternidad”, asegura Beatriz Mañas, una de las investigadoras, quien nos desveló algunos de los pilares fundamentales de este estudio.
La primera conclusión es muy llamativa: las deportistas retrasan seis años de media su maternidad, siendo 33,6 años la edad de su primer embarazo mientras que en la población normal la media es tener el primer hijo a los 27,4 años. En este sentido Beatriz Mañas incide en que “hay que poner en contexto que España es uno de los países del mundo con la tasa de fecundidad más baja del mundo”.
Mañas nos explica, “para muchas de estas mujeres la maternidad significaba el fin de su carrera“, entre otras cosas porque “para el 46% de ellas significaba compatibilizarlo con otra actividad profesional”, explica.
En su estudio sobre maternidad en el deporte, Mañas recogía también el desconocimiento de las ayudas de conciliación, sólo el 11% eran conocedoras de dichas medidas.
Estudio cualitativo
Además de la propia edad de la madre y este retraso en las deportistas, la investigación se centra además en los datos cualitativos. En ese sentido si para la población normal a la pregunta “el desarrollo profesional es más importante que ser madre” está valorado en 4,58 puntos, al compararlo con el grupo de deportistas de élite, se incrementa significativamente hasta 6,98 puntos.
La investigación refleja que aunque la exigencia profesional incide en la tasa de fecundidad de las deportistas de élite no influye en su deseo de ser madres o su apego a la maternidad. “Plantear medidas y políticas que permitan conciliar el proyecto de maternidad en profesiones de alta exigencia” es una de las conclusiones.
Las políticas de conciliación
Cuando acudimos al Consejo Superior de Deportes, nos remiten a las ayudas que se anunciaron en 2023 “Se contemplan ayudas de 3.000 euros por cada hijo nacido o adoptado; 2.000 euros anuales por cada hijo menor de 3 años; y hasta 1.000 euros para cubrir la formación académica”, reza el BOE del 1 de junio del citado año.
Estas ayudas vienen a paliar un dato de escasa fecundidad revelado también por el estudio. Porque las deportistas de élite ajustan sus expectativas reproductivas, deseando menos hijos que en la muestra de población general. Esto sin duda tiene mucho que ver con que a pesar de ser una población con alto nivel educativo, muchas deportistas no logran independencia económica ni residencial, debido a la precariedad laboral y la dependencia de becas o patrocinios. Esto dificulta la consolidación de proyectos familiares.
Sin embargo, es llamativo que una de las soluciones a las que multitud de mujeres acuden para poder retrasar esa edad de maternidad como es la congelación de óvulos no puedan hacerse más de que manera privada.
Ni la Seguridad Social ni el CSD tienen por el momento estas medidas planteadas para las deportistas que trabajan representando a nuestro país. Fuentes del organismo presidido por Jose Manuel Uribes nos informan que “hay algunas investigaciones que revelan problemas de fertilidad y es otra de las líneas que se está valorando”.