Invertir en ladrillo sin hipotecarse. Financiar una planta solar desde el sofá. Sacar partido a los ahorros sin tragare informes de 40 páginas. El crowdlending está ganando adeptos entre quienes quieren ver crecer su dinero sin necesidad de complicarse la vida ni confiar ciegamente en los vaivenes de la bolsa.
¿Qué es lo que está atrayendo a tantas personas hacia esta forma de inversión? Básicamente, la accesibilidad. Por cantidades que arrancan en los 100 o 250 euros, es posible participar en proyectos inmobiliarios, energéticos o empresariales. Según TodoCrowdlending.com, en mayo de 2025 la rentabilidad media de estas inversiones alcanzó el 11,7%.
¿El mecanismo? Nada del otro mundo. El inversor presta dinero y el promotor lo usa para financiar un proyecto. Al final del plazo, si todo va bien, se devuelve el capital junto con los intereses. Si hay garantías como hipotecas o avales, mejor. Eso sí, el capital no está protegido por el Fondo de Garantía de Depósitos. No hay red de seguridad bancaria. Lo que se gana en rentabilidad se asume en riesgo.
Y ahora, lo importante: ¿dónde está el interés real para quienes buscan poner a trabajar sus ahorros?
Crowdlending inmobiliario: rentabilidades de hasta el 16% desde 100 euros
El ladrillo sigue siendo un imán para el ahorro. Y el crowdlending inmobiliario abre la puerta a quienes antes solo podían mirar desde la barrera. Desde tan solo 100 euros es posible invertir en proyectos que rozan el 10% anual.
Urbanitae, por ejemplo, incrementó su volumen de financiación en un 60% durante 2024 y cerró el año alcanzando los 213 millones de euros, con una Tasa Interna de Retorno (TIR) media del 13%. Civislend, por su parte, ha cerrado 16 proyectos en Málaga por valor de 25,8 millones, con una rentabilidad media anual del 11,6% y un retorno total del 13,2% en solo 15 meses. Y Wecity, más nueva en el mercado, ha dado la campanada con un rendimiento medio del 16,3% en su primer año, con proyectos respaldados por garantías reales y bajo el paraguas de la CNMV.
Los plazos habituales rondan entre los 12 y 18 meses, un horizonte relativamente corto. Y muchas veces, hay garantías sólidas como hipotecas de primer grado o avales corporativos.
Inversión verde con rentabilidades de hasta el 20%
Aquí no hablamos solo de conciencia ecológica. Hablamos de números. Y lo cierto es que el crowdlending en renovables está atrayendo tanto a perfiles sostenibles como a inversores pragmáticos.
Ventus Energy, por ejemplo, permite invertir desde 1.000 euros en parques eólicos y baterías, con cupones diarios y rentabilidades que oscilan entre el 6% y el 11% en préstamos senior. Si se busca más riesgo y más retorno, los préstamos mezzanine pueden escalar hasta el 20%.
Por su parte, Fundeen es la única plataforma española regulada por la CNMV en este sector y estima retornos del 7% TAE. Flobers ofrece proyectos de biomasa con un 8,5% a cinco años. Y Ener2Crowd, llegada desde Italia, ya opera en España con una mezcla de energía y salud y una tasa de impagos por debajo del 2%.
Los plazos aquí son más largos: entre dos y cinco años. Pero para quien busca diversificar y participar en la transición energética con sentido financiero, el binomio empieza a encajar.
¿Cuándo tiene sentido apostar por el crowdlending y qué debes tener en cuenta?
Antes de lanzarse, conviene mirar bien dónde se pisa. Porque estas rentabilidades no vienen envueltas en papel de regalo. El crowdlending no es un producto garantizado. No hay liquidez inmediata. Y existe la posibilidad de que el promotor no devuelva el dinero. Ahora bien, muchas plataformas incluyen garantías como hipotecas, avales o recompras, y el Reglamento Europeo 2020/1503 en vigor desde noviembre de 2023, ha elevado los niveles de transparencia y supervisión.
¿Es para todos los públicos? No exactamente. Este tipo de inversiones no debería ocupar más del 5% al 10% de una cartera. Se trata de complementar, no de sustituir. ¿El perfil ideal? Alguien con un pequeño colchón, que busca diversificación sin adentrarse de lleno en bolsa, y que puede dejar el dinero quieto entre uno y tres años.
Atención también a Hacienda. Los intereses tributan como rendimientos del capital mobiliario, entre el 19% y el 26%, según el volumen total. Conviene tenerlo en cuenta antes de lanzarse con entusiasmo.
¿Y si se quiere empezar? Aquí van algunas pautas que no están de más. La primera, elegir plataformas reguladas y con historial. La segunda, leer cada proyecto con atención. Entender de qué va, quién está detrás, cuáles son los plazos y qué garantías se ofrecen. La tercera, diversificar. Poner 500 euros en cuatro proyectos distintos tiene menos riesgo que meterlos todos en uno solo. Y la cuarta, paciencia. No es dinero para imprevistos ni para sacar a los seis meses.
Lo que está claro es que el crowdlending ofrece una puerta de entrada accesible a la inversión privada. Y que muchos inversores potenciales con capacidad de ahorro, pero sin tiempo para seguir los mercados o sentarse con un asesor, están empezando a explorar esta vía con interés creciente. No se trata de apostar, sino de buscar una rentabilidad razonable sin vivir pendiente del IBEX ni de Wall Street.